Y en su tercer concierto llegó el premio. El Festival de Jazz de Donostia ha hecho entrega este domingo del reconocimiento honorífico Donostiako Jazzaldia al veterano contrabajista neoyorquino William Parker, antes del inicio del tercer recital que ha ofrecido en el festival. El director del Jazzaldia, Miguel Martín, ha sido el encargado hacer entrega al músico de la placa conmemorativa con el que la organización reconoce su entrega: “William Parker es un titán de la música de vanguardia”. En este sentido, ha explicado que el premio se le concede por sus muchas décadas volcado en la evolución de la vanguardia y porque ha conseguido “que la música avance”, siempre con “intención didáctica”, mientras otros optaron por lo “fácil” y el camino del “dinero”. “Todos los festivales deberían agradecerle su trabajo”, ha concluido Martín.

Parker, por su parte, solo ha tenido palabras de agradecimiento para la organización para un festival que permite que ocurra ese “milagro” que se da “cuando la música suena”.

Free jazz más comedido

De la misma manera que en su recital en la plaza de la Trinidad comenzó soplando una alboka -además de contrabajista, Parker es experto en instrumentos tradicionales de culturas del mundo y en este viaje al País Vasco además de una alboka se ha comprado un txistu que tocó en su primer bolo en San Telmo hace unos días-, en el Victoria Eugenia ha arrancado con una shakuhachi, flauta típica de Japón.

William Parker con el shakuhachi e Ikuo Takeuchi a la batería. Juan Herrero

Más tarde, ya con el contrabajo en mano, el trío -Parker ha estado acompañado por los japoneses Eri Yamamo e Ikuo Takehuchi- ha desplegado largos pasajes de free jazz, más comedidos que la víspera en la Trini, donde lo armónico era subyugado por el ritmo y lo atmosférico. De hecho, la interpretación de la pieza Oklahoma Sunset, que ha unido con East Harlem Sunrise, ha tenido una duración de unos 45 minutos ininterrumpidos en los que cada uno de los participantes ha tenido la oportunidad de brillar.

El concierto ha concluido con uno de los temas más conocidos de Parker, el festivo Corn Meal Dance, con especial lucimiento de Yamamoto y Takehuchi, mientras Parker llevaba el ostinato. Con un sonoro aplauso y agradeciendo la calidez donostiarra, Parker ha abandonado el escenario.