La casa de Cultura Fray Diego de Estella, excelente palacio renacentista recientemente restaurado, acoge este verano la segunda edición de Escultura Vasca Bigarrena, cuya primera edición tuvo lugar hace 50 años en Barakaldo. 120 escultores/as de los distintos territorios vascones muestran sus pequeños formatos, fieles a las corrientes y sintaxis en las que cada uno de ellos se mueve y trabaja. Desde la abstracción al minimalismo, desde el realismo al constructivismo, desde el surrealismo al objetualismo, hay una larga exposición de obras que muestran la cantidad y variedad de códigos en los que se mueva la actual escultura vasca de las primeras décadas del siglo XXI.

La muestra tiene un carácter “indiscriminado” en expresión de Xabier Sáenz de Gorbea, alma máter de la idea, y ofrece un panorama heterogéneo y multiforme, en el que mezclan obras de escultores ya reconocidos y con un amplio currículum, junto a valores emergentes, jóvenes promesas, aficionados, y artesanos mestizos.

Entre las más conocidos, obras de Faustino Aizkorbe, José Ramón Anda, Iñigo Aristegi, Gerardo Armesto, Iñigo Arregi, Juan Chillida, Carlos Ciriza, Aitor Mendizabal, Koldobika Jauregi, Mª José Lacadena, Vicente Larrea, Mikel Lertxundi, Iñigo Manterola, Antón Mendizabal, Iñaki Olazabal, Idoia Elósegi, Iñaki Ormaetxea, Maximilian Pelzman, Mª José Rekalde, Ramón Roteta, Roscubas, Ricardo Ugarte, Pablo Zuriarrain y un largo etcétera.

La cantidad de obras expuestas y el poco espacio existente entre ellas no nos ha parecido lo más adecuado para la apreciación de las mismas, pero con todo el poder de convocatoria, y el ofrecimiento de tantos escultores, demuestra el gran deseo de participación en acciones colectivas, y el poco espacio expositivo que existe en el país para tanto creativo existente en el mismo.