Donostia. Michele Scarponi (Lampre) fue el más fuerte en el repecho de algo más de un kilómetro que desembocaba en la meta de Chieti, y se adjudicó la cuarta etapa de la Tirreno-Adriático, de 240 kilómetros con salida en Nardi. El italiano, cuarto en el pasado Giro de Italia y vencedor este año de una etapa en el Giro de Cerdeña, atacó en las primeras rampas de la cuesta final, y superó a su compañero Damiano Cunego, que cruzó la meta sonriente y con el dedo índice apuntando al ciclista de Jesi.

Tras el dúo estelar del equipo rosa y azul, aparecieron figuras como Cadel Evans, Ivan Basso, Vincenzo Nibali, Danilo di Luca, Philippe Gilbert o Robert Gesink. El holandés fue sexto a 12 segundos de Scarponi, pero la ventaja con la que Rabobank ganó la contrarreloj por equipos le dio el liderato de la carrera.

La etapa, muy larga, estuvo marcada por la fuga del alemán Sebastian Lang (Omega-Lotto), el francés Mickael Cherel (Ag2r) y el esloveno Gozazd Stangelj (Astana), que saltaron en el kilómetro 23 y en el 65 alcanzaron su máxima renta: 15:25.

A partir de ahí, el pelotón, guiado por Lampre, fue recortando las ventajas. Lang cedió en la ascensión a Montagna di Villamagna, a menos de 30 kilómetros de la llegada, y poco después lo hizo Stangelj. Cherel, ya en solitario, estiró la escapada hasta a falta de once kilómetros, completando en cabeza más de 210.

En esa parte final, Farnese Vini trabajó para Giovanni Visconti. El campeón italiano se movió con Fabian Cancellara y Dimitri Muravyev, pero ya en las calles de Chieti aparecieron los gallos, y Sacarponi cantó victoria. El navarro Javier Aramendía (Euskaltel-Euskadi) conservó el maillot verde como líder de la montaña.

Hoy se disputa otra etapa maratoniana, la quinta, de 240 kilómetros entre Chieti y Castelraimondo.