Cada año por estas fechas el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco concede los premios Euskadi de Literatura en las distintas modalidades. En esta ocasión, tal y como dieron a conocer ayer en la Biblioteca de Bidebarrieta la vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, y Andoni Iturbe, viceconsejero de Cultura, el Euskadi de Literatura en la categoría de euskera ha recaído en el escritor bilbaino Jon Gerediaga por su obra Zeru-lurren liburua, una reflexión poética de la observación de la naturaleza que enfrenta al ser humano a su propio dolor. La obra recibió anteriormente el Premio Literario Kutxa Ciudad de Irun 2023 y el jurado ha destacado de ella la presentación del “yo poético en actitud observadora, especialmente contemplando la naturaleza”.

En la modalidad de Literatura Infantil y Juvenil en Euskera el premio es para el escritor guipuzcoano Harkaitz Cano –es el cuarto Euskadi que recibe– por el libro ilustrado Mundua pitzatuta dago baina hantxe gabiltza oinez (Erein), que rinde homenaje a las bibliotecas. Ilustrado por Isabel Herguera, el proyecto va más allá del libro, ya que la historia partió de una idea del dramaturgo Fernando Bernués. El jurado explicó así los motivos de la elección de esta obra: “Más allá de la literatura, trata la muerte, el amor, las relaciones familiares y otros tantos temas universales a partir de la vida del protagonista evocando a otros muchos escritores a la historia”.

David de las Heras se llevó el galardón por la ilustración de Campos de Castilla. El jurado consideró que se trata de “una obra redonda” y señala que “ha utilizado con maestría todas las técnicas y formas, convirtiendo la ilustración en poesía”. De las Heras ha realizado una atrevida interpretación del clásico libro de Antonio Machado.

La vicelehendakari destacó la función de altavoz de los premios Euskadi en el acto. “El objetivo de los premios Euskadi es reconocer la labor de los creadores y al mismo tiempo, dar a conocer sus trabajos a la sociedad”, aseguró Ibone Bengoetxea. “Siempre he entendido la cultura como uno de los motores de transformación social y con estos libros estamos haciendo una aportación para que la sociedad vasca refuerce las bases del respeto, la pluralidad y el espíritu crítico”. En este sentido, invitó a la ciudadanía a leer las maravillosas historias creadas por estos tres autores.

‘Mundua pitzatuta dago...’

Harkaitz Cano ha conseguido su cuarto premio Euskadi. El escritor de Lasarte-Oria recordó que Mundua pitzatuta dago baina hantxe gabiltza oinez parte de una obra de teatro: “En realidad, era una idea para una obra de teatro que dirigió Fernando Bernués. Como consistía en la presentación de un libro pensamos que qué mejor que ese libro existiese, que no fuese un libro de atrezo, es como un libro dentro de otro libro o un libro dentro del teatro”.

Asimismo confesó que todavía no sabe si los libros que escribe y que se publican en las colecciones de Infantil y Juvenil son solo infantiles y juveniles. “Yo nunca lo he tenido claro. Es verdad que la gente tiende a relacionar todo lo ilustrado con lo infantil, pero eso es un tópico que se debería desterrar, aunque parece una batalla perdida”, expuso.

Con respecto a su primera colaboración con Herguera, comentó que pese a que ha frecuentado mucho la animación y tiene una carrera muy dilatada, “hasta ahora no había publicado ningún libro”. “Se alinearon las estrellas bien y pudimos trabajar juntos”, añadió.

Con respecto al futuro inmediato, el escritor adelantó que está escribiendo una obra de teatro, empezando una novela y augura que le “llevará tiempo”. “Siempre me gusta tener varios proyectos a la vez”, comentó.

‘Zeru-Lurren liburua’

Jon Gerediaga, por su parte, comentó que “Zeru-lurren liburua está compuesto por poemas breves. Pero más que por temas o forma, que no diferencio muy bien qué es tema y qué es forma porque creo que es lo mismo en poesía, yo destacaría dónde, en qué lugar y en qué tiempo están escritos”.

