La actriz australiana Cate Blanchett se ha sumado este sábado a la larga lista de estrellas poseedoras del Premio Donostia. En una ceremonia que ha tenido lugar en el Kursaal, y antes de la proyección de Rumours, su más reciente película, la actriz, productora, activista y directora teatral ha recibido el galardón de manos del director Alfonso Cuarón, con quien acaba de rodar la serie Disclaimer. Por si las palabras elogiosas de este cineasta no hubiesen sido suficientes, el Zinemaldia ha proyectado por sorpresa un vídeo de George Clooney, amigo íntimo de Blanchett y con quien ha colaborado en varios proyectos. Clooney ha situado a la australiana a la altura de otros actores del firmamento como Marlon Brando, Katharine Hepburn, Montgomery Clift, Robert De Niro, Meryl Streep y Jack Nicholson. El actor también ha destacado que la manera de interpretar de Blanchett es en sí misma “un arte” y ha alabado su amabilidad, cercanía y amistad.

Blanchett ha roto en lágrimas para exclamar: “Fucking George!”, es decir, “¡Jodido George!”, antes de arrancar su discurso, en el que ha hablado sobre las incertidumbres que asolan el mundo y la vida de las personas. Así, ha hablado del espacio que ocupan las pequeñas certezas como islas en el mar de la incertidumbre y ha situado el galardón honorífico del Zinemaldia como uno de esos asideros de su carta náutica: “El Premio Donostia representa una isla de certidumbre en mi carrera”.

En este sentido, ha explicado que, en su experiencia, el arte de la interpretación es un camino que transciende fronteras, algo que le ha permitido viajar y trabajar en innumerables rincones del globo y que, en esta ocasión, le ha permitido venir a Donostia. Por ello, ha sentido como un verdadero “honor” recibir un premio de un festival como el Zinemaldia, que también es capaz de cruzar las líneas de las naciones con su programación y su eco internacional.

A su vez, ha resaltado la importancia de encuentros como este porque, en una época en la que se habla cada vez con más asiduidad del cine como disciplina “en peligro de extinción”, los festivales “celebran el cine”.

Blanchett ha querido reflexionar sobre su carrera ante el público del auditorio. Ha reconocido que ha tenido una trayectoria “ecléctica y extraña”, aunque siempre ha sentido como “un privilegio” haber actuado a las órdenes de cineastas como el propio Cuarón, Martin Scorsese, Woody Allen, Wes Anderson, David Fincher, Steven Spielberg, Sam Raimi o Peter Jackson.

Ha asegurado que no sabe “demasiado de nada” y que un hilo conductor de su carrera y de su vida ha sido siempre el “querer saber más”, sobre todo, querer saber qué es el ser humano. “El mundo es enormemente incierto, está lleno de dudas”, ha reiterado, para luego añadir que se ha de ser “humilde” para reconocer que no se sabe. “Me preocupa encontrar respuestas demasiado rápido”, ha afirmado, confesando que esa “incertidumbre” en la que ha insistido es la que le motiva para seguir adelante. Con el rímel corrido por las lágrimas, pero más recompuesta, se ha despedido del público donostiarra lanzando un vistoso guiño cómplice.

Tras la entrega del premio, se ha proyectado el largometraje con el que la actriz ha llegado al Zinemaldia, Rumours, una sátira política de Guy Maddin y Evan y Galen Johnson, que sigue a los líderes del G7 en una cumbre anual, en la que se pierden en un bosque donde acechan peligros de todo tipo mientras intentan redactar una declaración provisional acerca de una crisis global.