¿La inflación y la situación económica general han afectado a la Quincena Musical

Todos los precios se han disparado y tengo la sensación de que no vamos a volver a ver masivamente esos billetes de avión tan baratos que veíamos hasta ahora. También es normal, se está quemando medio planeta. En los próximos años todo lo que emite CO2 se va a ver penalizado. Por mucho que esto afecte al Festival, tendremos que buscar estrategias. Es cierto que llevamos años aplicando algunas.

¿Cómo marcha la recaudación?

El lunes de la semana pasada estábamos en una recaudación de 60.000 euros más que en el mismo periodo que el año pasado. El lunes estábamos al 80% de la previsión de recaudación, con lo que hemos empezado a respirar, y eso que hemos tomado medidas con las que recaudaríamos menos, como aplicar un 10% más de descuento a los amigos de la Quincena y aumentar un 5% de descuento en los abonos. Prevemos que estas medidas podrían tener un impacto negativo de unos 30.000 o 40.000 euros en nuestras cuentas. 

Tras el covid-19, ¿notan el retorno de la gente?

Evidentemente hay un antes y un después del covid en todo. Aun así, sí que noto una mayor vuelta de la gente a las costumbres pretéritas a la pandemia. Creo que nos hemos empezamos a aburrir de estar en casa con las plataformas. 

¿Han percibido un aumento en los cachés?

No, hace tiempo que no; diría que al revés, que existe una contención absoluta. Por supuesto, son pocos pero hay artistas con los que ganas dinero. Con las orquestas es casi imposible por los billetes de avión, hoteles y otros costes asociados que no amortizas y, muchas veces, ellos no cobran un caché. Pero claro, mover una orquesta se ha encarecido, porque todos esos costes han subido. Los que sí han subido el caché son aquellos artistas que saben que son muy taquilleros y quieren una parte más grande del pastel, pero son los menos.

Todo apunta a que cada vez se viajará menos y, por lo tanto, los conjuntos también lo harán.

En 2013 iniciamos la iniciativa de Quincena Verde para tomar medidas como fomentar el uso de materiales reciclados. A partir del 2014 comenzó la colaboración con el Festival de Santander y eso tuvo un impacto económico fortísimo a nuestro favor, porque permitió diseñar un circuito de conciertos. Santander y Quincena no comparten público y este circuito ha permitido rebajar mucho el CO2 de los aviones que se usan, los camiones para mover instrumentos... 

Ese circuito lo amplían ahora con la colaboración con el Festival Ravel, ubicado en Iparralde.

El año que viene vamos a hacer un proyecto entre Santander, Ravel y nosotros con la orquesta de Radio France, lo que le permitirá hacer tres conciertos en tres festivales diferentes. Les hemos pedido que vengan en TGV y nos han dicho que sí, que sin ningún problema. Si a causa de las medidas contra el calentamiento global se toman medidas más drásticas, estas afectarán al Festival y tendremos que vivir más de nuestro alrededor. 

Siguiendo con el contexto sociopolítico, ¿la guerra en Ucrania dificulta traer a orquestas del área de influencia rusa?

Junto a Alemania, Rusia era el mayor jugador en todo. Se ha notado muchísimo pero creo que todo el sector ha tomado conciencia de que Rusia, por ahora, está en el congelador. No se toca, una guerra es así. Hace un mes y medio fui a un concierto en Barcelona. En el Palau actuó una orquesta rusa que vino por Estambul, dado que no hay vuelos directos. Fue una rareza. 

¿Qué ocurre con los artistas rusos?

Por un lado, muchos de ellos no viven en Rusia y no podemos perseguir a nadie por su nacionalidad y yo tampoco me voy a poner a preguntar a cada artista ruso que actúe en Quincena qué opina sobre la guerra. Tampoco le pregunté a norteamericanos, británicos y españoles, tras el Pacto de las Azores, sobre la guerra en Irak. Obviamente, tampoco toleraría que viniese aquí un señor con una lata de gasolina verbal a alabar a Putin. Individualmente hay movimiento normal de artista rusos, pero en orquestas es otra cosa. Además, si tienes que venir por Estambul o por otro país que no pertenece a la Unión Europea, los costes se disparan.

En los últimos años se han vivido en el mundo momentos de satanización de músicos rusos o de la música rusa.

Han sido movimientos disparatados, en los que colectivos de músicos se han negado a tocar música rusa. Es una locura. Es como si en los 50 se hubiese dicho a la gente que no había que leer literatura o filosofía alemanas. Pero, ¿qué tiene que ver Hitler con Thomas Mann? No tiene nada que ver, es absurdo. En Suiza, si no me equivoco, hubo un problema con Tchaikovsky, un compositor que murió en el siglo XIX. Pero, vamos a ver, ¿qué tienen que ver Tchaikovsky, Shostakovich, Stravinsky o Prokofiev con Putin?

Precisamente, la Quincena se inaugurará en el Kursaal con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam interpretando a Tchaikovsky y Shostakovich.

Rotterdam siempre ha tenido una gran relación con directores rusos y siempre ha llevado la música rusa en la sangre. Tuvieron como director a Valeri Guérguiyev, muy conocido y muy cercano Putin, que ha estado varias veces en Quincena. Le cogió la invasión de gira con la Filarmónica de Milán en Nueva York. Se volvió a Rusia y ya no se sabe nada de él, parece que su carrera se ha acabado.

Atendiendo al programa, la ‘Octava’ de Mahler, con 400 personas en escena, ¿será el hito de esta edición?

