Al conocer al cineasta Charles de Lauzirika, este te entrega una tarjeta de visita muy elegante que, en el dorso, cuenta, en forma de diccionario, los orígenes de su nombre y sus apellidos. Lauzirika vivie en Atlanta (Georgia), en Estados Unidos, pero tiene una fuerte conexión con el País Vasco. Su padre era de Algorta y tiene familia en muchos rincones de nuestra geografía, por ejemplo, en Donostia. Periódicamente suele visitar Euskal Herria. La última vez que vino de visita fue en mayo y lo hizo para participar en el festival FANT de Bilbao con su cortometraje de terror más reciente, Honk. Lauzirika alterna la ficción –su primer largometraje fue Crave (2012), en el que contó con la participación de Ron Perlman– con la no ficción. De hecho, es un documentalista muy particular, dado que es un reconocido realizador de making-of y productor de restauraciones, un oficio que le ha permitido trabajar con grandes nombres como Ridley Scott, Tony Scott, Alex Garland, Neil Marshal, Michael Bay, Marc Webb y David Lynch, entre otros. Uno de sus documentales más conocidos es la obra definitiva sobre los replicantes: Días peligrosos. Cómo se hizo Blade Runner.
¿Qué le une al País Vasco?
Mi padre nació en Algorta. Por eso fue tan divertido ir al festival FANT de Bilbao, porque está a unos minutos de donde nació y, desafortunadamente, donde ahora descansa. Ahí es donde fue enterrado.
También tiene familia en Donostia.
Tengo mucha familia en todo el Estado y también en el País Vasco. Me encanta la cultura vasca, su gente, la comida, la vida allí... Ojalá pudiera ser un clon para vivir la mitad de mi vida en el País Vasco. Es un lugar maravilloso que mucha gente no conoce y, tal vez, eso sea bueno; es lo que lo mantiene especial. Cada vez que alguien me pregunta de dónde es mi apellido, tengo que explicárselo, y me lleva como cinco minutos señalarles en qué parte del mundo está el País Vasco y por qué es tan diferente al resto del Estado español en términos idiomáticos y culturales, entre otras muchas cosas. Es como una entidad completamente independiente, como otro planeta dentro de este planeta. Me resulta interesante leer teorías sobre el origen de los vascos, de dónde vienen. Me parece un lugar magnífico.
¿Suele viajar a menudo a Euskal Herria?
Ojalá pudiera visitarlo más. En toda mi vida, he estado allí unas seis o siete veces. Cuando tenía 18 años, viví en Barcelona varios meses. Cada vez que mi familia viajaba, generalmente, íbamos al País Vasco. Tenía una tía que vivía en Elantxobe y pasé varias semanas allí, en el verano de 1986. Me encantó la forma de vida que descubrí allí y también las prioridades de la gente: la vida, el amor, los amigos... Echo de menos el País Vasco y espero volver pronto. Tengo esposa y un hijo y debo encontrar un equilibrio entre mi nueva familia y la que vive allí.
La última vez que visitó el País Vasco, lo hizo para participar en el FANT de Bilbao con su último corto, ‘Honk’. ¿Cómo fue la experiencia?
El FANT de Bilbao es un festival boutique. No es grande como Cannes o Sundance, pero la pasión que hay detrás es maravillosa. La gente fue muy acogedora, y la energía, el amor por el cine y los cineastas que transmitían era increíble. La presentación de Honk fue fenomenal. De hecho, desde que regresé a EEUU, he comentado a varias personas que las condiciones de imagen y sonido en la sala de los Golem-Alhóndiga, donde presenté el corto, fueron, probablemente, las mejores o de las mejores en las que he visto una de mis películas. En Honk el sonido es muy importante y, como digo, el sonido de la sala era impresionante. La reacción del público también fue maravillosa, especialmente, en el momento del jump-scare, el momento del susto del corto. Hubo silencio y escuché a varios decir “¡Dios mío!” (ríe). Fue una experiencia realmente genial.
