- La arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU, comisaria y programadora cultural María Arana será la comisaria de la cuarta edición de la Bienal Mugak en 2023, según avanzó ayer el Instituto de Arquitectura de Euskadi.

Arana cuenta con una experiencia profesional de más de diez años como colaboradora en distintos estudios de arquitectura y urbanismo, en los que ha participado en la redacción de Planes Generales y Parciales de Ordenación Urbana y proyectos de Ejecución y Dirección de Obra.

Como curadora, ha comisariado proyectos y eventos para Azkuna Zentroa-Alhóndiga Bilbao, ha formado parte del comité curatorial del V encuentro Cultura y Ciudadanía organizado por el Ministerio de Cultura de España y es codirectora desde hace más de diez años de URBANBATfest, el festival anual de arquitectura, urbanismo e innovación social de Bilbao.

Asimismo, ha desarrollado proyectos culturales y de mediación relacionados con el territorio para entidades como el CICUS de Sevilla, la propia Bienal Mugak o Matadero Madrid. En el ámbito municipal, ha coordinado junto al Ayuntamiento de Bilbao la participación local en el proyecto Europeo Human Cities.

En su trayectoria profesional también destacan su figura como ponente, su labor en el equipo editorial de Urbanbat y su ejercicio de la docencia (Máster de Paisajismo Urbano Sostenible del Instituto Europeo de Diseño Kunsthall y el Máster de Práctica y Teoría en Artes y Cultura Contemporánea de la UPV/EHU). Además, participa en la Red Internacional de Arquitecturas Colectivas y es artista residente en Azkuna Zentroa con el proyecto Behatokia, un observatorio cultural sobre las transformaciones urbanas.

La edición de 2023, que volverá a estar impulsada por el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, pivotará sobre el lema Reconstruir, rehabitar, repensar.

“Vivimos tiempos convulsos, de crisis ecológica, sanitaria, económica, social. Tiempos de grandes retos para los que necesitamos soluciones urgentes, imaginativas y transformadoras, en los que urge repensar cómo habitamos el mundo y cómo sobreviviremos en él en un futuro próximo”, apuntó Arana.

A su juicio, son “tiempos que también deben servirnos para repensar la ciudad y en la necesidad de una arquitectura y un urbanismo renovados, que superen la actual desigualdad socio-espacial y un desarrollo ambientalmente insostenible”.

“Es en este contexto de crisis y de oportunidad donde abrimos un espacio para repensar el papel de la arquitectura en este cambio de época, su responsabilidad en la situación heredada, sus capacidades de transformación, sus áreas de actuación, sus dimensiones espaciales, económicas, políticas y sociales”, afirmó.