Bilbao - La galería Paul Rosenberg de París abrió a Francis Bacon, con tan solo diecisiete años, las puertas al arte en mayúsculas. Siendo un adolescente, allá por el año 1927, el artista británico nacido en Irlanda tuvo un revelador encuentro con la obra de Pablo Picasso, una visita que resultaría fundamental en su decisión de iniciar su carrera como pintor.

Al igual que el maestro Picasso, otros tantos artistas de las culturas francesa y española como Velázquez o El Greco ejercieron una gran influencia en su arte. El Museo Guggenheim Bilbao ahondará, a partir del 30 de septiembre, en ese vínculo artístico internacional a través de la exposición Francis Bacon: de Picasso a Velázquez.

La muestra, que podrá visitarse hasta el 8 de enero del próximo año, es el resultado de un trabajo conjunto entre la pinacoteca bilbaina y el Grimaldi Forum de Mónaco. En sus salas, el Guggenheim reunirá unas 80 obras entre las que se encuentran algunas de las pinturas más relevantes y menos exhibidas del artista, junto con parte de la obra de esos maestros clásicos que tuvieron una gran trascendencia en su trayectoria profesional.

A través de este proyecto, el comisario Martin Harrison busca ofrecer “una nueva perspectiva” sobre la obra de Bacon y trazar un recorrido por algunas de las temáticas principales de su trabajo. El recorrido comienza con un Bacon adolescente, fascinado por la obra de Picasso. Esta admiración queda patente en algunas de sus primeras obras como Composición (Figura), una clara referencia a la obra de los años 20 del artista malagueño.

Partiendo de un absoluto desconocimiento de la técnica pictórica, Bacon se sumergió en el mundo del arte y se alimentó con fruición de los creadores cercanos a él, entre ellos, de los movimientos cubista y surrealista.

Desnudos, toros y retratos Otra de las obras que obsesionaría a Bacon fue el retrato realizado por Velázquez al papa Inocencio X, que el artista descubrió a través de reproducciones. Su predilección por este lienzo se vio reflejada en decenas de obras en las que juega a transformar la imagen del pontífice de diversas formas.

La crucifixión, alejada de las connotaciones religiosas, resulta otro de los temas recurrentes a lo largo de su trayectoria, mostrando en sus cuadros una clara intención de evidenciar el lado “más oscuro” de la condición humana. Precisamente, su tríptico Tres estudios para una crucifixión, expuesto en el Guggenheim, marcó un punto de inflexión en su carrera. Junto a estas obras, el espectador también podrá contemplar algunos de los desnudos realizados por el artista, cuyos cuerpos figuran retorcidos y transformados hasta adquirir una naturaleza casi inverosímil. Asimismo, figuran también diversos espacios dedicados al retrato y a la tauromaquia, un tema, este último, a través del que expresó su profunda admiración hacia Francisco de Goya.

Finalmente, el recorrido transita por la última etapa de un Bacon septuagenario, que decide reintroducir en su obra motivos como el toro o géneros como el paisaje, hasta entonces secundarios en su producción. Junto a la muestra, el museo ha organizado diversas conferencias y visitas guiadas, además del ciclo de cine From his Life to his Work y una novedosa experiencia 3D que permitirá visitar de forma virtual el estudio que el artista poseía en Londres.

Irekiera. Francis Bacon: Picasso-tik Velazquez-era izeneko erakusketa irailaren 30etik urtarrilaren 8ra arte egongo da ikusgai, Guggenheim Bilbao Museoan.

Elkarlana. Grimaldi Forum Monaco museoarekin batera egin du lan Guggenheim-ek proiektu berri hau antolatzeko.

Komisarioa. Martin Harrison.

Zabala. Erakusketak 80 artelan inguru bilduko ditu, Francis Bacon-en margoak bere ibilbidean zehar eragina izan zuten frantziar eta espainiar artisten hainbat piezarekin tartekatuz.