- Pese a la pandemia, 2020 fue un año intenso para la tolosarra Amaia Elizaran. Tras el confinamiento estrenó una nueva obra Out -una adaptación de su trabajo Mar-, que se exhibirá en la próxima edición de la Feria de las Artes Escénicas de Donostia, dFeria. Además, la coreógrafa viajó a Irlanda para participar en un programa de creación y exhibición dentro de las iniciativas que Galway organizó como Capital Europea de la Cultura 2020. Con una nueva obra en mente, Arima, Elizaran ha sido seleccionada por la iniciativa Atalak, una red transfronteriza de creación coreográfica.

¿Qué supone ser parte de Atalak?

-Es un reto y es un paso más en mi carrera. Es la primera vez que voy a crear una coreografía que van a bailar otros, lo veré desde fuera. Normalmente, suelo estar dentro de las piezas que suelo coreografiar, como intérprete. Atalak también me da la oportunidad de trabajar con un equipo amplio de bailarines, entre ocho y doce. No se suele tener la oportunidad de trabajar con un equipo así, porque no hay posibilidades económicas de poder moverlo.

¿Tiene ya en mente la coreografía que quiere crear?

-Mi idea es hilar mi nuevo proyecto, que se llamará Arima, con el trabajo que hagamos en Atalak. Esta residencia te da la oportunidad de experimentar las ideas que tengas vinculadas a tu próximo trabajo. A mí Atalak me va a servir para ver desde fuera ideas que tengo en la cabeza, que de otra manera no podría.

¿Cuándo empezará, entonces, a desarrollar 'Arima'?

-Entre el 15 y el 26 de noviembre iniciaré el proceso de investigación de Arima y, entre el 29 de ese mes y el 17 de diciembre, participaré en Atalak. Después volveré con Arima, que se estrenará en febrero de 2022.

No obstante, lo que cree en Atalak y la futura 'Arima' serán coreografías distintas. Sus proyectos hasta la fecha han sido para una o dos bailarinas y, en este caso, tendrá a su disposición todo un cuerpo de baile...

-Me permitirá ampliar y experimentar con un grupo de baile hasta dónde podrían llegar mis ideas. Quizá, después de esto, dé un paso adelante y me lance a hacer coreografías para más bailarines. Estoy acostumbrada a trabajar con un equipo pequeño, y estoy a acostumbrada a trabajar siendo yo la intérprete... No sé lo que va a pasar (ríe). Quizás llegue el momento de ampliar el equipo y tirar para adelante pero, como digo, es un riesgo.

'Arima' surge de su estancia en Galway el pasado agosto. Participó en un intercambio cultural con motivo de la Capitalidad de la Cultura Europea de la ciudad irlandesa.

-El proyecto de Galway era un proyecto de artes escénicas. Por un lado, aunaba distintas disciplinas y, por otro, diversas culturas de sociedades con lenguas minorizadas. Fue uno de los pocos programas que mantuvo Galway 2020. Tuve la suerte de poder colaborar con el músico y compositor Liam Ó Maonlaí, una rockstar muy conocida y frontman de la banda Hothouse Flowers, una banda que fue muy potente. Ahí surgió el germen de Arima, un germen que quiero desarrollar aunando las dos culturas, que tienen mucho en común. La idea es que Liam venga a trabajar conmigo en el próximo proyecto y que se quede como colaborador externo dentro de Atalak.

Tiene bastante experiencia colaborando con músicos. No en vano, Xabier Zeberio participa en sus proyectos y usted lo hace en los suyos.

-He cogido un camino con el que voy a seguir. Cada vez que emprenda un nuevo proyecto, me gustaría colaborar con músicos distintos. En mi pieza Block, por ejemplo, la música la hizo y la grabó Lander Zalacain, de Belako. A partir de Mar, que es una obra para sala, empecé a incluir música en directo con Xabier Zeberio. Mientras pueda llevar música en directo, lo haré; si no, seguiré proponiendo colaboraciones para que me compongan músicas para mis obras. Me parece un lujazo.

¿Cómo fue viajar a otro país a desarrollar un proyecto de este tipo en plena pandemia?

-Las dos primeras semanas de la residencia en Irlanda tenían que haber sido en abril y mayo. Con el confinamiento se mantuvieron, pero de forma online. No sabía si en agosto iba a poder ir y si, posteriormente, iba a poder actuar. Al final, sí víaje. Fuimos algo más de una semana antes para poder hacer cuarentena, pero pudimos llegar, preparamos la producción, se estrenó el trabajo e hicimos una semana de actuaciones. Al poco de irme de Irlanda cerraron todos los teatros y, a día de hoy, siguen cerrados.

