lA adversa climatología ha hecho sonreír a muchos becaderos. En el Campeonato de Gipuzkoa de esta modalidad, disputado el pasado fin de semana en Leitzaran, se abatieron contadas sordas a pesar de que los participantes superaron la veintena. La temporada estaba siendo "más que floja", a juicio de varios cazadores, pero el brusco descenso de las temperaturas de esta semana ha cambiado el panorama.

"Me han llamado y me han comentado que están entrando bastantes", confirmaba a inicio de semana Iosu Larrarte, de Aia. Con el paso de los días, las oilagorras se han hecho notar en mayor número. "Empezaron a entrar el lunes. Son noches cerradas, con niebla y llovizna, y hay anunciado viento norte, así que parece que va a ser una buena semana", apostilla Oroitz Salaberria, de la armería Etxaniz de Urretxu.

De hecho, añade Salaberria, hacía tiempo que en el interior de Gipuzkoa no se veían tantas. "Toda la gente que ha ido a cazar está echando, al menos en mi zona. En la costa me han dicho que menos, pero como dicen que van a seguir entrando...", advierte con la idea en la cabeza de hacer también él una "escapadita" en día de labor ante unas previsiones tan favorables. "Habrá que aprovechar porque entradas tan fuertes no hay muchas".

Pero que nadie se lleve a engaño. La caza de sordas no es para hacer percha. El cupo por persona y día es de tres, en una modalidad especial en la que muchos aficionados llegan incluso a disfrutar más de los perros y el lance que de cobrar la pieza.

la temporada

De octubre a febrero

La temporada de la becada comienza en octubre y finaliza en febrero, aunque los meses más potentes son noviembre y diciembre. Es un ave migratoria que huye del frío de la Europa continental en busca de un clima más favorable, y que habita preferentemente en zonas boscosas y húmedas. De ahí que sea una modalidad que requiera perros bien entrenados y una buena forma física del cazador.

Larrarte es uno de tantos cazadores que dedica muchísimas horas a rastrear el monte, sobre todo los fines de semana. En muchas de estas ocasiones acude acompañado por su padre, que es quien le inculcó esta afición. "Me paso prácticamente todo el día, hasta que se cansan los perros. Para mí casi es como una enfermedad", bromea.

En su caso, también suele participar en los sorteos de líneas de pase, pero lo de esperar para ver sobrevolar pájaros no le motiva tanto. "La becada es lo que más me gusta, pero ya desde pequeño. Andas la tira y muchas veces vuelves de vacío, pero no importa. Y ya, si matas una o dos, ¡eso ya es la leche!", exclama.

becada 'a la espera'

Una práctica ilegal

Tanto Larrarte como Salaberria coinciden en la importancia capital de los perros en la caza de las becadas. "El secreto en un 70%, por no decir el 80%, es el perro. Es el que trabaja y busca, si no estás en balde", afirma el de Urretxu. "Matar una sorda que no te ha puesto el perro no tiene gracia", opina el de Aia, quien además se declara enemigo acérrimo de la caza ilegal de la becada a la "espera".

"Hay que denunciarlo y las sanciones tendrían que ser mayores", pide Larrarte para quienes esperan a las sordas en los pasos que atraviesan en busca de comida o refugio y les disparan a traición. Adecap y Adecap Gazteak ya pusieron en marcha hace un par de años una campaña de sensibilización bajo el lema Stop esperari en contra de esta práctica.