Víctor Goikoetxea no para. Este artista multidisciplinar, responsable de la obra que decora el túnel de El Antiguo que une La Concha con Ondarreta, se encuentra inmerso en los trabajos de recuperación del Salón de Actos del ayuntamiento de Hernani. En octubre del año pasado, además, inauguró en Santurtzi una escultura en aluminio en homenaje al oficio de sardinera. Ha expuesto recientemente en Alicante, Dubái, Londres y Suiza, y acaba de terminar sus trabajos para la “exclusiva” marca Dior en Madrid.

Vuelve a trabajar en la casa consistorial de Hernani, un edificio de gran valor artístico.

En la Segunda Guerra Carlista fue derruido en un bombardeo. Encargaron su reconstrucción a un arquitecto nacido en Hernani, a Joaquín Fernández Ayarragaray, que residió en Sevilla. Fue un intelectual y muy viajero, que optó por reconstruir el edificio siguiendo la moda del neoclasicismo de finales del XIX. Es una obra muy singular, no hay otro ayuntamiento en Gipuzkoa de esa categoría porque no había dinero. 

Pero sí lo hubo en Hernani.

Trajo a los mejores artesanos profesionales de la época. Entre otras cosas, Ayarragaray apostó por redecorar las estancias con técnicas de pintura ornamental, figurativa y trampantojos de finales del XIX.

Esta pintura se deterioró.

Antes no se le daba la importancia que se tenía que dar a la restauración y se fue dejando. Las particularidades políticas convirtieron Hernani en el centro de todos los conflictos y estos salones sufrieron mucho.

¿Cuándo se dirigieron a usted?

A principios de este siglo yo empecé a tener cierto renombre y desde el Ayuntamiento me sondearon sobre la posibilidad de recuperar estas estancias. Les dije cómo creía que se tenía que hacer; no era necesario que me encargase yo pero les dejé claro que debía hacerse con criterio y fondos, como debe ser.

Trabajó en el salón de plenos hace cuatro años.

El salón de plenos era una sala anexa, que se redecoró al gusto de los años 50 o 60. La limpié un poquito de elementos extraños. No intervine para nada más que en iluminación y en poco más, siendo respetuoso con lo que había. Eso sí, les propuse coronar el salón con un gran mural, que es mi especialidad, inspirado en las tradiciones e historia de Hernani. Propuse que fuese como un libro abierto, en diferentes páginas, fases y espacios utilizando las técnicas que me sugería cada escena. Es un mural de 45 metros cuadrados, que creo que quedó muy bien. Lo importante es que es una obra que, si se quiere, se puede suprimir. Procuro no actuar directamente sobre el patrimonio.

Ahora trabaja en otra estancia, en el salón de actos.

Es tres veces más grande que el de plenos y también es obra de Ayarragaray. Tiene 145 metros de planta y 6,6 metros de alto. Tiene columnas, capiteles, ornamentos, techos pintados al temple, policromías, suelos de castaño, el hierros forjados... Era una verdadera maravilla que estaba completamente destrozada. En el 2005 me pidieron una propuesta. Siempre puse como condición que no se hiciese una obra mediocre y si decidían hacer una obra mediocre, yo no lo hacía.

Casi 20 años después lo ha hecho.

Esta última Corporación mostró una especial sensibilidad hacia la recuperación de ese patrimonio, especialmente la concejala de Cultura. Se nos exigió presentar un proyecto con un arquitecto, en este caso Xabier Barrutieta con el que suelo colaborar. Por otro lado, hay un proyecto de restauración y rehabilitación artística. Pedí la colaboración e informes de dos restauradoras muy importantes y también el consejo de Áncora, Lola Horcajo...

Las pinturas del salón de actos se perdieron.

Pero tenemos imágenes en blanco y negro. Esas fotos, más los restos que hay en la escalera y que están intactos todavía nos dieron muchas pistas para saber qué técnicas se utilizaron. Más o menos hemos conseguido todos los acabados que había, técnicas que por fortuna aprendí en mi formación en París. Mi objetivo era conseguir que el que abra la puerta crea que está en 1899. El mérito lo tiene el arquitecto Ayarragaray, no lo tengo yo. Él pensó la obra, que es maravillosa. He intentado ser muy respetuoso y estar muy encima para que el resultado sea el correcto. Mi trabajo ha sido el de la dirección artística de recuperación y el de volver a recuperar las pinturas al temple del techo, los dorados, los bronces, las policromías...

¿Cómo ha trabajado en la recuperación de esas pinturas?

En este caso se han tenido que recuperar técnicas que se habían perdido y que estaban ahí en las fotos. Se hizo un estudio histórico de las técnicas que se utilizaban en la época. He utilizado esencias de trementina naturales, aceite de linos naturales, pigmentos naturales, pinturas al temple... Todo ha sido con técnicas del XIX que tuve de la gran suerte de estudiar en el Institut Supérieur de Peinture Décorative IPEDEC y en el Institut Guégan École de Peinture Décorative et de Trompe-l’oeil. Hemos utilizado herramientas e, incluso, tratados de pintura de entonces.

Su trayectoria demuestra que es un artista multidisciplinar. ¿Es importante salir de la zona de confort?

