a priori son personas y músicos tan dispares como aquellos divorciados que decidieron vivir juntos a los que dieron vida Jack Lemmon y Walter Matthau en la película La extraña pareja. Él, Billie Joe Amstrong, es el líder del grupo de punk pop Green Day; ella, Norah Jones e hija de Ravi Shankar, se hizo famosa por la dulzura de su laureado jazz suave. Ambos han unido fuerzas en Foreverly (Reprise), en el que rescatan el legado de los míticos The Everly Brothers a ritmo de country. "Soy fan de ellos desde pequeño y me acordé de Norah porque puede cantar cualquier cosa", defiende Amstrong.
Tres son los protagonistas de Foreverly, con el legado de Everly Brothers a la cabeza. Los hermanos Don y Phil crearon un dúo de country y rockabilly que tuvo gran éxito en la segunda mitad de la década de los años 50 gracias a sus armonías vocales y que dejó éxitos imperecederos, recreados por otros artistas a través de las últimas décadas como Wake up little Susie, All I have to do is dream y Bye bye love. En ellos se han fijado el líder de Green Day y Norah Jones para rescatar uno de sus discos clave, algo que parece haber descolocado a sus fans, especialmente a los de él. Billie Joe tiene previsto descansar del trío temporalmente y planea su debut cinematográfico en la película independiente Like sunday, like rain, dirigida por Frank Whaleys.
"Soy un gran coleccionista de vinilos y estaba ojeando las existencias en una tienda cuando descubrí Songs our daddy taught us, un disco poco conocido de canciones tradicionales de The Everly Brothers. Era fan de ellos desde pequeño y me dio por escucharlo todos los días", recuerda Amstrong, para sorpresa de sus seguidores. Ahí parte la idea del disco conjunto. "Me dije que estaría bien grabar nuevamente esas canciones y pensé que habría que hacerlo con una mujer", apostilla el líder de Green Day.
La elegida fue Norah Jones, esa pianista de voz acaramelada y ritmos de suave jazz pop a la que encumbraron canciones como Sunrise y Come away with me pero que en sus últimos discos, especialmente en Little broken heart, en el que se alió con Danger Mouse, ha ido abrazando sonidos más arriesgados, jugando con guitarras western y reggae, y rompiendo con su imagen dulce. Paulatinamente, Norah ha ido alternando el piano con la guitarra y ha reconocido abiertamente su pasión por el country y artistas como Kriss Kristofferson, Hank Williams o Townes Van Zandt en aventuras paralelas como The Little Willies. "Norah tiene una voz fantástica, capaz de cantar rock, jazz y blues, y sabía que sus armonías serían increíbles", según Amstrong.
Grabado únicamente en nueve días y con Norah pendiente de los labios de Amstrong "para asegurame de que respirábamos al mismo tiempo para darle cohesión", Foreverly cumple su objetivo casi arqueológico: el rescate de unos clásicos sin pervertir su espíritu original. Y es que si por algo destacaban The Everly Brothers es por la calidad y empaste de sus armonías vocales, ahora mezclando voz masculina y femenina. El dúo, acompañado por una sección rítmica y puntuales violines, mandolinas y pedal steel, firma un disco sincero y honesto de sonoridad mayormente acústica, aunque se cuelen algunas guitarras eléctricas en Oh so many years y Long time gone, en esta última con el trémolo de los años 50.
La armónica en Rovin gambler nos adentra en un paseo por pasajes country bastante ortodoxos en algunos casos, como en Kentucky, una canción de amor al estado natal de Everly Brothers y que podrían cantar ambos con un sombrero vaquero. También hay pasajes más calmos, con la "murder ballad" Down in the willow garden; la folkie Barbara Allen, con su violín al frente; la delicada Rockin' alone (in a old rockin' chair), con escobillas jazz; o la amorosa Who's gonna shoe your pretty little feet?
Son canciones para siempre, como revela el título del disco, repletas de sentimientos ardientes, forajidos, muerte, amor, deseo, vagabundos y trenes.