Sí, porque es de esas cosas que haces muy pocas veces. Las entradas, además, se vendieron en ocho horas. Hay dos orquestas, tres coros y ocho solistas, e invadimos parte del patio de butacas porque sino no nos caben los músicos. No hacemos una segunda fecha por cuestiones organizativas.

Musicalmente, además, debe ser muy exigente.

Lo es. Necesitas cantantes que hayan cantado el repertorio. ¿Puede ser algún cantante que nunca lo haya hecho? Sí, los menos. Es difícil y necesitas voces muy fuertes, robustas y preparadas. Si falla alguien en la Novena, de Beethoven, estaría mal pero algo se podría hacer. En la Octava, de Mahler, no puede fallar nada porque sería un caos absoluto.

Cita a Beethoven. Siempre hay sitio para autores como él o como Mozart.

Intentamos que el repertorio crezca. Es cierto que en otros periodos hemos podido ser más atrevidos que otros festivales, pero es verdad que, desde la pandemia, todos los programadores nos hemos vuelto muy conservadores y hemos ido buscando darle al público lo que quería para que volviese. Pero claro, Mozart, Beethoven, Bach... todo esto tiene que estar es nuestro ADN, al igual que, poco a poco, Shostakovich o Stravinsky.

Parece que en el último tiempo, Sokolov, Mutter y Uchida están afiliados a Quincena.

(Ríe) Sokolov ya había venido antes. Cuando Uchida vino hace dos años quedó muy contenta con la sala, con el público y con el equipo de producción de Donostia Kultura. Es una mujer con muchos compromisos y nunca toca en el Estado, pero me dijo que quería volver a Donostia. Vendrá con un programa distinto y dos pianos. Con Mutter pasa lo mismo, estuvo a gusto y ha querido repetir.

Otro hito de esta edición será la producción de ‘Edipo Rey’, una versión de la tragedia de Sófocles adaptada por Jean Cocteau y con música de Stravinsky.

Siempre intentamos llevar a cabo producciones propias, un festival tiene que intentar cosas diferentes que se conviertan en seña de identidad, en función a su presupuesto. El año pasado hicimos una ópera y este año será una ópera-oratorio de apenas una hora. Claro, es algo más arriesgado que traer un espectáculo o un concierto ya producido. Siempre intentamos poner los medios y, sobre todo, coger a la gente lo pueda hacer bien. En este caso hemos recurrido a la compañía de títeres Per Poc y creo que hemos congeniado bien. La estética que le están dando está muy bien, es muy artesanal. Es verdad que luego tenemos poco tiempo de ensayo en el auditorio, aunque ellos ya están ensayando. Nos gustaría moverlo por otros festivales y con otras orquestas.

En este espectáculo contarán con la actriz francesa Irene Jacob como narradora.

Nos preguntábamos quién podría hacerlo. Yo quería mantener el francés porque la pieza de Cocteau se hizo en ese idioma. Por otro lado, casi siempre el papel de narrador lo hace un hombre pero en ningún lado pone que tenga que ser así. Un día, tomando un café en Tabakalera con Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca, le conté este proyecto y me propuso hacer de intermediario con ella –Irene Jacob está vinculada al Instituto Lumière que colabora con la Filmoteca–. Le escribí y me contestó en cinco minutos que estaría encantada. Además, Jacob ya había hecho en Estados Unidos otra obra de Stravinsky que incluía narrador. A su vez, el año pasado hizo Juana de Arco en la hoguera, del compositor francés del siglo XX Arthur Honegger, que también lleva narrador. Es decir, que tiene experiencia en trabajar con orquesta.

La música correrá a cargo de la Sinfónica de Bilbao y el trabajo vocal recaerá sobre Easo Abesbatza.

El coro Easo hizo esta obra en 1970 en Lisboa con el propio Stravinsky. Es algo que siempre han contado y les propuse volver a hacerlo. Además, vendrá Carlos Fagoaga, que en aquella época era coralista de Easo, y que participó en aquel concierto pero no como parte del coro, sino que se puso enfermo uno de los solistas y le pidieron que lo sustituyese.

Siempre reivindica la importancia de las masas corales en Gipuzkoa. Landarbaso, que ha solido colaborar en Quincena, ha ganado el Asia Grand Prix.

Landarbaso es un coro que juega mucho con las coreografías y con obras cortas y creo que en un inicio había quien lo consideraba algo naif. Pero es un coro que está avanzando bien y a mí me parece muy bien esa idea que tiene Tolaretxipi de hacer esas coreografías.

Vuelven con la Quincena Andante por Gipuzkoa, Araba, Navarra e Iparralde

Es una obligación moral de este Festival. Recibimos dinero del Gobierno Vasco y de la Diputación y, dado que Quincena tiene capacidad de salir, lo hace. No tendría sentido mover a las grandes orquestas pero sí propuestas más pequeñas.

Dentro de ese programa Andante homenajearán a Oteiza en Orio, su pueblo.

Oteiza jamás hizo el cartel de la Quincena y el cartel de este año es un homenaje a él. Oteiza era cercano a Aita Donostia y pensamos que también podíamos hacer algo. El año que viene tendremos que hacer algo con Chillida, claro, por el centenario de su nacimiento, aunque con los conciertos en Chillida Leku siempre está presente.

También se cumplen cien años del nacimiento de Néstor Basterretxea.

Es cierto. Tanto Basterretxea como Chillida sí que llegaron a hacer carteles para la Quincena. Habrá que tenerlos en cuenta en la edición del año que viene.