Donostia– La irrupción en el panorama audiovisual de las plataformas de streaming como Netflix, Prime Video y demás, ha hecho que en estos últimos años la situación económica de muchos guionistas se haya vuelto aún más inestable. Una inestabilidad que se concreta en cosas como una falta de garantía en el número de semanas de trabajo continuo, o en proyectos que en muchas ocasiones son cortos en duración y además mal pagados para que incluso nunca lleguen a llevarse a cabo.

Esto por lo que respecta al colectivo agrupado en el Sindicato de Guionistas de Hollywood (WGA), que se declaró en huelga el pasado 2 de mayo. Un par de meses más tarde, el 14 de julio, fue el colectivo actoral el que se sumó a la huelga a través de su sindicato, SAG-AFTRA. Los intérpretes han centrado buena parte de sus negociaciones en el avance tecnológico. Por un lado, la regulación de la inteligencia artificial, que los actores consideran como una “amenaza existencial” para su trabajo y por otro, y en esto coinciden con los guionistas, el cambio que las plataformas de streaming han supuesto en la industria en cuanto a la remuneración económica.

Unos y otros consideran que, frente a las plataformas y a pesar de los aspectos negativos que pudiera tener la televisión tradicional, una posible solución sería retomar un modelo que apoyó a los escritores y que también hizo tremendamente ricos a los grandes estudios.

DESIGUALDAD DE CONDICIONES

La huelga de actores y actrices no hizo sino apuntalar una situación que pronto empezó a dejarse sentir en la producción de un buen número de series que en muchos casos tuvieron que ver cómo sus planificaciones se retrasaban o incluso se veían paralizadas.

Pero la cara menos visible de todo este conflicto está en las diferentes situaciones desde las que, en muchos casos, tanto guionistas como intérpretes, tienen que afrontar el momento. Los hay que pueden permitirse manifestarse a diario ante los grandes estudios y los hay que tienen otros trabajos que les permiten atravesar este momento de desierto en la creación audiovisual y hacer esto compatible con seguir haciéndose presentes en las movilizaciones.

Las perspectivas de un final cercano del conflicto no están nada claras. El pasado 11 de agosto la Alianza de Productores de Cine y Televisión se acercó al WGA con una nueva propuesta, pero esta fue rechazada por el sindicato y el 18 de agosto la alianza rechazó la contraoferta de parte de los guionistas, manteniendo a ambas partes distanciadas. El SAG-AFTRA por su parte no ha vuelto a entablar diálogo con la alianza desde julio.