- “He sufrido muchísimo para llegar hasta el final. Me ha costado mucho por el dolor en las costillas. Así que estoy muy contento”, resumió Pello Bilbao, feliz en Verona, donde saboreó su quinta plaza en el Giro de Italia, una carrera que ama el gernikarra. Calcó el resultado de 2020. En 2018 fue sexto. Además del buen rendimiento en la general, el vizcaino atesora dos triunfos de etapa de la edición de 2019. Pello Bilbao se fue al suelo en la subida al Valico de Santa Cristina. La caída le marcó el resto del Giro, donde no acabó de encontrarse tan bien como esperaba. Ese dolor punzante en las costillas limitó al gernikarra. Sin embargo, fue capaz de estar entre los mejores. Resilencia. Supo sufrir Pello Bilbao para acceder a la quinta plaza, justo por detrás de Vincenzo Nibali, que decía adiós al Giro. El gernikarra restó 46 segundos al siciliano en el cierre de la carrera italiana. Se quedó a una docena de segundos de asaltar la cuarta plaza, la que hubiera sido su mejor clasificación en la Corsa rosa.

Más allá de sus logros individuales, Pello Bilbao se convirtió en el escudero fiel de Landa. Siempre se mantuvo cerca del murgiarra para que este encontrara respaldo en su objetivo de alcanzar el podio siete años después. En Turín, en una jornada frenética, Pello Bilbao rescató al de Murgia, deshilachado. Reconoció Landa la labor impagable del gernikarra, siempre próximo al alavés. La caída ascendiendo el Valico de Santa Cristina mermó el rendimiento de Pello Bilbao, que se ató al sufrimiento y a su capacidad de resistencia para continuar adelante y rematar el Giro con una notable quinta plaza que subraya su solidez y su crecimiento como ciclista de largo aliento.

Si Pello Bilbao fue uno de los puntales de Landa, Jonathan Castroviejo se convirtió en otro los hombres imprescindibles para el segundo puesto de Richard Carapaz. El vizcaino, un seguro de vida, acompañó al ecuatoriano, al que protegió en todos los terrenos. No era extraño observar a Castroviejo situando a su líder en la parte cabecera del pelotón en los finales rápidos de etapa. Del mismo modo, Castroviejo, extraordinario gregario, era también uno de los últimos relevistas en las jornadas de montaña. Además de Landa, Pello Bilbao y Castroviejo, el cuarto vasco en participar en la carrera italiana fue Oier Lazkano. El ciclista de Gasteiz debutó en el Giro. Le tocó sufrir al rodador en su bautismo en una cita con un duro recorrido, pero fue capaz de completar la Corsa rosa. l

l Tercero. Mikel Landa recuperó la estupenda sensación de retornar al podio del Giro. Lo hizo siete años después. Una vez finalizada la crono que certificó su tercera plaza, el de Murgia apuntó que “es un día para la celebración, estoy cansado porque ha sido una semana muy dura, pero contento por el podio. Tengo que estar agradecido al equipo porque todos los compañeros han dado el cien por ciento, a pesar de que tuvimos al principio la baja importante de Jan Tratnik. Ahora a celebrar con los compañeros y luego a descansar”. Sobre sus próximos objetivos, Landa mostró dudas. “Vamos a ver cómo se planifica el resto de la temporada, hay que sentarse a hablar para decidir si la próxima gran cita que afronto es el Tour o la Vuelta”.