madrid - Conectar lo real con lo sobrenatural es el sello de la casa del director de El sexto sentido, M. Night Shyamalan, y vuelve a hacerlo en Múltiple, un filme que indaga en el trastorno de identidad disociativo, con el escocés James McAvoy adoptando hasta nueve personalidades diferentes.
Conocido especialmente por su Charles Xavier de X-Men, McAvoy despliega todo su talento en las inquietantes transformaciones que experimenta su personaje, un trabajo que fue a la vez un sueño y una pesadilla, según explica. “Sudé sangre, pero me gustó”, confiesa durante una visita promocional a Madrid acompañado de Shyamalan y de la joven promesa Anya Taylor-Joy, de 20 años. “Soy actor y me divierto explorando los personajes; en este caso pensé que el placer se multiplicaría por nueve, pero cuando empecé me di cuenta de que también el trabajo se multiplicaba en la misma proporción”.
La trama de Múltiple arranca cuando Dennis, uno de esos personajes, secuestra a tres chicas y las encierra en un sótano. Las tres, lideradas por la extraña Casey (Taylor-Joy), deberán aprender a comunicarse con cada una de las personalidades de su captor para tratar de escapar.
Shyamalan, autor también del guion, quería explorar la idea de que las experiencias traumáticas, el dolor, pueden hacer mejores a las personas, aunque hay límites. “El trauma te hace diferente, la cuestión es ¿puedes usarlo a tu favor o no?”, plantea el director de origen indio, y pone el ejemplo de los soldados que vuelven de la guerra. “Leí un libro que habla de que, si cuando vuelven se reintegran y tienen una misión, ese trauma desaparece rápido, pero si les tratan como víctimas se quedan ahí”, explica.
Para abordar el tema de la personalidad múltiple, Shyamalan se entrevistó con especialistas que le explicaron cómo estos pacientes ordenan sus personalidades en su cabeza o cómo las transformaciones pueden tener un impacto físico extraordinario. “Si te doy una pastilla de azúcar y te digo que te cura, un porcentaje de nosotros se cura. Nuestros pensamientos cambian literalmente nuestro cuerpo”, sostiene el director de El protegido, que trabaja ya en la segunda parte del filme.
Sobre el trabajo con McAvoy, dice que el reto fue para el actor, no para él. “Mi trabajo como director es dar indicaciones sobre el personaje. Yo trataba cada personalidad como si fuera un personaje diferente, con la diferencia de que en lugar de salir un actor y entrar el siguiente, era siempre el mismo”.
Anya Taylor-Joy, que debutó en 2015 con el filme de terror The Witch y el año pasado dio vida a la inquietante Morgan en otra cinta del género de Luke Scott, asegura que esta especialización es “una coincidencia”. “No busco la oscuridad, la oscuridad me ha encontrado”, bromea la actriz, nacida en Argentina, y con sangre tanto argentina como española. “En casa hablamos español, bueno más bien spanglish”, señala al respecto.
De Casey destaca su inteligencia, su paciencia. “Tiene una extraordinaria habilidad para entrar en una habitación, analizarlo todo y utilizarlo en el momento oportuno”. Taylor-Joy cambiará de registro en su primera película española, Marrowbone, producida por J.A. Bayona y dirigida por el guionista de Lo imposible, Sergio G. Sánchez, y en la que la actriz vivirá “un romance épico”. Desde el punto de vista de la producción, Shyamalan parece haber encontrado su lugar fuera de los grandes presupuestos de Hollywood, tras estrellarse con un par de superproducciones. En su anterior película, La visita, volvió a un presupuesto modesto y la fórmula funcionó, con una recaudación de más de cien millones de dólares.