BILBAO. Sergio Parra es fotógrafo artístico, especializado en artes escénicas. Ha realizado cursos en la Escuela Española de Fotografía y en la Escuela Libre de Artes y Espectáculos, aunque su formación es básicamente autodidacta. Los últimos doce años se ha dedicado a fotografiar a actores y actrices en los camerinos. La foto retirada en Mérida pertenecía a esa serie: Camerinos.

¿Cómo ha vivido usted toda esta polémica?

Estoy sorprendido de la que se ha montado, pero me lo tomo con filosofía. La reacción de esa gente ha sido totalmente desproporcionada.

¿La decisión fue consensuada?

Sí. Las responsables del festival me consultaron en todo momento y tras recibir el vendaval de correos electrónicos que criticaban la foto decidimos prescindir de ella. La habíamos colocado en un lugar más apartado, pero no fue suficiente.

La reacción parece todo menos espontánea.

La exposición, que se mostraba en la ciudad, en la calle, había tenido una acogida magnífica, y esos correos llegaron en tromba. A mí me resulta todo muy sospechoso.

¿Pensó en algún momento que esta foto iba a herir alguna sensibilidad?

No, claro que no. La han descontextualizado totalmente, porque la imagen no es premeditada, no está preparada. Son fotografías que he sacado durante los últimos doce años, colándome en los camerinos de algunos teatros. Es un homenaje al mundo del teatro, nada más, un proyecto mimado, muy cuidado, y todo esto es una tormenta innecesaria.

¿Las imágenes no se habían mostrado nunca?

Llevan años colgadas en mi página web, pero no, no he querido exponerlas porque quería hacerlo en un escenario teatral, y el Festival de Mérida me dio esa oportunidad.

¿Va a tomar alguna medida?

Sí, me tomaré mis vacaciones (risas). Al final esas personas han conseguido lo contrario de lo que pretendían; le han dado bombo a la foto.