Donostia. El Tour de Francia, el deseado, el codiciado, la prueba ciclista más importante de la temporada, está conviviendo en la última década ligado a la sombra del dopaje. En sus 107 años de historia, la Grand Boucle nunca había vivido una situación como la que está sufriendo en los recientes años y es que de los cuatro ganadores de la última década -Lance Armstrong, Floyd Landis, Alberto Contador y Carlos Sastre-, el último es el único que se ha librado, hasta el día de hoy, de cualquier acusación sobre dopaje.

De momento el único positivo confirmado de uno de los vencedores del Tour, es el del estadounidense Floyd Landis, que como consecuencia de su delito perdió la edición de la ronda gala de 2006 en beneficio del gallego Óscar Pereiro. El calvario del ciclista de Pennsylvania comenzó el 27 de julio de ese mismo año cuando su equipo, el Phonak, ratificó el positivo por testosterona en el control antidopaje al que fue sometido en la decimoséptima etapa. Pese a sus esfuerzos por defender su inocencia, finalmente el 20 de septiembre de 2007 fue declarado culpable.

el caso de contador El caso de Alberto Contador ha sido el último en salir a la palestra. El triple campeón del Tour de Francia logró su primera victoria en la Grande Boucle después de que el danés Rasmussen diera positivo en un control a pocas etapas para concluir la ronda francesa en la edición de 2007.

En aquella ocasión parecía clara que la victoria iba a ir a parar a manos del escalador del Rabobank pero, finalmente, su descalificación hizo que fuese el de Pinto quien se alzase con el triunfo.

La mayor sospecha de los últimos años sobre dopaje ha recaído en la figura de Lance Armstrong. El siete veces campeón del Tour dio positivo en su primera participación en la Grand Boucle, pero, pese a los esfuerzos de mucha gente, nunca se ha podido comprobar delito alguno en sus posteriores participaciones. Ahora, debido a unas acusaciones de Landis, Armstrong está bajo investigación, del mismo modo que alguno de sus ex compañeros del US Postal.