donostia - Mateoren ama, el último cortometraje dirigido por Aitor Arregi y José Mari Goenaga, es uno de los siete títulos seleccionados para el catálogo Kimuak 2019, que incluye también el documental Artiko, sobre el viaje realizado por el pintor Jesús Mari Lazkano al archipiélago Svalbard.

Al igual que otros participantes, Goenaga y Arregi, que comparten la productora Moriarti, de la que han salido proyectos conjuntos junto a Jon Garaño, como las aclamadas Loreak y Handia, ya habían sido seleccionados previamente para Kimuak. En Mateoren ama cuentan la visita, tras mucho tiempo sin verse, de un hijo a su madre, que se encuentra en una residencia y no reconoce a nadie.

Por su parte, el documental Artiko lo firma el propio Jesús Mari Lazkano junto a Josu Venero. El bertsolari Xabi Paya pone palabras a los paisajes filmados para este documental.

El realizador de Pamplona Raúl de la Fuente -Un día más con vida- participa por tercera vez en Kimuak con El infierno, producido por la donostiarra Kanaki Films, con el que se acerca a un “niño de la calle” de Sierra Leona que cometió su primer delito con 15 años.

También concurre por tercera vez la azkoitiarra Izebene Oñederra. Lo hace con Lursaguak (Escenas de la vida), una animación de “gran potencia” creada “sobre la base conceptual de una cultura milenaria que está siendo minada por millones de topos de una especie nunca conocida”.

Para el donostiarra Jesús María Palacios, esta es su segunda incursión en el catálogo. Su corto Labo es un “retrato arquitectónico, cinematográfico y político” de la antigua Universidad Laboral Francisco Franco de Tarragona, “que invoca la memoria histórica a través de un cuidado minimalismo formal”.

Leyenda dorada, del donostiarra Ion de Sosa y el ilicitano Chema García Ibarra, aúna el costumbrismo y el humor en una película filmada en 16 milímetros en la piscina municipal de Montánchez (Cáceres).

Ainhoa Gutiérrez del Pozo, nacida en Donostia, ha sido elegida para este programa, el número 22 de Kimuak, por el documental Medvedek, que narra la llegada al Pirineo navarro de dos osas de origen esloveno, a las que observa para comprobar de qué manera influyen en el paisaje.- Efe