El interés por las plantas le ha acompañado en toda su vida a la artista María Cueto. En un primer momento, esa curiosidad se plasmó en la investigación y en la farmacología, pero con los años mutó al arte y a las esculturas. Ahora, gran parte del trabajo que ha realizado en la última década y media se puede apreciar en el Centro de Recursos Medio Ambientales de Cristina Enea con la exposición Semillas voladoras.
“Me gustaría concienciar sobre la fragilidad de la naturaleza y lo que supone no cuidarla. Hay que hacerlo no solo por nosotros, sino también por ella misma”, cuenta esta asturiana afincada desde hace más de tres décadas en Berastegi y que define la muestra, que se podrá visitar en Donostia hasta el 15 de septiembre, como una continuación de la que presentó en 2010 en el parque de Aiete.
De este modo, al igual que la anterior, la exposición reúne piezas hechas con elementos vegetales a los que la artista da diferentes formas geométricas con las que representa “el aparente caos dentro de lo orgánico”. La planta baja, rebautizada bajo el nombre de El corazón del bosque, recoge piezas finas y delicadas realizadas con la planta piñera. Además, en este espacio es posible ver un vídeo del montaje de una obra que realizó en Berastegi y que permite al espectador conocer el punto de partida de la artista a la hora de realizar cada trabajo.
La primera planta, por su parte, está dedicada a una serie de creaciones en torno al fondo marino con las que explora el impacto que tiene la vibración del agua en el movimiento, mientras que en la segunda se muestran diferentes formas basadas en las constelaciones en el cielo nocturno.
“Es, en general, una representación pequeña de todo lo que he hecho a lo largo de mi trayectoria”, explica la artista, que comenzó a desarrollar estas esculturas tras formarse en la creaciones de tapices y el diseño gráfico. “Empecé con los tejidos vegetales en el laboratorio, pero lo dejé para centrarme en la creación”, cuenta, asegurando que su trabajo “ha sido una evolución natural”. “Trato de hacerlo con elementos de mi entorno, pero en los últimos años he empezado a trabajar con una floristería de Berastegi, que me permite crear con las plantas ya preparadas”, agrega.
Este trabajo casa, además, especialmente bien con el entorno de Cristina Enea. “El paseo desde la entrada del jardín te va llevando a él y acabas por ver otro jardín dentro un jardín”, observa. Para ella, espacios como este o el del parque de Aiete son los más adecuados de cara a conocer su trabajo.
Actividades paralelas
La exposición abrió sus puertas el pasado 27 de junio y permanecerá abierta durante los meses de verano. En este tiempo se ha convertido en una de las muestras más visitadas en la historia del Centro de Recursos Medio Ambientales de Cristina Enea. “Me lo están venga a decir y no me lo termino de creer”, señala la artista entre risas.
Para completar la exposición, en el mes que continuará abierta, se han preparado una serie de actividades. El 12 de septiembre, la responsable de la galería Ekain, Rita Unzurrunzaga, realizará una visita guiada en euskera que comenzará en el propio parque de Cristina Enea. Ya en el centro, tanto Cueto como Mariano Arsuaga, comisario de la muestra, se sumarán a la visita.
Unos días antes, el 7 de septiembre, tendrá lugar una actuación-performance vocal instrumental a cargo de David Arzuga, acompañado por María Vega, en la que las esculturas de la artista servirán de inspiración para una intervención sonora a partir de pequeños elementos de sonido y vocales con los que se creará una nueva realidad contemplativa de la exposición.