La fotógrafa gallega Lúa Ribeira (As Pontes, A Coruña, 1986) presenta en Kutxa Kultur Artegunea de Tabakalera el proyecto Subida al cielo, compuesto por cinco series fotográficas desarrolladas entre 2016 y 2020: Subida al cielo. Aristócratas. Las visiones. La Jungla y Los afortunados. Realizadas en diferentes territorios, tienen en común su interés por los márgenes, la exclusión y el cuestionamiento de la cultura dominante, creando imágenes que rompen la mirada habitual, colocándose lejos de la pura observación y tomando una posición activa a través del encuentro.

La comisaria Sonia Berger y la autora realizan una propuesta expositiva arriesgada en la que no hay títulos ni compartimentos estancos, sino que las fotografías son expuestas en un continuum en el que se dan y se producen actitudes gestuales, posturas y poses, paisajes y entornos, tanto humanos como de animales, que van mas allá de la fotografía documental, participando y sumergiéndose en lo arquetípico y gestual, sin afán estetizante. Hasta pueden resultar sencillas, aunque no lo son. Y hasta poco artísticas, aunque tampoco lo pretendan, ni lo sean. Son un tomar parte activa en una fotografía desde el instinto humano para ponernos al borde de la vida y de la muerte, de los sufrimientos y heridas de los seres humanos en su devenir histórico. Y todo ello captado con una fotografía en colores naturales poco sofisticados.

Y para ello parte de pequeños bocetos, dibujos de la propia autora e iconos de la historia del arte, el barroco, Goya, Giotto, Mantegna y Bardem que, ubicados sobre mesas de trabajo, ofrecen unos buenos referentes al espectador desorientado.

Personajes tumbados, en muchos casos sentados o de pie, generalmente frontales al espectador, ubicados en verdes de naturaleza gallega, con aditamentos de máscaras rituales y religiosas, con gestos y actitudes un tanto teatrales que enfatizan y remarcan aquello que pretenden: comunicar sensaciones. Gestos de dolor, de oración, de sueño, de apatía, de vulgaridad, como la vida misma. Imágenes de cruces, de animales muertos, de fósiles, y paisajes que sirven de contexto. Y de vez en cuando encuentra también el resquicio de plasmar austeras puertas entreabiertas de gran austeridad y profundidad en su mirada.