El otoño ciclista es época de Mundiales y de Europeos, dos oportunidades inmejorables para echar un vistazo a lo que se cuece en las categorías inferiores. Y tanto Ruanda el pasado fin de semana como Francia ahora, con los campeonatos continentales, están situando sobre la mesa una serie de nombres que encumbran el trabajo realizado en la cantera del Red Bull-Bora, estructura que integra como director deportivo el guipuzcoano Pello Olaberria (Mutiloa, 1994). 

Lo primero es lo primero: cuénteme la historia de su fichaje por la escuadra alemana.

Empezó a gestarse hace ya más de un año, en junio de 2024. Recuerdo que estaba con el Euskaltel-Euskadi en el Tour de Eslovenia, justo antes de la última etapa, y recibí de repente una llamada de Patxi Vila. Ya se habían puesto en contacto conmigo un par de temporadas antes, pero entonces me ofrecían únicamente un puesto de masajista (Pello también tiene esa titulación) y preferí seguir creciendo como director en el equipo de casa.

En la segunda intentona le querían ya para el volante...

Sí. Hablé con los jefes y me propusieron quedar a cargo de las plantillas sub-23 y junior, compaginando ambas. Lo que pasa es que, al final, en los equipos de hoy en día está todo tan interconectado que termino la temporada habiendo ido a carreras con los tres equipos, incluido el del World Tour. He tenido la suerte de estar, por ejemplo, en la última Vuelta a España.

Recurría a usted para hablar de esos chavales de su cantera que tanto están despuntando en Mundial y Europeo... Pero, ya que trabajó en la propia Vuelta, le pregunto primero por Pellizzari.

Buff (suspira). Increíble. Lo de ese chaval es increíble. Hablamos de un diamante en bruto que puede explotar su máximo potencial en las vueltas de tres semanas, porque tiene una capacidad de recuperación fuera de lo común. En este sentido, creo que le ayuda su carácter, muy jovial y despreocupado. Se relaja con facilidad, lo que en la Vuelta le permitió llegar a la tercera semana con sensaciones iguales o mejores que las de la primera. Calculo que, durante toda la carrera, dormiría un global de dos noches más que el resto del pelotón. Igual tenías un traslado de dos horas antes de la salida y el tío se pasaba dormido en el bus una hora y 50 minutos. Y después de la etapa, más de lo mismo. Había tensión a su alrededor: bien situado en la general, candidato al maillot blanco... Pero a Giulio no le afectaba.

El filial y los juniors

En Italia esperan mucho de él, y también del campeón del mundo sub-23 Lorenzo Finn.

Ambos tienen mucho porvenir en las clasificaciones generales, pero Lorenzo, tres años menor que Pellizzari, acredita más punch, una mayor explosividad, y esto también puede hacer de él un gran clasicómano. Su personalidad es igualmente distinta a la de Giulio, porque Finn sí tiene ese carácter de líder, de gallo, que a su compatriota le puede faltar. En cualquier caso, creo que los dos le significan un muy buen futuro al ciclismo italiano.

¿Van a promocionar al primer equipo al neozelandés Nate Pringle, plata en la crono de Ruanda?

No se sabe aún. Nate concluye ya su último año en la categoría sub-23. Veremos. Estamos buscando equipo a varios ciclistas...

No quieren perderle de vista.

Es que se trata de un caso atípico. La de 2025 ha sido la primera temporada de Nate como ciclista. Nadie le conocía, pero en marzo nos llegaron buenas referencias suyas: había ganado una crono importante en su país y también había batido el récord de no sé qué... Decidimos ficharle entonces, y resultó que su segunda carrera en Europa fue la París-Roubaix sub-23. Sufrió un par de averías y se pasó el día entero persiguiendo, solo, en una especie de contrarreloj cuyos datos nos dejaron alucinados. El director que estuvo allí quedó gratamente sorprendido. Veremos, porque ya te digo que su situación no está clara aún... Pero el chico tiene mucho margen de mejora. Piensa que, en cierto modo, aún no sabe ni andar en bici.

¡Ya se le vio en la crono de Kigali!

Para empezar, le cuesta mucho ir en pelotón. Pero luego, si le sitúas bien a pie de un puerto, subiendo te saca unas cifras increíbles. Y lo de Kigali... A mí me entraba la risa delante de la tele: ¿Este tío qué hace? Movía la cabeza, se ponía de pie en la cabra... Al mismo tiempo, sin embargo, tampoco me sorprendió su segunda plaza, porque sabía y sé cuál es su potencial. Se plantó en Ruanda sin tests de aerodinámica ni nada parecido. Y mira, sólo le ganó Soderqvist.

Nate Pringle, durante la contrarreloj sub-23 del Mundial de Ruanda.

Bajo a los juniors y le cito al neerlandés Michiel Mouris, oro contra el crono en Mundial y Europeo.

Le tengo un cariño especial: viene del ciclocross y ya sabes lo que me gusta a mí esa disciplina... En febrero, Michiel estaba para ganar el Mundial de campo a través que tuvo lugar en Francia, pero se puso enfermo y no pudo participar. Aún así, siendo de primer año, pisó varias veces el podio en pruebas de la Copa del Mundo durante la temporada. Ahora está completando una muy buena campaña de carretera, habiendo superado además un problema cardíaco que le tuvo un mes parado entre mayo y junio. Es una barbaridad lo que anda. Aunque, eso sí, no sube nada (risas). 

¿Me dejo algún nombre propio?

Podríamos hablar de varios juniors más, pero te remarcaría sobre todo que el también neerlandés Gijs Schoonvelde era para mí el favorito en la crono del Mundial, por delante incluso de Mouris. Lástima que se pusiera malo. Y apúntate también el nombre de Noah Lindholm Moller, el líder del ranking mundial con mucha diferencia. Se llevó un disgusto importante con la renuncia de su selección, Dinamarca, a llevar representación sub-23 y junior a Ruanda. Pero puede desquitarse este viernes en el Europeo...

La estructura

Pello, se le ve contento con el proyecto en general.

Es que lo estoy. En primera instancia no sabía lo que me iba a encontrar. El salto resultaba enorme... Y además sentía la incertidumbre del idioma, porque una cosa es saber inglés y otra hablarlo con todo el mundo durante las 24 horas del día. Lo cierto es que la gente del equipo me ha ayudado una barbaridad, incluidos los chavales, los corredores, con los que me he llevado una grata sorpresa. Forman parte de la élite ciclista mundial, y aún así son todos súper majos, súper humildes.

¿Cómo estamos en Euskadi para sacar jóvenes semejantes?

El calendario que tenemos es rico en cantidad de pruebas, pero peor en cuanto a nivel... El ciclista que sólo corre aquí no va a poder andar luego fuera, está comprobado. Un avance podría consistir en convertir carreras amateurs en competiciones de categoría Continental donde las promesas pudieran codearse con Caja Rural, Euskaltel-Euskadi o Kern Pharma. Es lo que hacen en Francia. La exigencia subiría. Y el aprendizaje del corredor sería otro.