- Este año hay dos pequeños homenajes. Uno a Antonio Mercero, con el cartel y con la proyección de ‘La cabina’, y otro a Chicho Ibáñez Serrador, con la proyección de dos capítulos del ‘remake’ de ‘Historias para no dormir’.

-Dos propuestas además que parten de la televisión. La cabina podría ser incluso un capítulo de Historias para no dormir. Proyectar los dos proyectos nos pareció muy bonito y recuperar la serie de Ibánez Serrador con los nombres que están ahí implicados hacía que fuera muy interesante. Nosotros pondremos dos de los cuatro episodios, el de Paco Plaza y el de Paula Ortiz. Será como un preestreno de dos proyectos de televisión con una calidad tal que justifican que estén en el festival.

No hay cine vasco. Quizás podría haber estado ‘Ilargi guztiak’, pero se decidió estrenar antes.

-Sí, y nos dio un poco de pena porque es una película que me encanta y que no ha tenido todo el eco en taquilla local que se merecía. Aún así, la proyectaremos en Oiartzun y tenemos también el estreno de un cortometraje, Deia, fuera de concurso, y alguno más en competición, por lo que contaremos con cineastas vascos. También sacamos la segunda edición de Oihua!, precisamente para promover la creación del género fantástico en euskera. Tratamos de estar pendientes de los nuevos Paules Urkijo y ayudarles.

La gente, por lo tanto, ya no tiene miedo de hacer una película de género.

-Miedo, por parte de los creadores, nunca ha habido y quien ha perdido ese miedo es la industria. Se ha dado cuenta, también con la ayuda de las plataformas y las series, de que hay que diversificar las temáticas. Aquí tenemos gente capaz de liderar proyectos ambiciosos y la industria por fin está apostando por ellos.

De cara al año que viene, trabajan en una exposición como homenaje a Luis Gasca. ¿Qué puede adelantar?

-Es una exposición impulsada por la Diputación, que compró gran parte de sus fondos, y que hemos empezado a trabajar. En ella también participará el Zinemaldia, ya que Luis fue director de él, por lo que va a abarcar las fechas de los dos eventos, de septiembre a noviembre, en el centro cultural Okendo. Queremos que recoja toda su labor de divulgador y la importancia que ha tenido él al ser de las primeras personas de este país en hablar de cómic y de cine fantástico y de codearse con las estrellas del género de todo el mundo. Fue un transmisor de la cultura popular y de mundos que muchos desconocíamos.