uando el camino se acaba y quieres seguir andando, no te queda otra que adaptarte al terreno y buscar una alternativa. Eso es precisamente lo que han hecho Koldo Serra y José A. Pérez Ledo. Cuando todo el mundo se había cansado del found footage, un recurso exprimido hasta la última gota en el género -sobre todo, desde la explosión que supuso The Blair Witch Project (1999)-, han decidido traer a los centennials al mundo de los clásicos del terror, adaptando el lenguaje audiovisual de las redes sociales a Holocausto caníbal (1980). Es muy significativo que el propio Serra recomendase a los actores protagonistas que se bañasen en los clásicos de los 80 y los 90, no en vano, sus creadores no ocultan sus influencias. Deliverance (1972), The Texas Chain Saw Massacre (1974) o su versión remozada por Rob Zombie House of 1000 Corpses (2002) -y sus dos secuelas- podrían ser los padres espirituales de un hijo que hasta cuando encuentra un cadaver lo filma para subirlo a Tik Tok a ritmo de trap. En esta serie, que en la Semana se ha podido ver seguida en un montaje de dos horas y sin mayor corte que la aparición repetida de la cabecera que saca al espectador de la historia, unos chavales se pierden en la selva de Irati en su viaje hacia Santiago. Pero el peregrinaje se vuelve más oscuro cuando se convierten en presas de unos desconocidos que los atacan desde el cobijo del bosque con flechas y piedras que dan a matar. El resultado no puede ser más certero, provocando momentos de auténtica tensión e incertidumbre, en una visita guiada por las principales atmosferas del terror. No obstante, la fórmula se agota pronto. A la hora, lo efectivo se convierte en efectista; aunque Netflix haya acostumbrado a los maratones, Caminantes funciona mejor poco a poco para no caer en lo repetitivo.

Director: Koldo Serra. Guion: José Antonio Pérez Ledo. País: Estado español. Intérpretes: Daniel Ibáñez, Alexandra Pino, Carlos Suárez, Songa Park, Lucas Miramón, Eguzki Zubia, y Pako Revueltas. Duración: 112 minutos.