parís - El chef estadounidense Anthony Bourdain, de 61 años, protagonista de una exitosa carrera delante y detrás de las cámaras, se suicidó ayer en Francia mientras estaba trabajando en un programa sobre la ciudad de Estrasburgo. La noticia sorprendió a los millones de seguidores que durante décadas disfrutaron de sus platos, sus programas de televisión y de una personalidad que transmitía una especial pasión por la vida y por descubrir el mundo que le rodeaba.
Bourdain fue hallado muerto en su habitación de un hotel en Kaysersberg (Alsacia), por su amigo francés Éric Ripert, propietario del restaurante Le Bernardin de Nueva York. En esta región francesa, a menos de 40 kilómetros de Alemania, el cocinero preparaba una nueva emisión de Parts Unknown para la CNN, cuyos presentadores avanzaban ayer entre lágrimas el terrible final de una de sus estrellas. El fiscal de Colmar confirmó que Bourdain se quitó la vida ahorcándose. En el pintoresco hotel de lujo donde se alojaba, “una casa de prestigio con espíritu familiar” según su web, el personal ha recibido orden de no pronunciarse.
A pesar de la cordialidad y amabilidad de la que Bourdain hacía gala en sus emisiones, era su carácter espontáneo e incluso las palabras malsonantes que se le escapaban de vez en cuando las que conquistaron al público. A la televisión entró en 2005 tras pasar por los fogones más populares de Nueva York. Además de por su carrera profesional, era reconocido por su pasión por el Jiu-Jitsu brasileño, deporte con el que se mantenía en forma, y por su compromiso en la lucha contra el acoso sexual. Bourdin fue el principal apoyo de Asia Argento, su pareja desde 2016, cuando denunció en octubre al productor Harvey Weinstein por haberla violado con 21 años, cuando participaba en el Festival de Cannes.