¿Le interesa mucho el terror como género cinematográfico?
Me encantan las películas de terror, pero por razones diferentes a otros colegas. Algunos amigos aman el terror por los aspectos sangrientos y violentos, y están deseosos de que una película dé el siguiente paso en la manera de explicitar la violencia. A mí me gusta el terror porque te desafía a enfrentar tus propios miedos y tu oscuridad interior. Es casi como una terapia, ayudándote a superar problemas. Hice Honk para lidiar con la muerte de mi madre, usando la película para procesar mi duelo, pero sin hablar específicamente de ello. Lo planteé, casi, como un episodio de The Twilight Zone o algo de género, disfrutando el proceso de hacer algo que no había hecho con anterioridad y que, además, sirviese para lidiar con mis sentimientos.
Su corto anterior, Love Bite, también era un corto de terror.
Sí, pero era algo muy distinto. Love Bite era una historia de apocalipsis zombi pero también un comentario político. Mi esposa, Carlee Baker, tuvo la idea. Queríamos que fuera algo diferente porque vivimos a quince minutos de donde filmaron The Walking Dead, en Georgia, y hay muchas cosas relacionadas con zombis aquí. De hecho, muchos ciudadanos han trabajado en esa serie haciendo de zombies. Pensé en George A. Romero, que es uno de mis directores de género favoritos. Aunque sus películas sean muy sangrientas y violentas, realmente, Romero lo que hizo fue un comentario y una crítica social y política a través del terror. Rodamos Love Bite en 2019, en un Estados Unidos similar al actual, con Trump y sus seguidores. Quisimos inyectar en el corto un comentario político sobre cómo vivimos ese momento.
Como dice, el terror es una forma perfecta de hablar sobre la sociedad o el contexto político.
Realmente, son perfectas para hablar de cualquier aspecto de la vida. No voy a decir que hacer una película de terror es fácil, porque no lo es. En cierto sentido, son tan difíciles de hacer como las comedias: hay que tener en cuenta el momento, la estructura, la expectativa que se ha generado... Debes involucrar al público a un nivel primario y emocional. Es cierto que las películas de terror pueden ser más baratas de hacer y que puedes hacerlas más rápido. Eso hace que si tú tienes algo que decir, esté más pegado a la actualidad y siga pareciendo un mensaje fresco. Incluso cuando el terror se queda anticuado, hay quien lo quiere reinventar. Por ello, siempre es presente.
Europa sigue muy de cerca lo que ocurre en EEUU con Trump. Me imagino que la actualidad le dará material para rodar una nueva obra de terror.
(Ríe) ¡Estamos viviendo en un corto de terror ahora mismo! Lo siguiente no sé si será un corto o una película, pero será algo distinto. Me alejaré de la lectura política. Ahora mismo vivimos saturados por la realidad política y quiero tener algo nuevo que decir.
Se han cumplido diez años de su primer largometraje de ficción, ‘Crave’, en el que participó Ron Perlman. ¿Tiene alguna idea para otro largo?
Me gustan los cortos por se ruedan y se proyectan más rápido. Es más fácil coger una idea y condensarla en una sola obra de entre diez o quince minutos. Un corto es como un sprint y un largometraje es como un maratón. Si no recuerdo mal, tardamos 26 días en filmar Crave. Es algo muy distinto, no sólo tienes que estar completamente volcado con lo que haces cada jornada, sino que además tienes que tener en cuenta lo que viene después. Es cierto que me encanta poder disponer de un metraje de hora y media o dos horas para llegar a los detalles que, en otros casos, se quedan por el camino. Tengo algunas ideas para cortos, pero también tres ideas para largometrajes y tengo un guion escrito que me encanta. Se trata de una película de terror medieval algo extraña. Como si Apocalypse Now se topase con Excalibur. Es un terror muy surrealista. Luego tengo otro par de proyectos más económicos y viables, que podría rodar aquí, en Atlanta. Veremos cuál sale adelante. Es todo cuestión de conseguir la financiación.
