- En 2019 Grises decidió tomarse un descanso y en marzo de 2020, a punto de sacar su nuevo disco, 'Talismán', llegó el confinamiento. Ahora, que por fin pueden presentar el disco, haga retrospectiva: ¿Cómo han vivido este año?

-Después del descanso de 2019 llegamos con mucha fuerza y ganas de volver a seguir. El parón tan abrupto, al principio, nos frenó bastante. Ahora nos lo tomamos con filosofía y como una nueva oportunidad.

¿Cuál es el talismán de Amancay Gaztañaga?

-Tengo varios talismanes; tengo esas creencias. El título del disco estaba puesto antes de la pandemia. ¡Imagínate! Hemos querido dejar a nuestro público un objeto de buena suerte que puedan utilizar. Eso es lo que hemos dejado.

El nombre del disco se toma del título de una canción que en sus primeras estrofas dice así: "Llevo demasiado tiempo/Sin hacer un disco bueno/Se ha quemado mi talento/Y no me llaman de los sellos". ¿Grises tiene miedo de que llegue una época en la que no hagan buenos discos?

-Todo creador lucha en algún momento de la creación con esos demonios, si no, no seríamos buenos creadores. Hablo en general. El ego es parte de algo que como creador tienes que gestionar. También es algo que te ayuda a exponerte de esa manera, porque lo que la gente está escuchando son tus propias vivencias. Esperamos no hacer ningún disco malo (ríe), pero eso no lo podemos valorar vosotros.

El disco estaba pensado para marzo pero el COVID-19 impidió su presentación y salida.

-El disco iba a salir el 27 de marzo y la producción estaba lista para diciembre del año pasado. Ahora lees las letras y me parece que hemos sido un poco Nostradamus (ríe).

¿Se ha resignificado?

-Estas cosas pasan cuando trabajas en la creación. De repente te anticipas a cosas que van a suceder. El artista cuando compone o crea está en contacto con toda la información que hay en el entorno, la coge y la plasma.

Hoy actuarán en Intxaurrondo pero, previamente, ya han tenido opción de volver a los escenarios. ¿Cómo ha sido la experiencia?

-Una pasada. Ha sido emocionante. Era algo que necesitábamos como grupo, tener ese contacto con el público, aunque sea de esta manera tan extraña, con la gente sentada. Ha sido como respirar después de haber estado bajo el agua.

Presentar un disco 'cañero' como 'Talismán' en una sala con la gente sentada y sin poder bailar es prácticamente un oxímoron. ¿Cómo se puede defender un álbum en estas condiciones?

-Sí, es un oxímoron (ríe). Los dos primeros bolos fueron raros. Al principio sentía que estábamos luchando contra esa incapacidad del público, pero luego hay que verlo de una forma distinta. El público ve el concierto, pero de otra manera, y también lo está disfrutando, porque creo que la gente está ansiosa de consumir cultura. Los que vivimos de esto lo estamos notando. Defendemos el disco haciéndolo lo mejor posible y esperando que el público lo esté disfrutando de la misma manera.

¿Cómo ve el futuro en este escenario tan complicado?

-Siempre intento ser optimista, pero creo que nos toca vivir tiempos difíciles: empiezan a cerrar salas, va a haber recortes impresionantes en Cultura... Los que vivíamos de la cultura siempre hemos vivido de manera precaria y, si no cambia la cosa, para algunos se va a volver insostenible. Insisto, no soy una persona negativa, pero esto lo veo difícil y complicado.

En el nuevo álbum es de subrayar lo electrónico.

-Tiene un toque electrónico y también guitarrero. Es un disco más crudo y está pensado para el directo. Talismán creemos que es el disco más honesto que hemos hecho, sin complejos. Hemos hecho lo que nos ha dado la real gana; ahí está esa electrónica desatada y esa base rítmica, un poco caótica y diferente, que marca el disco desde el principio hasta el fin. Ahí ha quedado.

¿Cómo ha sido la incorporación de Gartxot Unsain como bajista del grupo?

-Ha sido fácil. Él es una persona de carácter fácil y agradable. Anteriormente ya había estado con nosotros de gira y había hecho pequeñas sustituciones de Raúl Olaizola. Lo hemos sentido muy de la familia.

En 'Talismán' también han contado con un par de colaboraciones interesantes.

-Por un lado, ha participado Jurgi Ekiza de Willis Drummond, en la primera canción que hemos hecho en euskera en diez años, Galdu Arte. Luego también hemos contado con Víctor Cabezuelo de Rufus T. Firefly, y ha sido un lujo tenerlo.