Según el escritor bilbaino, intenta sentarse a escribir un poema “cuando llega el momento, no en cualquier momento”. “Tengo un cierto estado de ánimo que identifico como apropiado para escribir un poema, intento entrar en eso que Rilke llamaba el espacio interior del mundo, en un lugar que puede ser la intimidad del cielo y de la tierra y la de uno mismo, donde la intimidad de uno mismo y de la naturaleza que nos rodea parece que se pueden comunicar por medio de la palabra poética. Creo que están todos los poemas escritos en ese espacio y en ese tiempo”, expuso.

¿Por qué escribe fundamentalmente poesía? “Para mí es parte de mi manera de encarar el mundo; es vida, no es un género literario que trabajo. Como otros rezan, hacen meditación o practican yoga, yo intento habitar de vez en cuando el espacio interior y escribir poesía. También hago otras cosas más, he escrito teatro, y en los últimos años también he estado entretenido escribiendo dos libros de ensayos, que espero que salgan pronto”.

Para Jon Gerediaga escribir es casi algo innato: “Cuando estaba de alumno en la ikastola Lauro, con 16 años, ya escribía poesía. Tenía tres profesores de literatura que me engancharon, Julia Miñaur, Mara Salinas y Angel Zelaieta, les debo mucho; me enseñaron que escribir, aparte de ser entretenido, podía ser un camino a seguir”.

¿Y para qué sirve la poesía? “Es una pregunta que se han hecho muchos poetas y también mucha gente que no escribe poesía; en medio de un mundo en guerra y otro medio mundo patas arriba, ¿qué hacemos nosotros juntando letras? Tiene algo de absurdo, pero al mismo tiempo es imprescindible. Es un dilema, nire kantu txikietan, cantaba Ruper Ordorika. Pues es así, es absurdo pero uno sabe que es imprescindible. Como buen dilema que es, no se puede resolver. Con ese dolor de cabeza vivimos”.

La naturaleza es el elemento común de muchos de sus poemas: “Cuando escribo necesito estar delante, por lo menos, de una planta que me haga compañía. Me hace sentirme bien, me gusta, me siento acompañado cuando hay naturaleza cerca. En realidad, cuando decimos naturaleza nos estamos refiriendo a la vida y al ser humano porque cuando uno escribe un poema que tiene como ingrediente elementos naturales, hay que tener en cuenta que siempre se escribe con palabras, que son palabras humanas. La palabra poética es una palabra humana, un espino blanco no habla, habla el ser humano. Creo que aunque hables de la naturaleza, del cielo y la tierra, también hablas del ser humano”.

Gerediaga escribe en euskera, pero también en castellano. “Todos los poemas que escribo en euskera, lo hago luego en castellano. Las traducciones te pueden dar pie incluso a cambiar alguna cosa del original, no me resulta extraño escribir en castellano”, confiesa.

El escritor bilbaino agradeció mucho los premios que ha conseguido a lo largo de estos años. “Estoy muy contento, este Premio Euskadi es una suerte porque te reconoce una labor que de por sí es solitaria y además una labor que económicamente no es muy rentable. Los premios te ayudan; ahora yo estoy convencido de que seguiría escribiendo poesía a pesar de todo porque es parte de mí, una manera de estar en el mundo”.

El otro bilbaino premiado, el ilustrador David de las Heras, reside en Barcelona desde hace quince años, y trasladó sus palabras de agradecimiento a través de un vídeo: “Ilustrar a Machado me llevó a lugares que no conocía”.

Los ganadores o ganadoras de las cuatro modalidades del premio Euskadi que faltan por desvelar, Literatura en Castellano, Traducción Literaria al Euskera, Ensayo en Euskera y Ensayo en Castellano, se anunciarán la próxima semana, y se entregarán el 21 de noviembre en el Artium de Gasteiz.