Síguenos en redes sociales:

Ion izagirreCiclista del Team Cofidis

"Dudaba si retirarme o no, hasta que en agosto todo cambió"

El ciclista guipuzcoano (Ormaiztegi, 1989) continuará un año más en el pelotón profesional, una circunstancia que, según reconoce él mismo, ha llegado a estar en el aire durante la temporada

"Dudaba si retirarme o no, hasta que en agosto todo cambió"Team Cofidis / Mathilde L'Azou

Con la noticia de su renovación de contrato recién comunicada, Ion Izagirre atiende a NOTICIAS DE GIPUZKOA desde tierras italianas. Allí ha sido 13º el domingo en la Coppa Agostoni, 10º el martes en Tre Valli Varsine, y 18º tras fuga en la Gran Piemonte de este jueves, al servicio de un Cofidis que pugna por la permanencia en la categoría World Tour. La escuadra gala ha terminado apostando por la continuidad en 2026 del corredor guipuzcoano, quien explica que, a sus 36 años, deja atrás una temporada irregular y de lógica incertidumbre sobre su futuro.

Renueva con el Cofidis por una campaña más. ¿Cómo se han dado las cosas?

El acuerdo se ha cerrado hace relativamente poco. Este año tocaba renovar y ha costado, porque mi temporada no ha resultado muy buena deportivamente hablando, y porque la situación en el equipo tampoco es la mejor. Han existido algunas dudas entre las dos partes, pero al final hemos llegado a un acuerdo. Estoy contento.

Se han producido cambios en la estructura durante estas últimas semanas, con el relevo de Cédric Vasseur como mánager general.

Y los movimientos de este tipo no generan un contexto precisamente idóneo para negociar contratos. Pero, una vez que se ha estabilizado la cosa con la llegada de la nueva dirección, hemos podido sentarnos a hablar. 

Ion, yo no le quiero retirar ya, pero...

(Interrumpe) Tú no, todos. Todos me estáis retirando ya (risas).

Siga, siga, que veo que ha intuido por dónde iba la pregunta.

Bueno, a ver, está claro que hay cosas que son ley de vida. Y yo ya tengo una edad (en febrero cumplirá 37 años). Pero mientras el cuerpo y la mente sigan dispuestos a dar lo máximo... Sí que es cierto que, como te decía ahora, el año no me ha salido como quería. Y eso te lleva a plantearte cosas, a decirte a tí mismo que igual ya vale. En este último mes y medio de temporada, sin embargo, me he vuelto a ver con buenas piernas, competitivo, y he recuperado una confianza que para mí ha significado un impulso hacia la renovación.

¿Cómo lleva lo de formar parte de este ciclismo moderno en el que tan de moda se ha puesto la precocidad?

Es algo que he notado sobre todo ahora, al prolongar el contrato. Percibes que los de arriba tampoco confían mucho en los veteranos, y que tiran más hacia esos jóvenes que pueden tener una buena proyección a futuro. A mi edad, las renovaciones se van produciendo a cuentagotas y a duras penas. Pero es lo que hay y toca aceptarlo.

Los chavales vienen pisando fuerte...

El otro día Pello Olaberria me propuso mirar los datos que había dado en Ruanda el campeón del mundo sub-23, Lorenzo Finn, que corre en su equipo. Pero yo le contesté que prefería no saber nada al respecto y vivir en la ignorancia (risas). ¿Ves? Salí a andar en bici con el director del filial del Red Bull-Bora... Ha llegado un momento en el que casi conozco a más gente de la que va en los coches que a ciclistas en activo, la mayoría de ellos jovencísimos.

¿Y a qué achaca usted el modo en que está evolucionando el mundillo a este respecto?

No lo sé. Pero sí parece claro que el ciclismo se está futbolizando, en cierto modo. Antes, las categorías inferiores se gestionaban de forma más natural. Siempre había alguno que despuntaba más, por físico o porque entrenaba más que el resto. Pero es que ahora muchísimos juniors, cadetes incluso, trabajan ya con preparador, nutricionista y biomecánico. Disponen de todas las facilidades y despuntan pronto, algo que puede llegar a resultar peligroso, porque contribuye a generar la sensación de que si no andas con veintipocos años ya no vales para esto. En mi opinión, se está corriendo demasiado. El tiempo dirá si tengo o no la razón.

Una temporada de menos a más

Nos hemos ido por las ramas, pero vuelvo a su situación y a su temporada. Hábleme de esas “buenas piernas en el último mes y medio” a las que se refería antes.

Me reconfortan porque, hasta hace nada, llevaba todo el año sin encontrar mis mejores sensaciones. Y era muy frustrante, la verdad. Es ahí cuando te planteas el futuro y empiezas a poner cosas a un lado y al otro de la balanza. “¿Merece la pena seguir así a mi edad?”, te dices. Pero todo cambió con el pequeño descanso que tuve en agosto. Me vino muy bien. Recuperé fuerzas. Reanudé a gusto los entrenamientos. Y tanto en Poitou-Charentes como en Canadá, así como ahora en Italia, me estoy volviendo a ver competitivo.