Soy hijo de un pastor reconvertido a la siderurgia, de una familia muy humilde, obrera. No hemos sido ricos. Lanzarte a este mundo e intentar vivir de tu pasión es muy difícil, pero nunca te tienes que acomodar. Si das con la fórmula de hacer dinero, huye de ella. Utilízala, sí, para pagar la luz, la comida y tal, pero huye de ella porque acomodarse y la autosatisfacción son el principal problema que tenemos muchos artistas. Cuando yo hago una obra, los halagos no me llevan a nada. Pero si uno me hace una observación de algo que no está bien, me quedo con esa opinión, porque eso me hace crecer, mejorar, evolucionar.

¿Cómo se puede vivir entonces de la pasión de uno?

Con disciplina. Las ideas vienen y van. Pero cuando tienes una idea, la tienes que clasificar, filtrar y tamizar. Y luego hay que ejecutarla, ponerte el buzo y hay que trabajarlo. Todas mis obras tienen mucho trabajo, también de reflexión y pensamiento. Incluso cuando pinto lo más simple, cuando voy a dar la primera pincelada, tiene que estar bien pensada. Es cierto que la ejecución, a veces, puede ser ingrata, es un trabajo de todos los días... Aunque a mí me gusta.

Habla del artista, pero también del artesano.

Ya lo decía Miguel Ángel: todo artistas es un artesano. La diferencia entre una obra de arte y una de artesanía, ¿cuál es? Que la obra de arte es única y de artesanía se hacen muchas. Para ser artista lo que lo que tienes que tener es oficio. Desde joven tuve claro que para ejecutar mis ideas tenía que formarme.

Usted ha trabajado desde la pintura hiperrealista hasta la abstracción, siempre, además, con materiales muy diversos. Todo eso lo ha ejecutado tras formarse.

Yo he pasado de la Academia de Técnicas de Pintura a la Academia de Italia de Retrato, a un programador de 3D que me intenta explicar cómo se utiliza la nube de puntos, el escáner de figuras, el movimiento... Estoy ahí con él para que me enseñe, tengo que aprender. 

Usted viaja mucho, tanto por trabajo como por ocio. ¿Es más fácil vender obra en el extranjero?

Sí. Simplemente, un detalle: en Francia hasta la casa más humilde tiene una acuarelita original, tiene formación y valoran el arte en todos sus sentidos. Me da pena que en países como España o Italia, con una base artística tan grande, tengan tan poca sensibilidad hacia el pasado. 

¿Quién compra arte?

Los que manejan el mundo del arte y los que compran arte son los anglosajones. En Inglaterra, Estados Unidos y Suiza hay movimiento. 

¿Y en Oriente Medio? Usted también ha tenido proyectos en Dubái.

Oriente Medio es diferente. Tienen como castigo el dinero y les gusta mucho el arte contemporáneo, pero están muy asesorados por los anglosajones. Los que en Oriente Medio imponen sus modas y sus artistas son los anglosajones.

¿Qué importancia tiene la materia?

Muchísima. Vengo de una pintura hiperrealista, de la figuración. Me obsesioné mucho con aprender a pintar bien y con conocer todas las técnicas. De cualquier modo, en la naturaleza está todo. El verdadero arte no tienes más que observarlo en la naturaleza y la naturaleza es materia. Para mí la materia es un complemento, como el saber dibujar un retrato o el cuerpo humano. Me parece muy importante juntar, por ejemplo, los matérico con lo figurativo, las nuevas tecnologías, la iluminación, el sonido y todas estas cosas que nos lleva a una percepción sensorial.

Es lo que hizo en la obra del túnel de El Antiguo.

Mezclé la figuración, la materia, el entorno, la luz... Todo eso crea una sensación, cuando tú pasas te mueve algo. En eso la materia ayuda mucho porque tiene mucho. Con un simple trazo es muy difícil conseguir lo que te transmite una piedra, una roca, un metal bruto. Ahora estoy muy volcado con las obras matéricas.

Será difícil.

Es muy difícil. El problema es quién confía su economía en algo así. Cuando tú planteas una obra que no es barata, el nivel de riesgo es alto. La obra del túnel de El Antiguo fue rechazada muchas veces por el 2016 hasta que alguien confió en ello.

De hecho, la obra del túnel es una de sus obras más reconocibles.

Se ha vuelto icónica. A mí todo el mundo me conoce ya por el túnel. Me llaman de todo el Estado por esta obra. Hasta que no hice esta, no tuve una obra singular, reconocible.

Hablaba antes de salir de la zona de confort, ¿tener una obra singular no encasilla aun artista?

No, no. Diríamos que trabajo en obras evolucionadas, tiro para adelante, tengo ideas y las ejecuto. No me pongo a hacer obras del túnel en serie; sigo investigando. Ojalá salieran más túneles para seguir investigando.

¿Le han salido trabajos a raíz del túnel?

Constantemente. Por un lado, me piden obras similares y, por otro, ha dado mucha seguridad a clientes que han venido a buscarme para obras singulares importantes.

¿La obra pública es importante en el desarrollo de un artista?

Muy importante. En el mundo anglosajón existe la fórmula del mecenazgo. En el mundo latino, en cambio, quien maneja normalmente el dinero son las grandes empresas, que son pocas, y la Administración. ¿Quién tiene las posibilidades de hacer grandes obras y quién dispone de los espacios para hacer grandes obras? Generalmente, la Administración. Lo importante para un artista es que su obra la pueda disfrutar y visionar la mayor cantidad de gente posible y eso te lo permite la obra pública.