a escritora y ganadora del premio Planeta Lucía Etxebarria necesitaba pasta para saldar unas deudas y aceptó la oferta de participar como concursante en Campamento de verano, una especie de Gran Hermano en tienda de campaña ideado por la cadena de la rima fácil para el verano de 2013, donde participaban otros famosetes, casi todos colaboradores de la cadena y exconcursantes que primero fueron anónimos de otros realities. El golpe de efecto era magistral, la ganadora del premio literario más importante y millonario que conceden los dueños de Antena 3 acababa en Tele 5. Torpedo en la línea de flotación para estudiantes, aspirantes a escritor e intelectuales.

Etxebarria se convirtió en la niña rara, la empollona frente a la fauna telecinquera que nutría el campamento y, superada por los acontecimientos, pidió ayuda a su presentador, Joaquín Prat, para salir de allí: "Me han llamado pajillera, loca, sucia, me han gritado, me han entrado en la habitación cuando estaba durmiendo y han dado una patada (...) me levanto llorando y me acuesto llorando, hay gente aquí que necesita muchísimo el dinero y la fama, y parece que dispuesta a morir matando y hacer lo que sea (...), no soy lo suficientemente fuerte, no lo resisto (...), no quiero que mi madre y mi hija me vean todos los días llorando". Pero Prat como respuesta se puso a cantar ante los vítores y las carcajadas del público.

No sería la única polémica del presentador, que sufrió la retirada de los principales anunciantes del programa y fue acusado de actos denigrantes contra las mujeres cuando pidió a una concursante que se quitara la ropa para "endulzarle la noche" echándole chocolate para que sus compañeros la limpiaran "a lametazos". Ella, indignada, protestó diciendo "¿por qué me tienes que decir que cualquiera de mis compañeros me laman nada?" y denominó al programa "Campamento de mierda".

El abandono de Etxebarria no acabó con el bullying televisado, que se perpetuó en los programas Sálvame y Sálvame Deluxe, según la sentencia del Tribunal Supremo dictada en 2018 condenando a la cadena a pagarle 50.000 euros por daños morales e intromisión en su intimidad.

Espeluznante fue ver a la escritora en el Deluxe, donde acudió por "presiones" pese a estar de baja médica por ansiedad, suplicando a Terelu Campos que la dejara marchar en uno de los programas más crueles que se recuerdan, donde la presentadora cruzó la línea roja de emplear las mismas malas artes que dijo haber sufrido por parte de esta cadena años atrás.

Pero la cosa no quedó ahí, otra sentencia condenó a Etxebarria a pagar 18.000 euros a la directora de Campamento de verano por "expresiones vejatorias" en su blog y redes sociales contra ella. Una vez fuera, la escritora había respondido a los ataques con más ataques.