madrid. El actor de cine, televisión y teatro Antonio Gamero, miembro del reparto de algunos de los clásicos más importantes del cine español como El viaje a ninguna parte o La vaquilla, falleció el lunes en su ciudad natal, Madrid, a la edad de 76 años.
Gamero, cuya última aparición cinematográfica fue Nacidas para sufrir, de Miguel Albaladejo, y participó en las populares series de televisión Los Serrano o Médico de familia, articuló su prolífica carrera alrededor de dos nombres: José Luis García Sánchez y José Luis Cuerda.
"La última vez que lo vi fue en Albacete, a propósito del aniversario de Amanece que no es poco, explicó a Efe Cuerda. "Le quitaba importancia a su estado de salud. Minimizaba todo. No sé si consciente o voluntariosamente. Pero estaba muy deteriorado", añadió el cineasta, que también compartió con el actor algunos veranos al compás del Jazzaldia de Donostia, ciudad a la que estuvo muy vinculado. .
Secundario de lujo, Gamero había debutado en el cine en 1973 con Habla, mudita, de Manuel Gutiérrez Aragón, y trabajó con directores de peso como José Luis Borau, en Furtivos; José Luis Garci en Asignatura pendiente, o Luis García Berlanga en La vaquilla. "Era un tío estupendo, con un anecdotario magnífico. Un cascarrabias para todo, pero disfrutaba de la vida muchísimo", explicó Cuerda.
militancia Otro de los hilos argumentales de su vida fue la política, especialmente desde que se afilió al Partido Comunista en 1957. "Su militancia era sobradamente conocida", reconoció Cuerda y recordó cómo Gamero fue encerrado en la cárcel de Carabanchel. Pilar Bardem, vecina y amiga de Gamero, al que definió en declaraciones a Efe como "un hombre lleno de sabiduría y sentido del humor", recordó cómo, precisamente, fue en la cárcel donde le reventaron el oído que le haría desarrollar "ese tono de voz de buen sordo", definía Cuerda.
El compromiso político y social también quedó impreso en su trayectoria profesional, en cintas como Madregilda o Un hombre llamado Flor de Otoño.