¿Tiene idea de estrenar 'Arima' en Irlanda?

-Mi idea es estrenarla en Euskadi y en Irlanda, sí. Mi idea es traer a Liam a mi terreno y que él me lleve al suyo; que nos podamos complementar y que cada uno pueda entrar en el circuito del otro. Por supuesto, si salen más cosas, sería maravilloso.

Aparte de su experiencia en Galway, ¿cómo le fue el 2020?

-Al principio, como le ocurrió a todo el mundo, sufrimos un parón. La mayoría de la agenda de verano del año pasado se nos cayó. Teníamos intención de ir a Francia a un festival bastante potente y no pudo ser; por suerte, volveremos este año. También teníamos previsto un viaje a Alemania... Oportunidades únicas que llegaron, no pudieron ser.

¿Cómo lo afrontó?

-Decidí que iba a aprovechar el tiempo para formarme e hice una formación en yoga. Decidí hacer eso porque, de otra manera, nunca iba a tener un mes de verano libre para hacerlo.

¿Se puede vivir solo de la danza?

-Es muy inestable. Hay meses en los que tienes mucho trabajo y hay otros en los que no tienes nada. Llevo cinco años impartiendo clases. Intento compaginarlas con las actuaciones. Además estoy a mil cosas. Ahora mismo vivo de la danza, no me puedo quejar; aunque es complicado, se puede, pero hay que tener el cuerpo en varios sitios a la vez.

Este año también participará en dFeria de Donostia, donde presentará 'Out'.

-Out es una adaptación a los nuevos tiempos de mi proyecto Mar. Out se estrenó en junio del año pasado, era algo que no estaba previsto. Nos escribieron desde la concejalía de Cultura de Tolosa porque querían dar la oportunidad a artistas locales para que mostrásemos nuestros trabajos; llevábamos meses parados. Estrenamos Mar en octubre de 2019 y en marzo llegó el confinamiento. Al no poder moverla, se nos ocurrió hacer una adaptación y así surgió Out. Me hubiese gustado que Leire Otamendi-bailarina en Mar- estuviese en Out, pero en junio aún no se permitía que hubiese contactos en escena.

La mayoría de sus coreografías se caracterizan por tener mucho contacto entre las bailarinas.

-Es cierto que ahora hemos hecho Block y se hace con todas las medidas posibles. Pero claro, si nos prohibiesen el contacto, solo podría estar yo en escena con Xabi.

¿Cómo es 'Out'?

-Es como estar debajo del agua y salir de ella en el momento en el que ya no puedes aguantar sin respirar. Es como salir del mar a coger aire.

Es algo que necesitamos mucho.

-¡Sí! (ríe). El estreno fue una de las primeras cosas que hicimos después del confinamiento y para mí, que tenía tanto dentro, fue como un desahogo increíble y casi terapéutico.

Es una habitual en dFeria. ¿Es un buen escaparate para los creadores?

-Sí. dFeria nos ayuda a poder alargar la trayectoria de las piezas. Es una gran oportunidad estar ahí, como dices es un escaparate. Aunque este año no sé cómo será, supongo que la gente que viaje a la feria será menor.

dFeria también le ha permitido dar algún bolo fuera de Euskadi. En 2018, por ejemplo, participó en el mercado profesional Mapas de Tenerife con 'Block' y 'Pool'.

-Fue a través de la iniciativa dFeria Abroad con la que ayudan a varias compañías a moverse fuera. Ahora mismo, creo que si llegas a Madrid es como llegar a Nueva York (ríe).

En un contexto sin pandemia, ¿es difícil mover las piezas fuera de Euskadi?

-Es complicado. La clave es ir ampliando tu red. Cuando empecé por mi cuenta en 2015, vine aquí sin ninguna red. Comencé a hacer mis cosas y lleva su tiempo, lo primero, conocer tu entorno inmediato, Euskadi. El mapa, poco a poco, se va ampliando, pero cuesta mucho salir de aquí. Es verdad que iniciativas como dFeria nos han ayudado a ir a Tenerife. El año pasado, por ejemplo, a través del Instituto Etxepare teníamos previsto viajar al Tanzmesse de Düsseldorf, pero se canceló. Hay varios proyectos para ayudar a las compañías a salir de aquí, pero sin esa aportación, o conoces el contexto de destino previamente o es complicado.

"Mientras pueda llevar música en directo, lo haré;

si no, seguiré proponiendo colaboraciones"

"dFeria nos ayuda a poder alargar la trayectoria de las piezas. Es una gran oportunidad, un escaparate"

"Sin ayuda de instituciones como Etxepare, o conoces el contexto del país de destino, o es complicado mover piezas"