Maraña es el comisario y propietario de las piezas que se exhiben y que pudo verse por primera vez en la casa de cultura de Orio, pueblo natal del escultor, en el año 2000. En ella se contemplan por primera vez un amplio conjunto inédito y desconocido de dibujos del artista y poeta vasco, creados en su mayoría en el periodo 1985-2000. “Conforman un material no menos original, que no puede disociarse del conjunto de la tarea plástica y escultórica del artista”, explica Maraña. De hecho, en el proceso creativo la poesía y la palabra tienen un lugar predominante. Muestra de ello es que ganó el Premio Internacional de Escultura de la IV Bienal de São Paulo, celebrada en 1957, no con una escultura, sino con la memoria expositiva, con el proyecto creativo, de una futura escultura. “Oteiza realizó durante toda su vida muchos bocetos, esbozos y dibujos, que conforman la carpintería elemental del artista antes de resolver los diversos procesos creativos”, asegura Maraña.

En concreto, en la exposición de Pasaia se pueden observar diversas series de dibujos (Paraíso, El sitio de la poesía, Manchas fónicas, Estampas y Litoral), todas ellas creadas en la intimidad del despacho del artista en distintos momentos. A ella se incorporan letrismos y procesos de composición de un poema. Además, como novedad, se presenta en Pasaia por primera vez una escultura, Paraguas, una figura de mujer de barro, que representa el momento en el que su mujer, Itziar Carreño, y una amiga, se lamentan por la rotura de un paraguas en Irun.

Con esta exposición y con las charlas que ofrece cada martes a las 19.00 horas, Maraña quiere desterrar la imagen de anciano cascarrabias y de gran genio que mucha gente tiene de Oteiza. Maraña, gran amigo de este artista universal, reconoce el carácter explosivo que sacaba Oteiza, sobre todo cuando le provocaban con algunas preguntas, pero asegura que gran parte de su tiempo, el escultor lo pasaba en silencio y absorto, en grandes episodios de depresión, creando y pensando.

Esta semana está previsto que se cierre la muestra de Pasaia, aunque el comisario señaló que es posible que se prolongue unos días más. No obstante, Maraña aseguró que esta exposición tiene vocación de ser permanente. Así las cosas, se va a editar un libro “muy trabajado” para que la exposición tenga continuidad. Desde que se abriera el pasado 2 de agosto, más de 1.500 personas han pasado por Víctor Hugo para contemplar estas obras.

Oteiza y Pasaia Jorge Oteiza (Orio, 1908-Donostia, 2003) mantuvo una relación constante con los artistas vascos de su tiempo, en todas sus manifestaciones: arte, literatura, música, historia... Según señala el editor Félix Maraña, su intervención se manifestó en creadores y movimientos, como en el grupo Ez dok amairu. Uno de estos amigos fue el músico pasaitarra, director de la Escolanía Don Bosco y miembro del grupo Oskarbi, Luis Romero Eskamendi (1918-2006), quien mantuvo una relación particular con Oteiza. De hecho, Romero era “un herrero con sensibilidad”, apostilla Maraña, por lo que en en los talleres de Irun que dirigían los hermanos Romero se materializaron, entre 1957 y 1984, diversas e importantes esculturas en planchas de hierro y aluminio. En Romero se construyó el Odiseo, obra que figura en la sede central de Kutxabank, en la calle Garibay de Donostia. “Oteiza siempre agradeció al músico y empresario pasaitarra su colaboración y amistad, que se extendió a toda su familia”, apunta Maraña.

No obstante, la relación de Oteiza con Pasaia se extiende más allá de Romero, puesto que tuvo un vínculo estrecho con el escultor Ricardo Ugarte de Zubiarrain (Pasaia, 1942) y con el también escultor Reinaldo López Carrizo (Vigo, 1944) afincado en Trintxerpe desde niño.

Exposición. Jorge Oteiza: dibujos, estampas, palabras (y esculturas)

Lugar y horario.En la Casa Víctor Hugo de Pasai Donibane hasta el 29 de septiembre. De miércoles a sábado (18:30-20:30). Domingos y festivos (11:30-13:30)

Entrada gratuita.

Visitas guiadas. Martes, día 24, a las 19.00 horas en castellano con Félix Maraña y a las 20.00 horas en euskera con Aitor Azurki.