El etnógrafo donostiarra Fermin Leizaola ha donado 521 objetos de relevancia histórica y cultural de su colección personal a la Diputación de Gipuzkoa. Estos materiales, recolectados a lo largo de más de 60 años, estarán disponibles a partir de ahora en Gordailua, el Centro de Colecciones Patrimoniales del Gobierno foral.

La donación se ha dado a conocer esta mañana, en un acto en el que, junto al etnógrafo guipuzcoano, han participado el diputado de Cultura, Harkaitz Millan, el director de Aranzadi, Juantxo Agirre, y el técnico de Etnografía de Gordailua, Xabier Kerexeta.

Leizaola comenzó su recopilación a mediados de los años 50 cuando, siendo un adolescente, se fusionaron su interés por la mineralogía y el de su padre, ingeniero que diseñaba rotativas de impresión, en la tecnología. Fue entonces cuando empezó a frecuentar chatarrerías y lugares de similar índole, "que por aquel entonces, solían tener objetos muy interesantes, ya obsoletos, que eran para mí unas verdaderas joyas", ha relatado el etnógrafo.

Durante las siguientes décadas, siguió formando su colección, empezando por libros, recuerdos y elementos decorativos que sus familiares le facilitaban, procedente del caserío familiar. A ello se le sumaron piezas adquiridas en ferias de artesanía, chatarrerías, otros caseríos o recuperadas de escombreras de zonas rurales o incluso bordas hundidas. También aceptó donaciones "de personas que no deseaban conservar objetos", pero que "no se atrevían a tirar" y se quedaban tranquilas cuando Leizaola las recogía.

Entre los objetos recogidos a lo largo de estas seis décadas se puede encontrar desde mobiliario a cestería procedente de diversos árboles, pasando por aperos o ruedas de gurdis.

"Todo esto lo he ido realizando, como se dice, con sangre, sudor, gasto y lágrimas", ha afirmado este donostiarra, quien ha dicho haber recibido "la incomprensión" de sus familiares más cercanos, "a los que yo comprendo", ha puntualizado, por haber "tenido que soportar" su "tendencia acumulativa".

Si bien la donación actual está compuesta por 521 piezas, la colección personal al completo superar las 5.000. "Hay otras 4.000 y pico en proceso", camino a que tengan el mismo destino. "Pasando algún tiempo, estos materiales tendrán un gran valor cultural", ha manifestado Leizaola.

Los objetos cedidos por el etnógrafo han pasado ya, tal y como ha comunicado Kerexeta, un proceso de documentación y etiquetado. Cada pieza tiene un código QR con el que "las podemos localizar en los espacios", lo que facilita su labor ya que "Gordailua es un lugar muy grande". El técnico de Etnografía del centro ha informado que "el trabajo está muy adelantado"; lo que falta ahora mismo es colocar físicamente estos elementos en el edificio, algo para lo que, primero, tendrán que pasar por un "proceso de anoxia" todos aquellos que se compongan de algún elemento orgánico, como madera, papel, tela o cuero. Se trata de un procedimiento que elimina el oxígeno, para evitar la entrada de patógenos que afecten a otras colecciones.

Por su parte, Agirre ha hecho saber que, además de la "entrega de esta serie de objetos de nuestro patrimonio cultural", desde Aranzadi están "recopilando el conocimiento que recibimos de Fermin", a través de grabaciones que le hacen y de la formación al alumnado universitario que acude a la sociedad de ciencias. Hay que recordar que Leizaola es el director del departamento de Etnografía de la misma.

Millán ha querido agradecer tanto al propio Leizaola como a Aranzadi la donación de estas piezas, que son testigo "de toda una trayectoria de varias décadas de estudio acerca de la etnografía vasca" y ha comunicado que, con motivo del décimo aniversario de Gordailua, su departamento ha puesto en marcha una ayuda económica para que los museos y centros de interpretación del territorio puedan tener en sus dependencias los objetos "con todas las garantías". En total, el centro cuenta con más de 75.000 elementos del "patrimonio de todos los guipuzcoanos".