Panticosa - Pedro Almodóvar no quiere desvelar demasiado sobre el argumento de Silencio, en cuyo rodaje está inmerso actualmente, pero reconoce que se trata de un drama dentro del universo femenino en el que “no hay espacio para el humor” y sí mucho sufrimiento.
El realizador manchego hizo esta afirmación ayer en una pausa del rodaje de su producción en la localidad pirenaica de Panticosa (Huesca), en la que rueda estos días exteriores con una de las protagonistas principales de la historia, Emma Suárez, y su compañero sentimental en la ficción, Darío Grandinetti.
La espera de una madre La película narra el devenir de una mujer, Julieta, desde los años 80 hasta la actualidad, papel que interpretan Adriana Ugarte en su juventud y Emma Suárez en su madurez.
Almodóvar aseguró que es la “historia de la espera de una madre”, de una mujer que ha pasado por múltiples problemas a lo largo de su vida y todos, añadió, “muy desgarradores”. “Aunque yo no quiero que los protagonistas estén llorando todo el tiempo, verdaderamente están sufriendo muchísimo”, subrayó el realizador antes de detenerse para reiterar que no quiere desvelar demasiado sobre la historia.
Reconoce que “no es un melodrama” sino un drama en el que “no cabe el humor”, lo que le ha llevado a eliminar en los montajes provisionales todos los elementos humorísticos que había introducido en los ensayos.
Almodóvar asegura que el Pirineo aragonés le ha permitido disponer de escenarios naturales para imprimir fuerza dramática a la historia. A este respecto, señaló que en las montañas pirenaicas hay zonas solitarias en las que los personajes “pueden llevar un tipo de vida al margen de todo, de la sociedad y de testigos, de un modo aislado e impune”.
Por esta razón, el realizador insistió en que los paisajes elegidos para esta producción, Sevilla, Galicia, el Pirineo aragonés y Madrid, son “personajes” con entidad dramática, y destacó que la protagonista modifica sus estados de ánimo a través del entorno en que se encuentra.
El realizador admitió que el Pirineo es “esplendoroso”, pero señaló a renglón seguido que para su película buscaba un escenario que “marcara distancia” con Madrid, y en el que la protagonista se encontrara muy sola y “sin nada ni nadie que le pueda ayudar”.
Almodóvar ha rodado en el pequeño núcleo de Fanlo una de las principales escenas de la película, y se ha servido de un dron para tomar unas vistas áreas de todo el entorno montañoso de la zona, que, según dijo, tiene “entidad dramática”.
El director, que permanecerá en el Pirineo cuatro días, aseguró tener las “mejores expectativas” para su producción, aunque al mismo tiempo reconoció ser “muy poco triunfalista” mientras produce una película ya que los rodajes, que tacha de “aventuras extraordinarias”, absorben toda su atención.
“Lo único que pienso -añadió a este respecto- es tener aliento cada día para ir enfrentándome a cada plano, y no soy capaz de pensar más allá de la semana próxima, porque más o menos conozco el plan de trabajo”.
Así, aunque admitió estar al tanto del resultado del referéndum en Grecia y del cambio de alcaldesa en Madrid, no ha “interiorizado” toda la información al estar plenamente concentrado en el rodaje.
Y afirmó en tono irónico: “Vengo de un país previo a las elecciones municipales, y aunque estoy muy contento por algunas cosas y preocupado por las de siempre, no me queda ninguna neurona libre para enterarme de algo más que el rodaje, que me absorbe por entero”.
Suárez debuta con Almodóvar Por su parte, Emma Suárez, que realiza en Silencio su primera colaboración con Almodóvar, se refiere al rodaje como una “experiencia magnífica” y una oportunidad de hacer una película “muy dura”.
Según la actriz, la película no solo habla de la soledad y de la fatalidad del destino en torno a una mujer sino que es “hacer un viaje y entrar en territorios del dolor”.
Grandinetti, que ya rodó con Almodóvar Hable con ella, celebró la posibilidad de “poder repetir” con el realizador manchego. - Efe