Bernardo Atxaga, Premio Nacional de las Letras Españolas 2019, considera que "existe una literatura de minorías", para él, "muy interesante", y otra "industrial", la de los libros "más vendidos", que asocia, en un símil gastronómico, a "los platos preparados, fáciles: pizzas y bollería industrial".

José Irazu Garmendia, conocido con el seudónimo de Bernardo Atxaga, ha realizado esta reflexión en una entrevista con Efe, antes de pronunciar este jueves la conferencia 'Pange Lingua. Influencias imperceptibles', en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla, declarado Patrimonio de la Humanidad, en un acto invitado por la Universidad de La Rioja.

Autor de cuento, novela, poesía y ensayo y miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca, Bernargo Atxaga (Asteasu, Guipúzcoa, 1951), se considera aficionado a la poesía, que vincula al latín que escuchaba de niño en la iglesia de su pueblo o hablando de un poeta castellano.

También sostiene que se incluye entre los escritores de una literatura de "minorías", frente a una literatura de "mayorías", que cree que es "industrial", que es "la que existe actualmente" y que encaja con un público que, en general, "siempre quiere el mismo cuento".

Reconoce que hacía mucho tiempo que no leía novela negra, algo que sí ha hecho durante el confinamiento por el estado de alarma de la COVID-19; además de escribir un cuento humorístico para niños.

"He leído un montón de novela negra durante el confinamiento porque (antes) me resistía a ello y, de verdad, ¡es increíble!: todas son iguales".

"Da igual -prosigue- que sean francesas, italianas, americanas o españolas, son iguales. Es como a los niños, el mismo cuento, cambiando los nombres y los escenarios".

Cree que, "ahora, probablemente, por la influencia de las series de televisión", la literatura actual peca, desde su punto de vista, de "poca sofisticación, como los platos preparados, los platos fáciles: pizzas, bollería industrial".

A sus casi 69 años, que cumplirá en cuatro días y con un currículum en el que atesora varios premios, afirma que, en lo literario, su "gran preocupación" es que exista "una minoría lo suficientemente grande y fuerte como para sostener otro tipo de discurso, otro tipo de poesía, de literatura o de música, que no haya única y exclusivamente la misma canción, el mismo cuento, una y mil veces repetido".

También asegura que, "sabiendo que (esa literatura industrial) es lo mayoritario, existe otra minoría que puede comprar los libros que no son los que están en la lista de más vendidos y no lo digo por despecho, sino porque considero que la otra literatura (minoritaria) es muy interesante".

No cree que la etapa del confinamiento haya influido, en general, en "el hecho ni el modo de escribir" porque, "ante los golpes fuertes, la reacción del escritor es la del silencio" y asegura que, aunque su situación personal "no es la mejor de los últimos tiempos", es algo que no le afecta en su faceta de escritor.

Tras el estreno, el pasado 21 de julio, en Teatro Arriaga de Bilbao, de su espectáculo literario "Pange lingua, voglio una pizza", Atxaga dice pertenecer a una generación de escritores que compara con "las modistas", que "cuando no hacen un jersey, hacen un pantalón o, si no, una bufanda".

"Prácticamente escribo todos los días y, en principio, mi gran objetivo ahora es ordenar mis escritos, mis ideas y ordenar un poco mi vida", al final de "mi carrera" y "recoger la cocina", en el sentido de recopilar su obra o realizar proyectos como el 'Pange lingua, voglio una pizza", del que dice sentirse "satisfecho" por la respuesta del público en este escenario teatral de Bilbao.

El humor también forma parte de la idiosincrasia literaria de este escritor vasco, quien prepara un nuevo cuento cómico, surgido de los "patos" que hay en Logroño y de una conversación con un amigo de La Rioja.

Su conferencia en San Millán de la Cogolla forma parte de la presentación del último número de "Fábula", la revista literaria que edita la Universidad de La Rioja y que él apadrinar este jueves, en el que se celebra el Día del Libro 2020, retrasado con motivo de la COVID-19.