Entre el rojo y el granate anda el juego
El granate, el rojo, el color vino o el burdeos se convierten en protagonistas de esta temporada de mil maneras diferentes
los que pensaron que los colores luminosos y potentes como el rojo o el granate eran para el verano... se equivocaban. ¡Y mucho! Este año los tonos rojizos se han convertido en los grandes protagonistas del frío, otorgando un aire de calidez a las bajas temperaturas. Que falta hace...
Estos tonos cuentan a su favor con una característica muy apreciada: que favorecen a todo el mundo. Y otra no menos importante: que son fáciles de combinar y se llevan bien con muchos otros tonos. Con ellos se pueden hacer multitud de juegos cromáticos. Desde sencillas y elegantes combinaciones con negro, hasta reunirlos en un look con cualquier gama de marrón (del beis al chocolate). Igual de buen resultado dan las uniones con el marino, el gris y los anaranjados, o las combinaciones más arriesgadas y originales con complementos mostaza, fucsia o azul klein.
¿Otro punto a su favor? Que el granate es muy versátil y sirve tanto para looks de día, como de noche. Por lo que ofrecen multitud de posibilidades: un perfecto traje de chaqueta en un estilismo working girl, unos pitillo o falda estampada para looks casual, elegantes blusas super-sofisticadas y abrigos que crean por sí solos un estilismo completo. Una recomendación especial: dejarse envolver por ese fantástico aire retro que da a algunas prendas.
Cierto es que Pantone incluyó los granates en su lista de colores para esta temporada. Y cierto es que da exactamente igual. Al final en la calle acaba arrasando lo que gusta, y estos colores enamoran porque dan un toque de calidez y de pasión. Pero que nadie piense que es casualidad la atracción por estas tonalidades, ya que la gama de los granates corresponde en cromoterapia al elemento Tierra. Son tonos estimulantes y pasionales. Atención porque en Vudú se utiliza para vencer a los enemigos y en la antigüedad fue la carta de presentación de los más altos dignatarios, debido a que el rojo, así como sus derivaciones: escarlata, granate, bermellón... simbolizaba el poder y la riqueza.
Y si alguna vez se dio por hecho que los estampados florales hay que dejarlos para el verano... pues habrá que revisar esa afirmación, porque este invierno el rojo ha decidido colarse no solo en el tartán (un tejido clásico del otoño) sino también en faldas, blusas y pantalones con pequeños estampados florales. ¿El resultado? ¡un poco de alegría entre tanto color oscuro que suele invadir el invierno! Que se agradece, y mucho. Para las que no terminen de verse con los rojos, una buena alternativa para introducirlos en los looks de este otoño es hacerlo a través de los complementos, donde bolsos, zapatos y sombreros son los protagonistas. Y nunca hay que olvidarse de las bufandas, que también tienen mucho que decir.
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