A Tamara Muruetagoiena (Oiartzun, 1974) y a su familia “le dieron por todos los lados”. Así lo piensa Amaia Merino, cineasta que junto a Ander Iriarte ha dirigido el documental Indarkeriaren oi(h)artzunak/Que se sepa, que este sábado, 13 de abril, se presentará en el Victoria Eugenia, en el marco del Festival de Cine y Derechos Humanos. El padre de Tamara, Esteban Muruetagoiena, fue un médico en Oiartzun al que ETA solicitó el conocido como impuesto revolucionario. En 1978, un comando del grupo terrorista compuesto por Eugenio Sein, Ángel María Lete y Tomás Linaza acribilló el cuartel de la Guardia Civil en el barrio donostiarra de Herrera. Durante el tiroteo, Linaza fue herido y por intervención de un oiartzuarra el comando acabó en casa del médico de la localidad cuando sólo Tamara, de cuatro años, y su madre, la enfermera Elixabete Ormaza, se encontraban en el hogar. 

Ante la amenaza y el requerimiento de los terroristas, y a la espera de que Esteban volviese a casa, solicitaron la ayuda de otro sanitario, el doctor al José Miguel Yetano. Finalmente, el padre de Tamara llegó a casa y se encontró con una situación inimaginable. Tras atender al herido, los miembros del comando no abandonaron la casa de los Muruetagoiena. Tuvieron secuestrados a la madre y a la hija durante 17 días, mientras Esteban debía aparentar normalidad acudiendo a su consulta. Al año, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado detienen a todos los que asistieron al comando, incluido al doctor, y les imputan colaboración con banda armada. Tras el juicio, Esteban salió en libertad sin cargos. Parecía que todo había terminado, pero no.

Esteban Muruetagoiena, torturado

Estos hechos resquebrajaron la pareja. Esteban y Elixabete acabaron separándose, y esta última, con Tamara, se trasladó a Madrid para vivir con su nueva pareja, el actor Mario Pardo, a quien la enfermera conoció durante el rodaje de La fuga de Segovia. El médico, por su parte, siguió residiendo en Oiartzun. Después de otro atentado contra la Guardia Civil en marzo de 1982, la policía hizo “pesca de arrastre” y volvió a detener a Esteban en Gipuzkoa y lo trasladaron a Madrid, y lo instalan en una celda contigua a Elixabete. También la detuvieron. Tras nueve días de torturas, Esteban muy desorientado volvió a salir a la calle sin cargos. Volvió a Oiartzun y tres días después falleció. 

El padecimiento de la familia continuó con un informe forense mal ejecutado que obvio las pruebas de torturas y aún hoy sigue el sufrimiento dado que Esteban no es reconocido como víctima por parte del Estado. El documental Indarkeriaren oi(h)artzunak/Que se sepa, dirigido por Amaia Merino y Ander Iriarte, y con el testimonio en primera persona de Tamara, viene a visibilizar lo que no ha sido reparado por vía oficial, aunque Oiartzun sí que rindió homenaje al médico bautizando el ambulatorio como Esteban Muruetagoiena. Tras la inauguración oficial con El salto, de Benito Zambrano, el Festival de Cine y Derechos Humanos, Merino, Iriarte e Muruetagoiena protagonizarán la jornada de este sábado, 13 de abril, en el Victoria Eugenia.

El largo camino al reconocimiento

Con un plano frontal, Tamara cuenta a cámara su historia. La recreación de los hechos narrados ha corrido a cargo de Adur Larrea, que con un trazo limpio y minimalista ha animado todo aquello a los que no llega el fondo audiovisual. “Ha sido como un tercer director”, han explicado Iriarte y Merino en la presentación ante la prensa que ha tenido lugar este jueves. Ambos son dos realizadores comprometidos con lo memorialístico. Iriarte, por ejemplo, dirigió Karpeta urdinak, centrado en el Proyecto de investigación de la tortura y malos tratos en el País Vasco entre 1960-2014. Merino, por su parte, dirigió junto a Miguel Ángel Llamas el largometraje Non dago Mikel? sobre la desaparición y asesinato de Mikel Zabalza. Precisamente, tras ver este documental de Merino, Muruetagoiena llegó a la conclusión de que su padre necesitaba una película así para dar a conocer su caso.

Además del testimonio directo de Tamara y las recreaciones de Larrea, Indarkeriaren oi(h)artzunak incluye fragmentos de entrevistas que Eva Forest hizo, por ejemplo, a Esteban Scola, tío materno del fallecido y también médico y que asistió con indignación a la autopsia llevada a cabo por Faustino Alfageme. “Nunca se le podrá agradecer lo suficiente a Eva Forest el trabajo que hizo por este país”, ha afirmado Iriarte, que ha añadido que tanto Merino como él, en sus trabajos fílmicos se han solido centrar en los casos de tortura. No obstante, este trabajo era distinto. Lo que deseaban era contar la historia de la propia Tamara como ejemplo del “larguísimo” camino hacia el reconocimiento que aún deben recorrer los que se quedan