BELLEZA

TEXTO marya larumbe

¿Quién no recuerda los fastuosos baños de la faraona Cleopatra? Sus baños con leche de burra dejan a los espumosos baños actuales a la altura del betún. Fuera o no fuera un exceso de poder, o capricho de reina, la leche de burra cuenta con innumerables beneficios tanto para la piel como para el interior del cuerpo humano. Egipcios, griegos, romanos,? En todas las grandes culturas, sus virtudes han sido muy apreciadas. A nivel externo, se ha aprovechado su uso en forma de jabón dada su gran eficacia para luchar contra pieles secas, alergias o envejecidas. También es muy rica en nutrientes, tanto que, en muchos hospitales y orfanatos, se dispensaban en casos de agotamiento, debilidad, desnutrición y postoperatorios.

lA NATURALEZA, GRAN ALIADA Los egipcios, brillantes matemáticos e ingenieros, dieron los primeros pasos en lo que a cosmética se refiere. Hace más de 4.000 años ya se pintaban los ojos. Se maquillaban con diferentes tintes sacados de plantas e, incluso, según ha revelado un estudio de L´Oréal en consonancia con científicos franceses, también crearon tintes sintéticos. En sus tumbas quedan restos de maquillajes, ornamentas decorativas para pasar al más allá con la benevolencia de los dioses.

La búsqueda de la belleza es una constante en el ser humano desde que dejamos de ser cuadrúpedos. Ahora tenemos de nuestra parte la biología, la química y la medicina para "retrasar" los primeros signos de la vejez. Pero, a veces, se nos olvida recurrir a la opción más sencilla, antigua y barata. La propia naturaleza: de donde venimos y adonde vamos cuando fenecemos. Las plantas se convierten en grandes aliadas contra un buen número de afecciones. La fitoterapia estudia el uso de las plantas medicinales y sus derivadas con una finalidad terapéutica ya sea para prevenir, aliviar, curar enfermedades o embellecer.

No es de extrañar que las primeras civilizaciones se fijaran en las propiedades terapéuticas de las plantas. Tanto los sumerios como los egipcios recopilaron un gran número de conocimientos acerca de las plantas. La invención de la imprenta en 1450, contribuyó a la difusión del cuidado de las afecciones a través de la fitoterapia. Tengamos en cuenta su importancia en el contexto en el que se dio, ya que por aquel entonces la medicina "medieval" se acercaba mucho más a la naturaleza a falta de los químicos y medicamentos que se crearon más tarde. Aunque el momento clave fueron los años que siguieron al Descubrimiento de América, donde se conocieron e importaron muchas variedades de hierbas que eran desconocidas hasta el momento.

Como hemos visto, las plantas se han erigido desde tiempos inmemoriales en remedios naturales al servicio del hombre. Se pueden tomar en jarabes, infusiones, pastillas, inhalaciones, cremas,? En fin, de las más diversas maneras ya que sus principios activos se mantienen con toda su fuerza. Además no tienen efectos secundarios y estimulan las defensas en vez de sustituirlas. Un chollo, vamos. Aunque la forma más común es tomarlas en infusión, la toma en cápsulas facilita su empleo y garantiza una dosis exacta. Antes de que la ciencia y los grandes laboratorios hiciesen acto de presencia, los remedios naturales eran lo más utilizado y se pasaban de generación en generación

Hay tantas plantas como problemas por solucionar: rojeces, kilos de más, celulitis, problemas capilares, uñas quebradizas, marcas de acné? Innumerables remedios de los que hemos extraído los más valiosos que pueden dividirse en tres frentes: piel, cabellos y manos. Toma nota.

Piel La epidermis es el órgano más grande de nuestro cuerpo y requiere todos los cuidados necesarios para estar sana y saludable. Los antiguos egipcios utilizaban el aceite de almendras, el aguacate o el melocotón, es decir, con principios nutritivos para eliminar los efectos negativos del sol así como la tila y el rábano para las imperfecciones o para una piel seca. Se habla mucho de si Cleopatra era guapa o fea. De eso no tenemos constancia aunque lo que sí que parece estar claro es que tenía una piel envidiable. La piel tiene un gran poder de absorción de los principios activos de frutas, hierbas y hortalizas y puede proveer así una recuperación más rápida de los tejidos.

