- El Instituto de Arquitectura de Euskadi, situado en el convento de Santa Teresa de Donostia, dedica una exposición a Eileen Gray (1878-1976), una pionera de la arquitectura moderna, olvidada en parte por su condición de mujer. Comisariada por Wilfried Wang, profesor de la Universidad de Texas, y Carolina Leite, investigadora de la Universidad de Oporto, la exposición recala por primera vez en el Estado tras haber sido diseñada para el Mebanne Hall de Austin (Texas) y haber pasado por la Akademie der Kunste en Berlin y la Facultad de Arquitectura de Oporto.

El eje principal de la muestra es la reconstrucción a escala real de una habitación de la casa E.1027, una villa de verano en la Costa Azul que Eileen Gray construyó en 1929 para su pareja entonces, el también arquitecto rumano y editor Jean Badovici.

La estancia es el resultado de una minuciosa investigación llevada a cabo por la Universidad de Texas mediante la que se han recuperado apliques y mobiliario original del dormitorio, que incluye un lavabo, una cama y un espacio de trabajo.

Gray nació en Enniscorthy (Irlanda) en una familia acomodada, aunque pronto se mudó a París, su principal residencia hasta su muerte. En la capital francesa abrió su tienda con el mobiliario que diseñaba realizado con materiales industriales. En la década de los 20 comenzó a interesarse por la arquitectura y, de manera autodidacta, comenzó con la primera de las tres casas que proyectó: la E:1027.

En la presentación que tuvo lugar ayer, Leite destacó la importancia del concepto de “funcionalidad” y “adaptación” al uso y al modo de vida del usuario que Gray dotó a su construcción. Es una casa abierta al Mediterráneo, de líneas simples, racional para la que Gray estudió el espacio, la luz y la habitabilidad de la vivienda a la hora de diseñar los muebles y que se convirtió en un “icono del movimiento moderno que llamó la atención incluso de Le Corbusier”, explicó Leite.

Sin embargo, el considerado padre de la arquitectura racionalista, amigo también de Bradovici, pintó unos murales en las paredes de la casa en contra de los deseos de Gray, lo que valió que esta le retirara la palabra para siempre. Durante la II Guerra Mundial fue saqueada y posteriormente abandonada. En el año 2000 fue adquirida por el Gobierno francés, que inició su reconstrucción.

Gray cosechó “más o menos” celebridad en su momento, pero “siendo una figura con tanto peso como Mies van de Rohe y más que otros de segunda fila, no aparece en los libros posiblemente por ser mujer”.

La reivindicación de su obra no comenzó hasta los años 70, una vez fallecida Gray, cuando un galerista se interesó por los derechos de sus muebles y en la Universidad de Harvard y de Zurich comenzaron las investigaciones sobre su obra.

La exposición, creada expresamente para el Mebanne Hall de Austin (EEUU), recala por primera vez en el Estado