es una de las voces clásicas de la música popular estadounidense, vivió de primera mano la segregación racial en Estados Unidos, lideró al grupo familiar The Staples Singers y, hoy en día, en 2018, Mavis Staples alerta sobre los renacidos rastros de odio, división y racismo en su país. Por ello, la vocalista reivindica la igualdad, la unión y la libertad en su último disco, If all I was was black (Anti. Pias), escrito y grabado junto a Jeff Tweedy (Wilco), y que presentará en junio, en el festival vizcaino BBK Music Legends.

Mavis busca que sus canciones puedan “cambiar el mundo” y “unir al pueblo”. Sabe de lo que habla y a lo que canta. Su música, desde los tiempos de The Staples Singers en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, grupo que compartió con sus hermanas y su aita, Pops, está ligada íntimamente a la defensa de los Derechos Civiles, la igualdad y la libertad, y siempre se ha mostrado crítica con el racismo y la violencia policial contra los afroamericanos.

En la génesis de su disco actual está un episodio vivido por la familia Staples en 1964, en West Memphis, cuando el grupo volvía de un concierto con la recaudación en metálico. Su padre fue detenido y ella pensó que les iban “a linchar” después de que uno de los empleados de una gasolinera les insultara por el color de su piel y les acusara de agresión y de robo.

“En aquella época, los negros podían ser asesinados”, recuerda Mavis. “Nada ha cambiado”, apostilla al referirse a un 2018 en el que sobrevuelan fantasmas del pasado fraticida, como confirman algunas declaraciones de Donald Trump ante el desfile de neonazis con esvásticas en Virginia, el año pasado, o la polémica con el himno en algunos estadios. “No nos amamos los unos a los otros como deberíamos”, explica Mavis, para quien “algunos dicen que quieren hacer grande el mundo otra vez, pero nunca perdimos nuestra grandeza; nos desviamos hacia la división”, aclara.

De nuevo con Tweedy If all I was was was black representa la tercera colaboración de Mavis con el compositor, productor y líder de Wilco, Jeff Tweedy, de cuya banda se acaban de reeditar con inéditos sus dos primeros discos, A.M. y Being there. La dupla se reunió para una joya llamada You are not alone, en 2010, y logró el Grammy al mejor álbum de Americana. Su segundo esfuerzo conjunto, One true vine, mantuvo el interés y ahora llega su continuidad, en la que Tweedy ha compuesto un álbum completo de canciones originales para Mavis. Aunque se echa en falta la magia inmediata de canciones previas como Your are not alone, I belong to the band o Holy ghost, la voz de Mavis (quizás ya no tan rotunda y poderosa) todavía suena emocionante y convincente aunque, quizás, le falta algo de fiereza en los versos más reivindicativos y de denuncia de un disco en el que Tweedy ejerce de productor y toca guitarras, bajo, voz y percusiones. En el resto de la banda sobresale su hijo Spencer, a las baterías.

“La vida te rodea, las armas están cargadas/es difícil no apreciar cierta tensión”. Así arranca el disco, con Mavis cantando también “pobre chico, le cogieron sin licencia/no es por eso por lo que le dispararon/dijeron que se resistió”, en el tema Little bit, música negra interpretada con un matiz pesado y rock. Esa es la tónica de un disco que indaga en la música de color desde una perspectiva de rock de raíces, como demuestra el soul electrificado que titula el CD, en el que la veterana canta “tengo amor... es hora de dar más amor”.

Gospel y rock Con guiños al funk y al rock suena Who told you that, mientras en Ain’t no doubt about it (“mienten y no muestran vergüenza alguna”) se une Jeff al micrófono; en Peaceful dream ensamblan gospel y folk, o blues de guitarras saltarinas en Build a bridge. Con una de cal, más blanca y rock, en piezas como Try harder, y otra de arena negroide en temas como el gospel We go high.

El mensaje que ambos pretenden expresar está claro: la unión hace la fuerza; y hay que “intentarlo más fuerte”. Lo expresan en No time for crying, en versos como “no es momento de lloros ni de lágrimas... la gente muere, las balas vuelan... tenemos trabajo que hacer”, a ritmo de funk minimal, o en canciones como Build a bridge (“mira alrededor de nuestro país, a la gente que nunca vemos/de pie, codo a codo, nos dividimos/solos en la tierra de la libertad”) o en Peaceful dream, con guiños a Luther King y Michelle Obama, cuando Mavis canta: “Tenía un sueño, mi corazón estaba repleto de esperanza... ven y comparte este sueño lleno de paz”.