Mediada la temporada pasada, el Trek inició un ‘nuevo proyecto’, entre comillas, con la entrada de LIDL. Y en este 2024 han creado un equipo filial para la estructura. ¿Por qué?

Bueno, más que nuevo proyecto entre comillas, diría que nuevo proyecto con todas las de la ley. Es cierto que en el equipo seguimos la misma gente, pero con la entrada de LIDL los recursos han crecido y, por lo tanto, los objetivos han cambiado. Dentro del actual funcionamiento, hemos querido crear un filial por dos razones. La primera y principal apunta a que, últimamente, se nos estaba complicando mucho reclutar a los corredores jóvenes de cierto pedigrí. Para ficharles, debíamos ofrecerles el acceso directo al equipo World Tour, o al menos tenerlos monitorizados en algún equipo sub-23, cosa esta última que algunos ya ni aceptaban. Preferían entrar en el filial de alguna otra escuadra, donde les tenían más controlados...

¿Y el segundo motivo?

Pues va unido a lo que te comentaba ahora de los recursos. Han crecido, tenemos más medios y la propia marca LIDL, que está muy involucrada, estima que es importante tener ese segundo equipo como lanzadera.

Once de los 18 conjuntos de la primera división ciclista ya tienen una escuadra de desarrollo.

La tendencia es esa, y se va a mantener en el tiempo. A partir de ahí, podemos entrar ya en el debate de si todo esto es bueno o es malo, porque en cierto modo estamos matando la categoría sub-23. Imagínate que yo quiero montar un equipo ahí, el Bizipoz (la cafetería y pastelería que Markel regenta en Oñati). ¿A quién voy a fichar? Si los mejores están todos pillados ya... Porque ahora me hablabas de los filiales de los equipos del World Tour, pero sucede lo mismo con las escuadras de la segunda categoría. En nuestro entorno, tienen plantillas de desarrollo el Kern Pharma, el Caja Rural y la Fundación Euskadi... Por eso digo lo que digo: el asunto este de los filiales también va a tener sus consecuencias negativas. Soy consciente de ello y no echo balones fuera, porque me siento parte del problema.

Usted lleva a cabo tareas de ojeador para el Trek desde 2019, y me explicaba en su día que muchas veces, al interesarse por cualquier juvenil, se enteraba de que ese ciclista ya estaba comprometido con este o con aquel equipo.

Claro, es que el proceso de captación se ha acelerado. Las escuadras de primer nivel llevan tiempo mirando a la categoría juvenil... Pero es que algunas están montando ya estructuras junior, con lo cual el proceso se acelerará más todavía. Digamos que la pelea en la jungla bajará aún más en cuanto a edad, y los equipos ya no nos pelearemos por los juveniles, sino por los cadetes.

Se refería ahora a todo esto como a “un problema”. ¿Tiene solución?

Es difícil. Los chavales cuentan ya con sus propios representantes... Esta semana, en el equipo, teníamos una reunión con algunos agentes y nos decían que habían creado una asociación para ponerle algo de freno a esta dinámica. Y también hemos hablado al respecto con la UCI, barajando medidas como la obligatoriedad de correr equis años en categoría sub-23 para pasar luego a profesionales. Lo que pasa es que ahí entras ya en conflicto con temas legales como el del derecho al trabajo y demás. Al final, todos somos conscientes de lo que está pasando, pero resulta complicado detenerlo. Tiene toda la pinta de que, a otra escala, el ciclismo se va a convertir en algo similar al fútbol, donde todo el talento joven está súper controlado y cada vez mueve más dinero.

Yo ya he leído quejas de directores de equipos continentales (tercera división) franceses... Se encuentran limitadísimos a la hora de fichar.

Está claro. Y es lo que explicaba ahora. A ellos las nuevas tendencias les afectan igual que a cualquier escuadra sub-23 que no es filial de nadie, a ese posible Bizipoz... El mercado funciona así ahora. Y te repito que no escurro el bulto. Formo parte de ese mercado y reconozco que tiene su vertiente negativa.

¿Pero qué está pasando? ¿Los ciclistas jóvenes son mejores ahora que antes?