¿Con esas dudas previas no podía estar siendo usted demasiado duro consigo mismo? Desde fuera da la sensación de que las caídas en Estella y en el Tour han marcado buena parte de su temporada...

Resulta difícil de analizar. Lo he hablado bastante con los preparadores y con los directores. Y al final sacas la conclusión de que han coincidido un cúmulo de factores, algunos circunstanciales y otros de entrenamiento. La caída del Gran Pemio Indurain afectó mucho, eso está claro, porque me sentía muy bien a dos días de Itzulia y luego la corrí de aquella manera, con la costilla tocada. Pero se han dado igualmente otras cosas que nada tienen que ver con los accidentes.

¿Por ejemplo?

Pues mira, justo hace un año acabé muy bien la temporada en Lombardía (fue cuarto tras Pogacar, Evenepoel y Ciccone). Y un par de semanas después, en la primera concentración del equipo de cara a 2025, fui yo mismo quien propuso a los directores afrontar con fuerza la nueva campaña, motivado, sin relajarme en invierno. Elegimos arrancar en Australia, apenas descansé entre año y año, y a toro pasado me doy cuenta de que lo acabé acusando. Empecé a contrapié...

Ion Izagirre, en la parte inferior de la imagen, junto a sus compañeros de equipo en un entrenamiento previo al Tour Down Under, este pasado enero en Australia.

Es interesante lo que explica, más aún habiéndome citado su reposo del mes de agosto como gran clave del buen momento actual.

Tras enlazar Tour, Donostia y Getxo estuve tres semanas enteras en casa. No sé si había vivido antes un período así en toda mi carrera. Pero el caso es que lo supe aprovechar. Recuerdo que durante los cuatro o cinco primeros días me olvidé de la bici, de los entrenamientos, de cuidarme, de la alimentación... Disfruté con la familia lo que nunca había podido disfrutar en ningún verano previo. Y luego tuve tiempo para poder preparar con tranquilidad este último bloque de carreras. Agradecí poder darle al botón de Reset, tanto física como mentalmente, y ahora los resultados están llegando. El equipo ha visto que puedo volver a ser el ciclista que era y por eso ha confiado en mí para el año que viene.

La solución estaba en abrir ese pequeño paréntesis...

Ya, pero no era fácil llegar a ella. Al final, por mucha experiencia que tengas, nunca sabes cómo gestionar ese momento en el que no andas y no llegas a tus datos óptimos. 

La lucha por la permanencia

En el Cofidis necesitaban que usted le diera la vuelta al cuerpo, por el tema de los puntos UCI. ¿Les aprietan mucho con el asunto?

Está siendo un año muy marcado por ello. Sabemos cuál es nuestra situación en el famoso ranking. Y sí que se respira cierta tensión o cierto estrés en el equipo. Al mismo tiempo, te digo igualmente que, ahora que me pillas en Italia con un bloque grande de ciclistas y de directores, tampoco es que nos pasemos el día entero hablando de la clasificación. Hay ganas de luchar, aunque tampoco se va acabar el mundo si finalmente no entramos en el World Tour. El equipo seguirá existiendo la temporada que viene. Y tendremos nuestras pruebas para competir.

El ciclista ormaiztegiarra, este domingo durante la Coppa Agostoni, en Italia.

Pero si quedan fuera de la máxima categoría cambiarán mucho las perspectivas, ¿no?

Hombre, sí. Hay mucha diferencia entre conocer tu calendario de antemano y no saber desde un principio cuál va a ser tu agenda de carreras. Ten en cuenta que, del mismo modo en que estamos peleando por quedarnos en esa primera división hasta 2028, también luchamos por garantizarnos al menos las invitaciones que dan acceso a las mejores pruebas en 2026. Somos un equipo francés con un programa muy amplio de competiciones en casa y, si a estas les sumas todas las del World Tour, debes construir una plantilla muy amplia para cubrir todos los frentes. Por supuesto que las perspectivas cambiarán en función de cómo termine el año. Los ciclistas somos conscientes de que en ambas pugnas andamos al límite, así que toca arrear hasta el último día.

Que para usted va a ser...

Este sábado corro Lombardía. Y luego cierro la temporada el domingo 19 en Japón.

¿Se compite de forma distinta dentro del contexto de necesidad que estamos comentando?

Te diría que sí. Ves que se marchan delante Pogacar, Del Toro y un par más, pero tú sigues concentrado atrás, preparándote para ese esfuerzo final que te permita sumar cinco o diez puntitos. Es un poco triste, pero sabemos que todo cuenta para los equipos de cola de tabla.