Es de sobra conocido que comer zanahoria, por ejemplo, potencia el bronceado por lo que muchas tanoréxicas, dícese de las adictas al sol, se forran a esta hortaliza en verano. Para las arrugas o los primeros signos de envejecimiento, utilizaremos frutas como la manzana, la ciruela o la pera, que son tranquilizantes para la piel. ¿Las rojeces? Con perejil. Aquellos que tienen acné o pieles grasas no tienen nada que temer, si mezclan unas plantas bactericidas con unas astringentes y depurativas como pensamiento, tomate, tomillo o pepino. En el caso de las embarazadas, las temidas estrías también tienen los días contados. ¿Con qué? Con aceite de almendras, romero, oliva o aloe vera, que sirven como revitalizantes de la piel. Otros se preguntarán, ¿y qué hago con las manchas? Puedes utilizar blanqueadores como el limón, la cebolla o el diente de león, que sirven para aclarar y atenuar las manchas.

La temida celulitis, esa molesta compañera que afecta alrededor del 90% de las mujeres a lo largo de su vida, puede combatirse también con las plantas: té rojo, fucus, naranja, abedul, aloe vera o ciprés. Con la naturaleza como compañera de batalla se la puede vencer.

Uñas y pelo La mejor manera de dejar de tener unas uñas quebradizas y dejar a un lado las postizas es con limón, romero y cola de caballo. En cuanto al pelo, un mundo aparte, existen varias leyendas que circulan sobre cómo tener un pelo maravilloso de anuncio de Pantene. El vinagre, la manzanilla, y la cerveza proporcionan un brillo espléndido. Si tienes un cabello graso, para reducir el exceso, opta por el limón, la ortiga, el tomillo o la cola de caballo. Sus principios activos te ayudarán a reducir la grasa. Si tu caso es el contrario, apuesta por el aguacate, la oliva o la avena para fortalecerlo a base de nutrientes.

En las peluquerías, se recomienda el uso de mascarillas al menos una vez a la semana. Y no hay que elegir una cualquiera sino seleccionar la propia, al igual que con los sujetadores, por ejemplo, que viene bien a cada pelo. Por ejemplo, para unos cabellos castigados o teñidos, unas cucharas soperas de miel con unas gotas de aceite de oliva a modo de ungüento vienen de perlas. Si después del masajeo la dejas actuar de veinte minutos a una hora y la aclaras con infusión de manzanilla, obtendrás un resultado estupendo. Si tu problema es el cabello graso, cambia la oliva y la miel por una mezcla de limón y pulpa de tomate y acláralo con abedul o cola de caballo. ¿Y para los pelos secos? Con aguacate y unas gotas de aceite de almendra dulce para conseguir una textura cremosa. Masajeas de la raíz a las puntas, lo dejas reposar una hora y lo aclaras con infusión de ortiga. Y, ¡listo!

Aun así, los remedios naturales suelen combinarse con productos cosméticos. Ahora, con la crisis, la tendencia ha cambiado. Antes, los motivos de compra dependían de la ostentación, es decir, cuanta más, mejor. Ahora, en cambio, según un estudio de Serum7 de Boots Laboratories, esta situación ha hecho que la mitad de las españolas prefiera recortar el gasto en ropa antes que en cosmética. España es el país europeo con más usuarias de cremas faciales (un 80% de las mayores de 45 años utiliza alguna) según datos de la Academia Española de Dermatología y Venerología. Mientras el mercado de productos de lujo sí que ha bajado, la apuesta por las cremas y productos "todo a la vez" se ha disparado. Nos preocupa, y mucho, nuestra apariencia. O eso parece desentrañarse de estas cifras. Por eso, si queremos una opción barata y natural, alternativa, o junto al cosmético de laboratorio, podemos escoger una opción alternativa, la de las plantas. Una buena opción para hacer como Natalie Wood y sentirse bonita sin necesidad de destrozar la cartera.

Antes de que los grandes laboratorios aparecieran, los remedios naturales a base de plantas eran lo más utilizado y se pasaban de generación en generación

9 de cada 10

Alrededor del 90% de las mujeres tienen celulitis a lo largo de su vida.

A la celulitis se la puede combatir con plantas como el té rojo, el fucus, la naranja, el abedul, el aloe vera o el ciprés.

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