DONOSTIA. La sala Ganbara del Centro Koldo Mitxelena de Donostia acoge desde hoy 31 obras de Adrián Ferreño en una muestra que recoge desde autorretratos tempranos a los últimos "poemas visuales" de este artista que ha hecho de la "belleza que esconde la pobreza" un hilo conductor de su obra.
Nacido en 1948 en Villanueva de Gata (Cáceres) aunque desde los cuatro años vive en Gipuzkoa, Ferreño reconoce que su recorrido artístico está vertebrado por la pobreza, algo que conoció a través de sus padres pertenecientes a la generación de la posguerra.
Profesor de la escuela de la Asociación de Artística de Gipuzkoa, Ferreño dio sus primeros pasos en el dibujo en una chabola "rodeado de conejos y gallinas" situada en la huerta familiar, ha recordado el artista en la presentación de la exposición en la que ha estado acompañado por la directora de Cultura de la Diputación guipuzcoana, María José Tellería.
Desde entonces, fue consciente de que había descubierto "la belleza existente en los colores de la pobreza", un conocimiento que también disfrutaron los dadaístas o Antoni Tapies y que Ferreño ha querido replicar a través de sus pinturas.
"Esta es mi raíz, está en todos mis cuadros. En muchos de ellos aparecen roñas o escombreras", uno de los motivos recurrentes en este artista que ha dedicado varios lienzos a los vertederos.
La exposición muestra las primeras obras de Ferreño, entre las que destaca una secuencia de autorretratos en los que puede apreciarse la evolución de su pintura desde el más antiguo, "Autorretrato con vegetación" de 1977 a los más tardíos que aparece pintando retratos o paisajes.
Precisamente el paisaje es una de las bases de este artista que recalca su condición de pintor "en la naturaleza y en la calle".
El trabajar en contacto con la naturaleza hace que acabe "imbuido" por ella, y experimente una "vivencia tan potente" hasta "sentirse comprometido como puede ocurrir con un agricultor", ha señalado el artista que realiza travesías por el monte con una tienda de campaña para captar la naturaleza en sus cuadros.
En los últimos años Ferreño se ha sumergido en el "surrealismo" con la elaboración de "objetos" artísticos que ha calificado de "poemas visuales".
Es el caso de la composición "Nubes y personaje", en el que aparece una persona elaborada en pasta de papel que "aterriza" con un paracaídas que representa el cielo.
Estas últimas creaciones están centradas en la "pareja", después de que a lo largo de su carrera no haya representado más figuras humanas que las de sus autorretratos.
"Una novia para la soledad del portero", "Nube y pareja", "Bajo el cobijo de la silla de Van Gogh", "Guardián de la pareja en puente de Kursaal", "Guardián de la pareja en la playa" o "Guardianes del dibujo" son algunos de los títulos de estos poemas visuales incluidos en la exposición.
Como muestra de importancia que Ferreño otorga a la poesía, un grupo de integrantes de la Asociación de Artistas en la que imparte clases ofrecerán esta tarde en la inauguración un recital de "haikus" en el que "harán algo más" que construir estas pequeñas composiciones de tres versos del género japonés, ha avanzado Ferreño.