Donostia – Aurora Beltrán ha vuelto a juntar a su banda y con ella llegará el próximo 18 de noviembre a la sala Doka de Donostia, en una nueva gira tras el lanzamiento del tema Redención y a la espera de que se publique una próxima canción. Es el momento de disfrutar de canciones de sobra conocidas pero también de compartir las composiciones más recientes de la artista navarra y su formación de toda la vida.

Después de tanto en la carretera, ¿esto de empezar una nueva gira es como fichar o hay nervios?

–La diferencia entre este trabajo y otros es que no tienes que fichar. Ir a tocar no es una putada (risas). Ilusión, siempre. Si no, ni hubiéramos grabado ahora el tema que hemos hecho ni nada de esto. ¿Esperar algo de esto? Nada (risas). Toda mi vida he sido una descreída. Claro que esperamos pasarlo bien y que la gente disfrute a lo grande. Es un gustazo subirse al escenario. Por eso seguimos en esta historia. Pero siempre he sido una persona muy de tierra y nunca espero ayuda externa. Yo tengo mis herramientas sin contar con otras cosas de fuera. Solo espero pasarlo estupendamente y volver a casa contenta. La única pretensión es seguir tocando hasta que la salud y la dignidad me lo permitan.

Reunir a Tahúres es como estar con la familia, algo también íntimo, especial para usted.

–Sí, sí. Nos volvimos a juntar en 2019 pero sin más pretensión. Pero después de la pandemia, hemos seguido tocando. Ha habido una agencia, Calle Underground, que ha apostado y nos está ayudando para poder seguir tocando. Esta gira modestísima es una forma de entrar otra vez en el circuito. Así que vamos a pasarlo bien y a ganar algunas pelas, que no viene mal (risas).

Se ha lanzado ‘Redención’ y hay planes de publicar otra nueva canción en breve.

–Sí, creo que Princesa Hada saldrá a finales de este mes.

¿Pero hay una idea de disco?

–Estamos probando. No deja de ser curioso porque antes lo que verdaderamente se hacía en el mundo de la música eran los singles. Hubo una época en la que, de repente, si no sacabas un álbum, era todo un error. Pero desde hace ya tiempo la gente ha vuelto a lo de los sencillos y, si la cosa va bien, publica un disco. En nuestro caso, material hay. Yo sigo componiendo. Además, con tiempo. Antes, con las compañías de discos, sacabas un álbum y ya te estaban hablando del siguiente. No había tiempo para disfrutar y para la inspiración. Ahora es diferente. Así que si grabamos un disco, pues bien, pero ahora estamos probando con lo de lanzar sencillos. ¿Es mejor o peor una fórmula que otra? No lo sé. Es diferente.

Claro que ir a un concierto y no tocar determinados viejos éxitos es jugar con fuego.

–(Risas) Por supuesto. De hecho, siempre resulta difícil hacer repertorios. En los ensayos hemos cambiado cosas del repertorio anterior y es difícil. Nunca hemos hecho canciones de relleno. Hay canciones que obviamente tienen que estar como Tocaré o Una noche de amor, pero luego hay una larga lista de temas que a la gente también le gustan. De hecho, siempre hay alguien que te viene después de un concierto y te dice: ha faltado esta. Eso es muy positivo porque quiere decir que las canciones son buenas y que la gente ve que los temas crecen en el tiempo con bastante dignidad.

Aunque no sean mayoría, pero entre quienes acudan a los conciertos habrá algunos que incluso no habían nacido cuando la banda se formó.

–Toda la vida, desde el principio, hemos tenido un público muy ecléctico, con gente de todas las tribus y edades. Ahora mismo, nos encontramos con alguno que te dice que su abuela o su padre escuchaba Tahúres. Creo que el grupo siempre le ha gustado a la gente porque tiene algo que es de verdad, más allá de estilos, pensamientos, estéticas... Cuando me preguntan qué tipo de música hacemos, siempre digo lo mismo: yo hago canciones e intento que sean buenas. Me quedo también con los temas de otros. De hecho, soy muy ecléctica en ese sentido. Si tienes prejuicios, te pierdes muchas cosas interesantes. Me encantan canciones de grupos o artistas que, en teoría, no tienen nada que ver con lo que hago. Creo que la banda ha conseguido tener un sello determinado. Nos pasa con Redención. Los comentarios están siendo muy buenos y casi todos coinciden al decir que sigue teniendo las esencias de Tahúres. Eso mola. Tener un sello determinado es importante para distinguirte del resto. Desde esa base, lo cierto es que a nuestros conciertos viene todo tipo de gente y eso es muy bueno.

Hablaba de la marca de la banda, pero es que la voz de Aurora Beltrán ya es un sello en sí misma.

–Es verdad, tampoco lo puedo negar. Como persona soy de poco ego, pero mi voz sí que lo tiene (risas). Soy una persona muy sencilla pero también consciente de que mi voz es muy reconocible hasta cuando canto un bolero. Pero bueno, también hay una manera de componer y de hacer canciones que marca, que da identidad al conjunto.