Eibar. "Bonita etapa. Ciclismo del bueno". Lo dijo Samuel Sánchez, uno de los diez ciclistas que se jugarán la Vuelta al País Vasco mañana en Zalla, en la contrarreloj que echará el candado a la ronda vasca. El más feliz de los diez ayer. Más cuando ganas, cuando lo haces en la cita reina, la más bella, la más romántica, espirituosa, la más exigente, antojo de decisiva, allí donde venció en 2010, segunda morada, cargada de emotividad, turbo de sentimientos. Un regreso al pasado, porque "aquí siempre venía a verme mi difunto abuelo". Precisamente, "para él va, esté donde esté". Seguro, disfrutando de su nieto, dándole las gracias al corredor más certero ayer, el más conciso, a pesar de que no duplicó su objetivo, ganar y rascar segundos para su casillero de la general. "He sabido leer muy bien la carrera, ha sido la victoria de la astucia y de las ganas de ganar", valoró Samu, que cimentó su estrategia en "tener sangre fría", paciencia, un congelador sobre dos ruedas a casi 30 grados de temperatura. Una ironía en Arrate.
Los hubo impulsivos, como el valiente Duarte; los defensivos, como los pétreos Horner o Klöden; y los encomendados al sufrimiento del ataque, como Samu, Tondo, David López, Purito, Vinokourov, Gesink, Intxausti, Frank Schleck? La mayoría de los favoritos. Gota gorda. Día de obreros. "Hemos visto cómo Tondo ha llegado a tener 20 segundos, pero el fuerte viento de cara ha hecho que haya venido a menos y atrás, los continuos ataques... Hemos visto que había mucho control de RadioShack, Leopard y Movistar, luego ha pegado un arreón Vinokourov y no me interesaba que se parara el grupo, y por eso he ido atacando continuamente para acercarme lo máximo a Tondo y, al final, creo que conocer la llegada y leer bien la carrera me ha propiciado el ganar", relató el de Euskaltel-Euskadi, el más rápido en el último kilómetro, un sputnik, y cargado de moral tras vencer el pasado sábado en Estella. Enrachado. Si bien, reconoció el sacrificio de la etapa reina con la subida a Arrate como gran colofón. El filtro. Que al final no lo fue. "El calor ha hecho mella. Todos hemos ido muy justos de fuerzas y nadie ha desbordado", prosiguió. Pero fue él quien más reservas presentó en el depósito durante los últimos metros. Gestión de recursos.
No obstante, Samu no colmó su satisfacción. Solo parcialmente. "Viendo que no se podía hacer tiempo, he ido a ganar la etapa". Una lamentación. Un consuelo. Remedio pasajero. Y es que, según cabía esperar, Arrate ejercería de depuradora de cara a la contrarreloj sabatina. Sin embargo, la vida sigue igual en la Vuelta al País Vasco y el RadioShack se frota las manos. Al menos, la espera es feliz. Samu se impuso, como en 2010, pero su hazaña que surtió efecto en términos parciales, no lo hizo en los globales. "Lo veo todo igual que ayer", dijo. Igual que antes de escalar hasta el santuario de la virgen patrona de Eibar, tierra de reputadas armas, precisas como Samuel eligiendo con tino. Acertado. "La victoria en la general está muy complicada", advirtió el ovetense, que no quiere vender humo. Ni tampoco atraer la presión del favoritismo. "Horner y Klöden están muy fuertes, sin olvidar a todos los que están detrás", atestiguó, espectador de primera mano. Pero es que Klöden también habla de Samu. Cambio de tejado. "Estará fuerte el último día, es un gran corredor y pienso que es uno de los candidatos el día de la crono. También Vinokourov, que está a solo diez segundos", anticipó, por su parte, el alemán, quien, por supuesto, incluía a Chris Horner, su compañero, en la quiniela.
"Ha sido un día duro, me he sentido bien y he intentado seguir a Samuel, y he conseguido el mismo tiempo, lo que creo que es muy importante", desentrañó, feliz, relajado, Klöden, que aguarda a una jornada apacible para hoy. "Deseo que sea una etapa tranquila y que el sábado -por mañana- sea decisivo". Lo mejor para sus intereses. La lucha contra el tiempo es su mejor ataque y el de Horner en un día empinado, de músculo.
Al fin y al cabo, antes de ganar hay que ser competencia y Samu lo fue ayer, el más competente, el mejor estratega, un mariscal en Arrate. Acompañado por las buenas sensaciones, hoy reza por la sorpresa, pues, encajona a Klöden y Horner como favoritos para mañana. Ellos también le temen a él. Y al kazajo. Y a los Movistar. Y a los diez de cabeza en general. La crono, caprichosa, será "espectacular".