Es una de las noches más mágicas del año y también una de las más celebradas. Se trata de la noche más corta del año, el pistoletazo de salida de las fiestas veraniegas y, para los pequeños, la fecha que marca el final del curso escolar y el inicio de las vacaciones estivales. Pero se celebra también el solsticio de verano, el momento para dejar atrás los malos espíritus y purificar el alma a través del fuego, el gran protagonista de la noche. Precisamente las hogueras son el elemento común de los festejos que esta noche se llevan a cabo en prácticamente la totalidad de municipios de Gipuzkoa. Y es que bien sean organizadas por los ayuntamientos o bien encendidas por familias o grupos de amigos, las fogatas constituyen la seña de identidad de la víspera de San Juan

Sin embargo, estas populares fiestas entrañan también una serie de riesgos relacionados con el fuego. Aquí van una serie de recomendaciones para que la noche de San Juan, además de mágica, sea segura. 

Antes de encender el fuego

A la hora de preparar la hoguera, hay que escoger bien los materiales que se van a quemar: maderas, cartones o papeles constituyen una buena base para hacer fuego, no en cambio otros objetos como neumáticos, sofás, artículos de plástico o textiles, ya que producen gases tóxicos y grandes columnas de humo. 

No utilizar combustibles, guardar distancia de seguridad y vestir ropa y calzado adecuados es básico para no sufrir accidentes

En el caso de que las hogueras vayan a realizarse en terrenos particulares (como jardines o caseríos) o en el monte, también es importante tomar una serie de precauciones antes de encenderla: crear un “hogar” al fuego, acotando el espacio con piedras; o mojar el terreno adyacente para evitar que, con un golpe de viento, el fuego se propague, es fundamental. Cerrar ventanas y balcones para evitar que entren chispas o humo dentro de los domicilios o retirar la ropa tendida de terrazas o que estén situadas en un perímetro cercano a la hoguera es importante para evitar que se produzcan sustos o accidentes. 

También guardar una mínima distancia de seguridad de varios metros con respecto a viviendas, coches, tuberías de gas u otros objetos que puedan incendiarse, así como con respecto al público que vaya a verlas. 

Cómo encender el fuego

Los bomberos aconsejan no utilizar nunca gasolina por su enorme fuerza explosiva, sino materiales que se queman con facilidad, como papeles, pequeñas maderas u otros materiales ligeros. Asimismo, aconsejan encender las hogueras desde diferentes puntos, para que la tarea de hacerla arder sea más sencilla. “Es más costoso en tiempo que hacerlo con gasolina, pero es mucho más seguro porque no se producen grandes explosiones”, advierten. 

También es importante tener en cuenta la dirección en la que sopla el viento, ya que en caso de encender el fuego con el viento en contra aumenta el riesgo de sufrir quemaduras.

Un vez encendido el fuego, no utilizar combustible ni otro tipo de materiales inflamables, como aerosoles, para avivar las llamas. Tampoco utilizar, en ningún caso, petardos u otros materiales pirotécnicos cerca de las hogueras, ya que podrían provocar graves quemaduras. 

Evitar quemaduras

Aunque quizás el momento más sensible de la noche es el encendido del fuego, es importante no bajar la guardia tampoco después. 

Quienes se atrevan a saltar sobre las llamas, deben escoger con cuidado la ropa y el calzado empleado. En el caso del textil, utilizar preferiblemente algodón u otros materiales que no ardan con facilidad. Las licras o acrílicos son muy peligrosos en estas ocasiones. El calzado también es importante, ya que al saltar se corre el riesgo de pisar las brasas. Utilizar calzado cerrado, que esté bien sujeto al pie y que no deje zonas al aire. Quedan totalmente desaconsejadas chancletas y sandalias

Si por algún casual una persona sufriera quemaduras al saltar sobre las hogueras, conviene que ruede por el suelo o bien que se le auxilie echándole encima agua o ropa, si es mojada, mejor. No utilizar extintores directamente sobre las personas, ya que pueden provocar importantes heridas.

Es aconsejable disponer de cubos de agua o mangueras para poder apagar rápidamente las llamas en caso de accidente. 

Finalmente, tras la fiesta, hay que asegurarse de que las llamas queden totalmente apagadas y no vaciar brasas y cenizas en contenedores hasta que estén completamente frías o no exista riesgo de que vuelvan a arder.