donostia. Nicaragua fue el escenario de la última revolución en el contexto de la guerra fría. Un grupo de guerrilleros autodenominados sandinistas acabó con la cruel dictadura de Anastasio Somoza y construyó en el corazón de Centroamérica un estado socialista para alarma de Estados Unidos y bendición soviética, que ponía una segunda pica en la región, tras la ya plenamente consolidada de Cuba. La entrada triunfal en Managua del Frente Sandinista de Liberación Nacional actuó como un imán para miles de idealistas y cooperantes de todo el mundo, que vieron en la causa sandinista una bofetada al capitalismo encarnado por el Tío Sam. Pero frente a esta visión romántica, tuvo lugar una sangrienta guerra que a escala regional enfrentó a capitalismo y comunismo. Bajo la alfombra de aquella contienda se movían los hilos del KGB y la CIA, de los servicios secretos cubanos y de la dictadura militar argentina.
Treinta años después, algunos de los protagonistas de la contienda que desarrollaron los servicios de inteligencia en Nigaragua han accedido a conversar sobre aquellos hechos con el productor donostiarra Ángel Amigo para su nuevo documental titulado El otro lado del espejo, que se estrena hoy en los cines vascos.
En la película dan su testimonio espías cubanos, nicaragüenses y soviéticos que, según Amigo, representan tres posiciones diferentes hacia la revolución sandinista: la de los nicaragüenses que lucharon con pasión por aquello en lo que creían, la de "un hombre de despacho" como Fabián Escalante, que se ve en la selva centroamericana aplicando su esquema de la solidaridad cubana, y la de los agentes soviéticos, "impotentes" porque su país, enfangado en la guerra de Afganistán, deja a su suerte a Nicaragua.
El documental ha sido grabado en La Habana, Managua y Moscú, adonde viajó Amigo para conversar con Lenín Cerna, director de inteligencia de Nicaragua; Fabián Escalante, general de inteligencia cubano; Nikolai Leonov, director de información y análisis del KGB; Juan José Úbeda, oficial de inteligencia nicaragüense; Boris Kolomiakov, coronel del KGB; y Vicente Sánchez, oficial de inteligencia nicaragüense. Además, ha recogido el testimonio de Edén Pastora, más conocidos como el comandante cero, que abandonó las filas del FSLN y durante un tiempo sirvió en la Contra.
La obra refleja el gusto del autor por "la dimensión personal de los hechos oficiales, haberme podido asomar a estos personajes y contar esa parte poco accesible de la historia". El productor prepara un nuevo trabajo documental, en este caso, sobre el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, titulado Memoria de un conspirador.