donostia - Después de haber trabajado para diversos músicos y cantantes, el pianista Aitor Amezaga sentía la necesidad de sacar adelante un proyecto personal, “para disfrutar”. Contactó con “muy buenos músicos” -Sergio Callejo a la guitarra, Paco Díaz a la batería y Aritz Luzuriaga al bajo- y creó el grupo Trad/Fusion Band. La formación acaba de publicar su primer disco, grabado en directo en un concierto que ofrecieron en la sala Oialume de Hernani, y lo presentará este jueves en la sala Dabadaba de Donostia. “Siempre he estado trabajando para otros artistas, cantantes o para programas de televisión”, explica Amezaga, que tenía ganas de hacer lo que de verdad le apetecía.

composiciones muy populares El disco incluye canciones vascas muy populares como son Aita San Migel, Oi Peio Peio o Donostiako hiru damatxo, eso sí, en versión instrumental. Han decidido prescindir de la palabra y la voz. “La voz es lo que más llega al público”, admite Amezaga, “pero los músicos nos entendemos mejor entre nosotros, y queríamos ofrecer un formato que supone otra manera de llegar al público”. Según Amezaga, el mayor reto ha sido dotar a estas composiciones tan conocidas por el público vasco de un carácter diferente sin prescindir de esa misma cualidad, ya que es una manera de enganchar fácil con la gente.

“Hemos hecho lo que nos salía con cada canción, pero siempre hemos tratado de respetar la melodía”, señala Callejo, y agrega que el disco está formado por distintos estilos, ya que en él hay blues, jazz, música clásica y reggae entre otros géneros musicales: “Es una fusión total”. “Son canciones que siempre han sonado en las fiestas de Euskal Herria, pero nunca de esta manera”, advierte, ya que ahora presentan un ritmo más “ajazzado”.

Aun así, creen que su fuerte son los directos, y pretenden demostrarlo en un próximo concierto. Será el jueves, a partir de las 21.00 horas en Donostia. Actuarán en la sala Dabadaba, de la mano del programa Musikatik At, un circuito que permite a los músicos actuar en condiciones profesionales. “Son muy malos momentos, porque parece que tenemos que tocar gratis, pero es nuestro trabajo”, asegura Amezaga.