En el País Vasco se han aprobado incentivos fiscales para el cine. ¿Tal vez podría venir a filmar aquí? Hay algunos cineastas estadounidenses que han venido. De hecho, Ron Perlman ha estado filmando en Donostia.
Lo sé, lo sé. Vi que Ron había visitado Bilbao cuando yo estaba en el FANT. Le escribí por Instagram, le dije que también estaba allí, pero finalmente no pudimos vernos. Me encanta Ron, fue maravilloso filmar juntos en Crave. Solíamos vivir cerca el uno del otro en Los Ángeles y nos encontrábamos en el mercado. Pero me encantaría filmar en el País Vasco. Se trata de encontrar la localización adecuada. Estuve buscando castillos adecuados en el Estado para la película medieval.
¿Ha buscado castillos, por ejemplo, en Navarra?
He visto algunas fotos de castillos en Navarra, y me encantaría explorar esa vía. Es el tipo de guion donde realmente necesitas un socio productor en el destino con todos los recursos, no solo financieramente, sino en términos de encontrar el equipo, actores locales, etcétera. No puedo hacer eso solo; necesito ayuda. Si pudiese encontrar un socio productor, estaría feliz de ir a Euskal Herria y filmar allí.
Otro aspecto de su trabajo es poco habitual. Se ha especializado en el cine documental detrás de las cámaras. Es usted un reconocido director de ‘making-of’. El último que ha dirigido es el referido al rodaje de ‘Civil War’, de Alex Garland.
El Blu-ray en 4K salió hace poco. Estoy muy contento con él. No había hecho un documental making-of en cinco años, así que fue agradable volver a hacer uno. Lionsgate me dio la oportunidad de hacer un documental razonablemente largo para Civil War, y estoy muy contento con cómo resultó. Alex Garland es un cineasta fascinante, y Civil War es muy actual y valiente.
El mundo de los documentales ‘making-of ‘le ha llevado a trabajar con grandes directores. Eso debe ser emocionante.
Absolutamente. Cada director es diferente, con su propio estilo y firma creativa. Aprendí mucho en la escuela de cine, pero aprendí mucho más siguiendo a estos directores y estando en la sala con ellos. Documentar su proceso ha sido la mejor escuela de cine para mí.
Ha trabajado muchas veces con Ridley Scott, también en restauraciones y nuevos montajes de sus películas. ¿Cómo lo conoció?
Fui a la escuela de cine en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles. Trabajé de asistente para Ridley y Tony Scott. Comencé leyendo guiones y haciendo informes. Ridley siempre fue muy solidario y alentador conmigo. En 1998, escuché que Fox iba a hacer el primer box-set de Alien para su 20º aniversario. Sugerí a Ridley que debería involucrarse, y me pidió que me encargara del DVD mientras él filmaba Gladiator. Así comenzó una época larga de proyectos y trabajo con él y con otros directores.
¿Cree que el trabajo de los directores de ‘making-of’ es un poco invisible?
Esa es una pregunta interesante. Al filmarlos, debes ser invisible para que el equipo y los actores puedan hacer su trabajo sin distracciones. Para el público, se trata de presentar el trabajo sin adornos, contando la historia de manera entretenida e informativa sin imponer una agenda.
¿Está trabajando en otros documentales de los que pueda hablar?
Estoy trabajando en dos documentales. Uno no tiene que ver con el cine, es un documental del mundo real. Llevará años hacerlo. El otro es sobre una película de un director muy famoso, una película vista principalmente como un fracaso pero con una historia detrás de cámaras muy interesante. También estamos considerando hacer una película ficcionada sobre ello. Además, estoy trabajando en un guion de ciencia ficción por el que Amazon Studios ha mostrado interés.