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La sanción de dos años a Josephine Onyia, un precedente preocupante

Contador podría perder su tercer triunfo en el Tour y se expone a dos años apartado de la competición

Donostia. Mientras el Tour de Francia emitió ayer un escueto comunicado en el que aseguraba que, por prudencia, esperaría a que las investigaciones anunciadas por la UCI y la AMA arrojasen un resultado clarificador para tomar una decisión -quitarle o no su tercer Tour a Contador-, el chico de Pinto espera confiado -"la propia UCI dijo delante de mi que era un caso claro de contaminación alimentaria", sostiene- el desenlace de un embrollo mayúsculo que cuenta, sin embargo, con un precedente preocupante para el ciclista. Hace poco más de un año, el mismo laboratorio de Colonia halló en la orina de la vallista española Josephine Onyia una cantidad mínima, 0,02 nanogramos, inferior a la detectada a Contador el 21 de julio. La Federación Española de Atletismo decidió no sancionar a la atleta por considerar que la cantidad acumulada en su organismo se debía, también en ese caso, a una intoxicación alimentaria, pero fue la IAAF la que acudió al TAS para denunciar el caso y el último tribunal de la justicia deportiva la castigó con dos años que aún cumple.

El caso de Onyia recuerda a Contador, que si bien la lógica parece indicar que el suyo es debido a una intoxicación, el código antidopaje de la AMA es taxativo al respecto. "El clembuterol es una sustancia prohibida, sea cual sea la cantidad detectada al deportista", dijo aye Pierre Bordry, ex presidente de la AFLD, agencia francesa antidopaje. Ello colocaría a Contador, que como todos los deportistas, según el código, es responsable de todas las sustancias que son halladas en su organismo, ante un juicio deportivo en el que podría perder su tercer Tour de Francia -en ese caso el triunfo sería para Andy Schleck y Samuel Sánchez subiría a la tercera plaza-, además de exponerse a una sanción de dos años fuera de la competición.

También se vería comprometido el futuro del Saxo Bank, su nuevo equipo y el de Bjarne Riis, que apostó por el tricampeón del Tour para sustituir a los hermanos Schleck y ayer pidió prudencia, tiempo para que el caso se aclare, pero habló del clembuterol como una sustancia antigua, en desuso, fácilmente detectable y de nula utilidad física en las cantidades halladas en el organismo de Contador.