La Fundació Catalunya-La Pedrera inaugura hoy la exposición Oteiza. La desocupación del espacio, que ofrece un “diálogo sublime” entre el escultor vasco y el arquitecto de La Pedrera, Antoni Gaudí, según señaló ayer Marga Viza, directora del Área de Cultura de la Fundación, durante la presentación de la exposición. “Creo que esta sala sublima la obra de Oteiza y este diálogo entre escultor y arquitecto. Gaudí también generó vacíos porque en La Pedrera, por ejemplo, no hay paredes maestras y puedes crear un vacío, que es la intención y la finalidad de la obra de Oteiza”, detalló Viza. Los organizadores recordaron que Oteiza era un “fervoroso seguidor” de Gaudí, así visible en un texto escrito por el escultor, quien, tras visitar el taller de Gaudí en la Sagrada Familia, quedó impresionado por una piedra que demostraba, según él, “lo sagrado y mágico de lo inmóvil”.
Desde la maternidad hasta las cajas vacías
La exposición, que recorre todas las etapas del trabajo artístico de Oteiza, inicia con la contraposición de una maternidad, correspondiente a sus primeras obras figurativas e inspirada en las culturas precolombinas, y una caja vacía, una de las señas de identidad de las últimas esculturas del maestro oriotarra. En el lugar, donde se encontraba el oratorio de la familia Milà, que encargó la construcción de La Pedrera, se interpone una columna con figuras orgánicas de Gaudí y en la que aparecen talladas las palabras “perdona” y “olvida”. “Es un lugar simbólico del arte; el arte puede llenarte de espiritualidad y acercar al hombre a Dios. Y haber instalado esa comunión entre los dos artistas y a la vez esa maternidad, que es ese arte de espiritualidad de Oteiza, muestra aquello”, explicó Elena Martín, comisaria de la exposición junto con Gregorio Díaz Ereño, director del Museo Oteiza.
La exposición presenta además ocho de las 28 obras que presentó el artista en la IV Bienal de São Paulo y que le hicieron merecedor en 1957 del Premio Internacional de Escultura. Entre las esculturas, que por primera vez son expuestas en Barcelona después de casi 30 años, destacan los poliedros, trapecios y cuboides que crean un espacio vacío, el cual enfrentará al espectador a su propio interior. La muestra avanzará hasta un debilitamiento de las formas que concluye con una pieza formada solo por dos chapas tras la “desocupación del cubo”. Oteiza. La desocupación del espacio también expone la faceta social, política y literaria, con la exposición -por ejemplo- de Quousque tandem, el libro en el que defendió la identidad y cultura popular y demostró su ideología antifranquista.
Son en total 130 obras en exposición entre esculturas, relieves y dibujos. Con excepción de cuatro piezas prestadas por coleccionistas particulares y tres del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, la gran mayoría de las obras provienen de la Fundación Museo Jorge Oteiza en Alzuza.
La directora general de la Fundació Catalunya-La Pedrera, Marta Lacambra, resaltó la colaboración con aquella otra Fundación que ha realizado además el comisariado de la exposición. “La sensación de que entre los dos podíamos construir un proyecto único nos hace sentir muy contentos y el resultado es inmejorable pero, además, la química que se ha creado entre las fundaciones es realmente preciosa”, indicó Lacambra.
Los fondos del Museo Oteiza están integrados por un total de 1.650 esculturas, 2.000 piezas de su laboratorio experimental, además de una gran cantidad de dibujos, collages y documentación personal del propio artista vasco. - Efe