El ritmo de los cencerros marca el camino. El carnaval se acerca y es el momento de poner la vista en el valle de Malerreka, en el norte de Navarra. Vuelve la cita con uno de los carnavales de mayor tradición de Euskal Herria: los joaldunak (los que tienen, llevan o hacen sonar esquilas) de Ituren y Zubieta.
El lunes posterior al último domingo de enero, estos personajes de la tradición cultural vasca emprenden el camino que separa Zubieta de Ituren (3 kilómetros ) para anunciar la llegada del carnaval. Lo hacen ataviados con abarcas, enaguas de puntillas, pellizas de oveja por cintura y hombros, pañuelos de colores al cuello, gorros cónicos con cintas llamados ttuntturros, y un hisopo de crines de caballo en su mano derecha. Pero si hay algo que llama poderosamente la atención son los grandes cencerros de bronce que llevan sujetos a sus caderas y que agitan rítmicamente con el objetivo de despertar a la tierra de su letargo invernal para que vuelva a ser productiva durante la cercana primavera.
Los joaldunak de Zubieta parten hacia Ituren, donde son recibidos por los del barrio ittundarra de Aurtitz, que se suman al desfile y juntos se dirigen al barrio de Latsaga, para, tras pasar sobre el puente de Zubiburu, juntarse con los de Ituren. En este punto, en torno al mediodía, comienza el desfile conjunto de unos cuarenta o cincuenta joaldunak (entre ochenta y cien cencerros) que desfilan en dos hileras, haciendo sonar al unísono sus cencerros con movimientos rítmicos y acompasados. Juntos recorren todo el núcleo de Ituren y el desfile finaliza en la plaza del pueblo. Al día siguiente, martes, son los de Ituren los que devuelven la visita a los de Zubieta.
El carnaval de Ituren y Zubieta es una de las tradiciones mejor conservadas de Euskal Herria y ha sido declarada fiesta de interés turístico. No hay como vivirlos in situ para impregnarse del ambiente místico que los rodea.
Los joaldunak, que anuncian el carnaval, recorren su camino para ahuyentar los malos espíritus y despertar a la tierra de su letargo invernal
Los vecinos de ambas localidades se afanan cada año porque este carnaval rural luzca en todo su esplendor. Los joaldunak son, sin duda alguna, los principales protagonistas del desfile, que cuenta también con otro buen número de personajes: el Oso o Hartza, las bestias o los carneros, entre otros. Un colorido conjunto que llena el valle de danzas ancestrales y ritos de carácter mágico.
Aunque hay varias teorías al respecto, todo apunta a que este carnaval tiene su origen en el solsticio de invierno y buscaba ahuyentar los malos espíritus para que la tierra volviera a ser prolífica en primavera. Y es que cabe recordar que el trabajo de la tierra, junto con la ganadería, era el principal sustento de los habitantes de la zona.
Pero además de su tradicional carnaval, Ituren y Zubieta bien merecen una visita por el privilegiado entorno en el que se encuentran. Están ubicadas en la cuenca del Ezkurra, un valle salpicado por montes y bosques inundados por castaños, robles pirenaicos y americanos, hayas, frescos, pinos, así como praderas naturales y helechales que impregnan de verde cualquier postal.