'Purito' ve a Dios; Martin, al diablo
El catalán bate a Samuel Sánchez, Klöden y Horner, los más fuertes en La AntiguaEl alemán, que cedió diez minutos, y Leipheimer, quince, pierden su opción; Basso y los Schleck se dejan 18 segundos
1ª ETAPA: ZUMARRAGA-ZUMARRAGA
1º Joaquim Rodríguez (Katusha)4h02:42''
2º Samuel Sánchez (Euskaltel)m.t.
3º Andreas Klöden (RadioShack)m.t.
GENERAL
1º Joaquim Rodríguez (Katusha)4h02:42''
2º Samuel Sánchez (Euskaltel)m.t.
3º Andreas Klöden (RadioShack)m.t.
La etapa de hoy, 2ª: Zumarraga-Lekunberri, 167 kms. ETB-1, 15:30 horas.
Zumarraga. "Hoy he visto a Dios en la meta", confesó Joaquim Rodríguez, aún sudoroso pero sonriente tras dar la puntilla a su calvario, camino de envolverse con la túnica amarilla de la Vuelta al País Vasco. El catalán llevaba todo el año pidiendo clemencia, harto ya de sus problemas físicos. Rogó a Dios, y con el mazo dio. Primero en el muro de La Antigua, después en la meta de Zumarraga. Su primera víctima fue Samuel Sánchez, otra vez segundo en un sprint: batido por Freire en Andalucía, por Klöden en París-Niza y, ayer, por Purito. "Me faltó medio metro para pasarle", se lamentó el asturiano. Pero da igual que su rueda delantera pisara el altar de meta apenas un tubular y una llanta más tarde que la del número uno del ranking mundial de 2010. El líder espiritual de Euskaltel-Euskadi fue segundo. Por unos dedos, pero segundo. El primer perdedor en Zumarraga, aunque no perdiera. Pues cruzar la última pancarta con Rodríguez y los vencedores en 2000 (Andreas Klöden) y 2010 (Chris Horner), nunca es una derrota. "Estuvimos en la pomada", se alentó. Así se empieza a ganar la ronda.
Otros comenzaron a perderla. Como los hermanos Schleck, Ivan Basso, Alexandre Vinokourov, Luis León Sánchez o Jurgen Van den Broeck, que se dejaron 18 segundos. La penitencia fue menor, apenas seis segundos, para Robert Gesink, Damiano Cunego, Danilo Di Luca, Xavier Tondo, Ryder Hesjedal y un gran David López, que siguen vivos, lo mismo que la revelación de 2010, Beñat Intxausti, que se dejó nueve segundos. El zornotzarra, undécimo, fue el tercer clasificado del Movistar, que gozó de espléndida cobertura en Zumarraga. "Está todo muy abierto, aunque alguno sí ha perdido mucho tiempo", analizó Samuel.
Martin y Leipheimer, k.o. Si a Purito se le apareció Dios, otros ciclistas vieron al mismísimo diablo, que echó al fuego las opciones de Tony Martin, que se dejó 9:55; de Michael Rogers, a 9:19; o Levi Leipheimer, a 15:07, debilitado por los problemas estomacales que le llevaron al abandono y al hospital en la Volta. Las llamas también afectaron, con menor fiereza aunque con similar gravedad, pues en País Vasco no hay metros de manguera suficientes para sofocar los segundos perdidos, a corredores como Tejay Van Garderen, que cedió 43 segundos; Daniel Martin, Richie Porte y Marco Pinotti perdieron 54; y Jean Christophe Peraud, 1:38. La Antigua fue un vía crucis para muchos.
Hasta ahí, el pelotón fue lanzado, gracias sobre todo a Euskaltel-Euskadi -que no dudó en trabajar para controlar la fuga de Tankink, Rovny y Perget-, pero también a Garmin-Cervélo y, en última instancia, al Leopard-Trek. La formación luxemburguesa endureció los 20 kilómetros finales. Cazó a los escapados y apretó las clavijas en la subida a Gabiria, pero a los hermanos Schleck se les fundieron los plomos en La Antigua.
Andy abrió el paso del pelotón en la primera rampa, pero no volvió a aparecer en escena. El siguiente en emerger fue Wouter Poels (Vacansoleil) y casi a continuación destapó sus cartas Chris Horner. Quién si no. Un ciclista casi del Antiguo Testamento, 39 años, predicó en voz alta en La Antigua. El californiano afincado en Bend hizo en solitario la mayor parte de una subida desalmada en sus porcentajes, pero vibrante en sus bulliciosas cunetas. No abrió mucho hueco. Es casi imposible sobre semejantes desniveles. Y, claro, como en Aia en 2008 y 2010 o en Montelupone en la Tirreno-Adriático de 2009, Purito encendió la mecha y encontró la paz que buscaba durante toda la temporada. "No soy un llorón, pero he sufrido mucho. Necesitaba sentirme bien, verme al ataque". Su traca final solo encontró la respuesta de Horner y el eco de Klöden y de Samuel, que contactaron en el descenso.
Ahí los cuatro mosqueteros de La Antigua, en busca de la sotana amarilla. Purito y Horner, Redneck, como le llama Lance Armstrong, guiaron la rápida y corta bajada. Un tobogán hacia el cielo. Samuel solo tomó la cabeza en el kilómetro final. La clave era entrar primero en la última curva... y aguantar. El catalán tomó la iniciativa, zigzagueó, enfiló la recta final, vio la pancarta de la meta, aceleró, y se encontró a Dios. Puede que también la virgen le echara un cable, porque el gesto de levantar un brazo dos metros antes de la raya casi le condena ante el golpe de riñón de Samu. "Pensé en lanzar la bicicleta o levantar los brazos, y casi me cuesta caro", admitió el ganador.
La ruta sagrada de 'Purito' Joaquim Rodríguez, ganador en Orio en la pasada edición, encontró su redención en La Antigua, el muro junto a la que fue parroquia de Zumarraga hasta el siglo XVI, hoy convertida en ermita. Con enjundia, eso sí, integrada en la Ruta de los tres templos: Arantzazu, Loiola y La Antigua. El líder del Katusha pernoctó junto a la segunda, en el hotel Arrupe, y se subió a la tercera para otear desde lo más alto la primera clasificación general.
Pero él prefiere otra senda, la de los lugares sagrados del ciclismo vasco. Ahí se ha consagrado como corredor. Primero como amateur, en Gorla y en el Memorial Valenciaga. Después, como profesional, en Urkiola, en Amorebieta, en Ordizia, en Estella... En Donostia, fue segundo en 2005, tras su compañero Tino Zaballa. Esta Vuelta al País Vasco le viene grande. Su talla se amolda hasta el viernes. Pero no tiene cuerda para la contrarreloj de Zalla. "Mi meta es ganar etapas. Después de lo que he pasado, no estoy para perdonar".
Purito se refiere a la lesión que le ha amargado el inicio de temporada. Un quiste en la cabeza del fémur le impidió disputar la Volta, que había previsto una salida en su pueblo, Paret del Vallès.
Tras entrenarse junto al Etna, el perdón a sus males llegó en la Vuelta al País Vasco, y hoy tiene otra opción en un final también complicado. Azpiroz, como ayer La Antigua, abrirán de nuevo el grifo para dar paso al goteo de segundos. A ver a quién se le aparece Dios esta tarde. Y a quién el diablo.