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“Sin Bigas, nuestras carreras habrían sido distintas”

Javier Bardem produce un documental dedicado al cineasta

“Sin Bigas, nuestras carreras habrían sido distintas”

Donostia - Javier Bardem visitó ayer el Zinemaldia como productor del documental Bigas x Bigas, un proyecto casi casero que rezuma amor por el cine y más en concreto, por el “padre” de uno de los grupos de actores, hoy en la cuarentena, como el propio Bardem, que nacieron con Bigas Luna. “Sin él, todo habría sido distinto, nuestras carreras habrían sido totalmente distintas”. De hecho, el ganador de un Óscar no se imagina su vida si “hubiera sido de otra manera. Es muy definitorio”, añadió.

Bardem acudió a un encuentro con un grupo reducido de periodistas acompañado de Jordi Mollá, colega de rodaje en Jamón, jamón junto a la que hoy es su esposa, Penélope Cruz, para hablar de Bigas x Bigas, un documental que aprovecha grabaciones del propio cineasta y que está incluida en la Sección Oficial como proyección especial.

Se trata de un diario fílmico que el cineasta grabó con una cámara de vídeo en sus lugares preferidos, su hogar, su huerto y su cocina donde su familia de verdad y la “postiza”, actores y actrices que mantuvieron con él una relación íntima, no tienen ningún pudor en mostrarse tal cual, un ejercicio de “generosidad y amor”, apunta Bardem.

El mejor amigo de Bigas, Carles Sans, y su mujer, Celia, encontraron estas grabaciones que abarcan siete años, de 2000 a 2007; “Yo no estaba en aquellas cenas -aclara- porque en los años que estuvimos más unidos él no grababa”, aunque sí aparece unos minutos una casi adolescente Penélope Cruz. “La idea era que la montase él, pero no dio tiempo”, así que el trabajo se dejó a Santiago Garrido, siempre con la referencia del “cómo lo habría hecho Bigas, sin dar importancia a nada, riéndose poco de sí mismo”, dice Bardem. Los actores, que imitaban voz y gestos del catalán para explicar “las cosas” de Bigas Lunas, rieron un buen rato, recordando sus trasgresiones, su carácter único y su naturalidad para pedirles -y hacerles hacer cosas- que ni podían imaginar.

“PapÁ” En Jamón, jamón, “Penélope y yo le llamábamos papá, hacíamos cosas muy complicadas, sobre todo para ella, que tenía 16 años; podía haber sido un desastre”, reflexiona el actor para quien lo más importante que les inculcó el cineasta fue “que consiguió hacernos sentir respeto por el trabajo”. Luego, desvela Barden, “otros directores nos pidieron que hiciéramos cosas similares y nos negamos”.

La cinta, que recorre muchas de las obsesiones del creador, además de recuperar imágenes y citas, casi poemas, suyas, muestra a un hombre enamorado de su mujer, de los placeres, de la comida, de sus amigos; en definitiva, como se dice varias veces, de la vida. “Ahí está su forma de abrazar las cosas con una falta total de pudor. Llevaba una buena vida y él hacía de su vida algo bueno”, dice Bardem, que lamenta sobre todo que su prematura muerte no le permitiera conocer a sus hijos.

“Nunca supe de su enfermedad, bueno, no lo sabía nadie. Estaba en París, con Penélope, no me lo podía creer”, señala el actor, y Mollá añade que para él, que tampoco lo sabía, saber de su muerte fue como si le “estallara una bomba en la cara”. Mollá también reconoce la influencia del cineasta en su vida, y va más allá y dice que él no habría sido “nada”. Con Bigas, asegura, “o era así, o no era de ninguna manera. Es muy difícil ser actor y que te coja alguien y que crezcas con él. Era un punto de referencia absoluto”.