A ver... A este respecto, ahora que los tiempos de cualquier entrenamiento están en Strava, se habla muchas veces de material, y está claro que las bicis de hoy día van algo más rápido, porque siempre se evoluciona y porque se van cambiando cosas. ¿Un ejemplo? Antes, en las cronos, se llegaba a competir con tubulares de 19 milímetros, cuando en la actualidad se ha descubierto más eficaz y rápido el índice de rodadura de una cubierta de 28. A partir de todo ello, sin embargo, están los datos puramente objetivos. Un vatio es un vatio, en 2005 y en 2024, en España y en Dinamarca. Y está acreditado que los jóvenes que destacan últimamente generan más potencia que los de antes.

¿Por qué?

Yo aquí le otorgo mucho peso a la nutrición, que ha evolucionado de una manera exagerada. Han pasado solo cinco años, ni eso, desde que dejé el ciclismo, y veo cambios increíbles. Mira lo de los avituallamientos en carrera... Los clásicos, los del auxiliar y la bolsita, enseguida serán historia. Con lo que lleva el ciclista en el bidón y con los geles que se toma, se alimenta ya perfectamente durante una prueba. Actualmente, hay muchos corredores que no comen nada sólido en competición.

¿Y de los métodos de entrenamiento qué me dice?

Está claro que cada vez se trabaja de forma más específica. Cuando yo empecé a dedicarme a esto, quedábamos a las diez para entrenar, dábamos una vuelta, parábamos a comernos una tostada y volvía a casa con mis amigos, más contento que la leche. Al cabo de un tiempo, empezamos a apurar un poco: que si yo tengo series de cinco minutos, que si a mí me toca fondo, que si cuadramos para tomar un café rápido... Y al final ya, en mis últimos años en activo, cada cual salía a su puta bola, porque era imposible coincidir con el otro. Yo ahí sentía la duda: ¿podría haber aguantado algo así durante toda mi carrera? Era una cuestión de cabeza.

¿De cabeza?

Cuando me preguntan si todos estos corredores jóvenes tan buenos mantendrán su nivel a partir de los 30, siempre respondo que no sé, y que cualquier cosa que conteste se demostrará equivocada en un futuro. Es evidente que los ciclistas, como los futbolistas o como cualquier deportista profesional, viven haciendo lo que más les gusta, pero eso significa un privilegio hasta cierto punto: supongo que muchos se irían a gusto de cañas con los amigos, a esquiar o a cenar con su cuadrilla, cosas que un corredor no podía ni puede hacer. ¿Pero sabes lo que pasa ahora? Que quizás las cosas hayan cambiado en este sentido, porque yo les pregunto al respecto a los chavales de nuestro filial y me dicen que para ellos esto es lo normal: la nutrición actual, los entrenamientos específicos, cuidarse y descansar... Ellos no han conocido otra cosa, así que quizás puedan mantener en el largo plazo este nivel de sacrificio. Nunca se sabe. Además está lo del hambre...

¿A qué se refiere?

A que los jóvenes no pasan ya el hambre que pasábamos nosotros. En mi época se trataba de comer lo menos posible para estar delgado. Así de simple. Ahora, en cambio, un corredor lo tiene todo mucho mejor pautado: se alimenta más a menudo durante el día y no sufre esos picos de ansiedad que nos afectaban a nosotros. Por eso, en definitiva, no sé que pronosticar respecto a la longevidad de los jóvenes actuales. Habrá que ver qué pasa dentro de unos años con Pogacar o con Evenepoel. Igual resultan capaces de llevar todo esto con naturalidad.

Cambio de tercio. ¿Cuáles van a ser sus funciones en el nuevo filial del LIDL-Trek?

Digamos que voy a ejercer de coordinador. Primero, encargándome de los fichajes a la hora de establecer una criba inicial, para luego, con los directores y los preparadores de la estructura, tomar la última decisión. Y en segundo lugar, manejando yo mismo esa transición de los ciclistas que ya tenemos hacia un futuro paso al equipo del World Tour. A parte de todo ello, voy a seguir como director deportivo en algunas carreras del propio equipo World Tour, para mantenerme enchufado a su día a día. Ten en cuenta que gran parte de las mejoras del nuevo proyecto van enfocadas a la primera plantilla masculina, así que voy a estar ahí para absorber todas las novedades e intentar luego trasladarlas al filial.

¿Cuáles son las perspectivas del año con el primer equipo? Es la primera de las cinco campañas completas firmadas con LIDL.

Terminamos la pasada temporada quintos en el ranking, y ahora la idea es acabar mínimo ahí, entre los cinco primeros. Está claro que no tenemos un Vingegaard o un Pogacar para las grandes vueltas, pero de esos hay pocos más, Roglic y Evenepoel si acaso. Hemos fichado a Tao Geoghegan Hart (Ineos) tras una larga lesión, a ver si puede ofrecer su nivel. Y a partir de ahí, a ver también si podemos hacer crecer a lo que ya tenemos, principalmente a Mattias Skjelmose, de quien espero un pasito más. Ciccone ha tenido que parar por un forúnculo infectado, pero es otro tío muy fiable con el que contar cuando reaparezca.

De gente rápida no van mal servidos.

Entre Mads Pedersen y Jonathan Milan, a quien hemos traído del Bahrain, tenemos varias victorias garantizadas. 

¿Y me destacaría algo más?

Pues que, al margen de lo ya explicado, se va a tratar también de trabajar en clave de futuro, con esos cinco años de proyecto que tenemos garantizados. Lo bien que nos vaya dependerá de cómo seamos capaces de desarrollar a los jóvenes del filial y del acierto que tengamos en el mercado de fichajes, siempre intentando seguir igual de eficientes. Si por algo nos hemos caracterizado en esta estructura es por sacar petróleo a nuestros recursos. Y ahora los recursos han crecido. Así que queremos que crezca también el rendimiento. 

TALENTO PRECOZ: UN FENÓMENO QUE YA HA LLEGADO AL CICLISMO VASCO

Eslovenos, belgas, portugueses, un mexicano... El ciclismo vive una era de cambios que se traduce, entre otras cosas, en la irrupción en escena de jovencísimos corredores capaces de competir al máximo nivel desde un primer momento. Mientras, y en contrapartida a esta innegable realidad, el tópico apunta a que las promesas vascas cocinan su trayectoria a otro ritmo, a fuego más lento, ajustándose en mayor medida a los antiguos cánones que implicaban debuts profesionales a los 24 o a los 25 años. Es cierto que los ciclistas forjados en Euskadi, amparados por un riquísimo calendario sub-23, no suelen tener prisa por dar el salto. Pero las últimas tendencias también vienen afectando, últimamente, a precoces valores surgidos en nuestro territorio.

El proceso ha resultado progresivo, paulatino, influyendo en trayectorias cada vez más tempranas. Oier Lazkano (Vitoria, 1999) tan solo completó una campaña y media en el filial del Caja Rural: en verano de 2019 disputó el Tour del Porvenir, terminó el curso como staggiare con los profesionales y pasó luego a la élite, confirmando durante estos últimos años todo aquello a lo que apuntaba. El Kern Pharma únicamente fogueó durante una temporada en su filial a Igor Arrieta (Uharte Arakil, 2002), haciéndole luego un hueco en su primera plantilla y viendo este mismo invierno como el propio Arrieta, aún en edad sub-23, accede al World Tour de la mano del UAE. Finalmente, más significativo aún resulta el caso de Markel Beloki (Vitoria, 2005), hijo de Joseba y nuevo fichaje del EF Education-EasyPost para correr desde ya junto a los mejores ciclistas del mundo. Beloki se ha saltado cualquier paso intermedio desde la categoría junior en la que compitió durante 2023.

No queda ahí la cosa, pues el donostiarra Yago Aguirre, campéon de España juvenil hace dos años, vive su segundo curso como profesional con el maillot del REMBE Sauerland alemán. Y el Euskaltel-Euskadi, por su parte, no apura ya la etapa amateur de sus promesas más firmes: Nicolas Alustiza (Zumarraga, 2003) y Unai Zubeldia (Ibarra, 2003) han pasado esta campaña a la escuadra naranja cuando aún les podían restar dos ejercicios más corriendo el Euskaldun y el Lehendakari.